Ciclismo Internacional

Egan Bernal podrá entrenar en el perímetro de su pueblo

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Por Oscar Trujillo Marín

Egan Bernal es con diferencia el actual ciudadano más ilustre de su pueblo, Zipaquirá, y esa distinción amerita unos ligeros privilegios conforme al buen nombre y amor que siempre le ha profesado a su terruño.

 

Tras el anuncio del decreto presidencial que a partir de hoy lunes 27 de abril empezaba a liberar del confinamiento ciertas actividades económicas como industria y construcción entre otras, así como practicar deporte de forma individual durante una hora al aire libre, con las debidas precauciones pero con la limitación del radio de un km de su residencia, esto ha coincidido con buenas noticias para el campeón del Tour de Francia

El alcalde de Zipaquirá, población de unos 130.000 habitantes situada a 43 km de Bogotá, emitió una autorización especial que le permite a Egan Bernal -y otros cuatro ciclistas profesionales de la localidad-, exceder ese corto radio de acción y entrenar en todo el perímetro del pueblo (197 km cuadrados que quieras que no, dan algo más de juego para pedalear que un solo km de distancia como lo dice el decreto nacional), siempre y cuando no transiten por vías y territorio de otras localidades vecinas y restringido a tres horas en la franja comprendida entre 5am y 8am.

Los demás beneficiados serán  su compañero del INEOS Brandon Rivera, Camilo Castiblanco, Diego Vásquez y Diyer Rincón. Colombia con 5400 contagiados oficiales y 244 muertes asociadas al coronavirus, es uno de los primeros países de la zona en empezar a desescalonar la cuarentena con exclusivo y considerado énfasis en las actividades que realizan la población más pobre, miserable y vulnerable que será la única que de momento tiene permiso para salir a jugar con la ruleta rusa en procura de llevar algo de sustento a sus depauperados hogares, a los que el gobierno -en un alarde de generosidad sin precedentes- les dio 40 dólares para que pasaran los 45 días de confinamiento.

Por que ni el congreso, ni las élites ejecutivas ni las clases más favorecidas saldrán aún a mezclarse con el pueblo y seguirán laborando por tele trabajo y pidiendo comida a domicilio desde la aséptica comodidad de sus casas. Sin arriesgar un pelo, sin tener que tomar jamás transporte público, ni hacer colas o trabajar hacinados utilizando precarias medidas de seguridad sanitaria e implementos de higiene, -por falta de dinero para comprarlos-, y con la seguridad de una alacena y nevera llena por el tiempo (los meses que hagan falta) y una cuenta corriente que podría perfectamente aguantar el resto de año y mucho más, mientras los obreros, mensajeros, empleadas domésticas, operarios, albañiles, y cajeros sigan haciendo rodar el engranaje.

Con una cifra ridícula de test diarios para una población de 48 millones de habitantes (a enorme distancia de los casi 100 mil al día que realiza Alemania, quizás uno de los países que mejor ha gestionado la crisis en el mundo) es lógico que en Colombia no se hayan diagnosticado más casos: lo que se ignora no se puede cuantificar.

Si haces exámenes a tan poca gente, es normal que tus cifras de positivos sean muy bajas. Con un sistema sanitario de exclusiva alta calidad elitista, para un ínfimo porcentaje de la gente que se puede permitir medicina prepagada; pero colapsado para en 80 por ciento restante de la población siempre, incluso en tiempos “normales” (sin que medie pandemia alguna, más allá de la cotidianidad) bastante precario en cuanto a cantidad de respiradores y unidades UCI necesarias; aún así, se empiezan a levantar las restricciones sin más plan de contingencia, recursos humanos, logísticos y preparación que la fe del gobierno, la urgencia de los banqueros y la tranquilidad de exponer solo a los más necesitados y prescindibles.

Buena noticia para Bernal, que no tiene la culpa del nivel de incompetencia, injusticia, cinismo, deshonestidad, y carencia de responsabilidad social y ética de una clase política eternamente hegemónica y lamentable del país donde ha nacido. Por lo menos él, con las debidas precauciones podrá empezar a acumular km de calidad y realizar un entrenamiento -algo limitado- pero a años luz de pedalear encima del rodillo mirando la pared de la sala.

Con respecto a los que salen hoy a trabajar impulsados por el hambre y la extrema necesidad, solo nos queda cruzar los dedos y esperar un milagro que no desate contagios entre los que menos tienen, siguiendo el mismo esotérico método del gobierno y poco más.

Oscar Trujillo Marín

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