Ciclismo Internacional

El Bus de la Victoria o el falso sentido de pertenencia

Por @pmpalermo

Quisimos esperar unos días para confirmarlo pero, lamentablemente, la historia se repite y el Bus de la Victoria fue tal, con todo tipo de personajes colgándose de las rosadas investiduras de Nairo Quintana, un campeón que se forjó a si mismo con muy poca ayuda real, por más que ahora hagan fila para golpearse el pecho.

foto: @fernandociclism

Sin ánimos de mezclarnos en situaciones referidas al pasado del tunjano, queremos reflexionar sobre un fenómeno que los colombianos sienten como propio y que en realidad se vive en todas partes: el falso sentido de pertenencia.

En esa línea entonces, es habitual que durante los grandes eventos deportivos, no sólo en ciclismo, la victoria sea de todos, que se jactan ante el que quiera escucharlos de conocer y apoyar a ese atleta maravilloso desde tiempos inmemoriales. Así, Urán pasa a ser Rigo, Falcao se trasforma en Radamel y los ejemplos siguen.

No es un secreto que los políticos de turno utilizan estas gestas, tampoco que los medios periodísticos masivos, constantemente abocados al fútbol, hacen uso y abuso de estas fechas, pero lo más duro de aceptar es que los aficionados son iguales, con la sola diferencia de que no cobran o sacan rédito.

Seamos justos: ¿alguien hablaba de Julián Arredondo el año pasado cuando corría casi anónimo en Asia?. Sólo los verdaderos seguidores del deporte pedal estaban al tanto, esos que cada mañana se sientan frente a la computadora con su café en la mano ávidos de interiorizarse sobre lo que acontece en el ambiente que tanto aman.

La mejor prueba de esto se vive en los días que corren, en las calmas redes sociales o en los sitios especializados, los únicos que apoyan y siguen todo el año a los atletas y que ven como las visitas caen abruptamente, al tiempo que son pocos los que se interesan por lo que sucede tras el Giro, porque la vida sigue y de hecho se desarrolla la Vuelta de la Juventud, prueba de la que saldrán los nuevos Quintana o Urán y a la que casi nadie presta atención.

O en el, para la mayoría, ignoto Tour de Luxemburgo, donde el aclamado Team Colombia sigue su periplo competitivo en el anonimato absoluto, cuando hace una semana eran héroes nacionales.

Muchos podrán sentirse aludidos y tal vez se enojen pero si miran hacia adentro reconocerán la veracidad de estas líneas que no hacen más que reflejar un fenómeno social del que todos, en mayor o menor medida, sacan provecho.

Siempre habrá buitres en torno a los ídolos, y dependerá de los verdaderos fans y de los medios que vivimos por y para el ciclismo, estar presentes cada día apoyándolos, porque ellos no son estúpidos y saben reconocer a los oportunistas, que a la hora de la verdad o cuando las papas quemen, no estarán allí.

No queremos extendernos demasiado sobre este tema, sería darle de comer a las fieras y debemos seguir con la cobertura diaria de las carreras o contándole al público sobre las figuras que vienen (de hecho hoy les presentamos a Diego León Cuervo), pero era obligada una cita en pos de que, al menos, los fans modifiquen eso que luego critican.

Sobre la prensa, hacer algunas salvedades que no pueden quedar ocultas: si van a utilizar las hazañas de estos esforzados individuos que son los ciclistas aprendan sus nombres. Hemos sido testigos de aberraciones como “Dairo” Quintana o Julián “Larraondo”, imperdonables por el mero hecho de ser profesionales de la escritura y la comunicación.

A los políticos: sáquense las fotos que quieran y narren al pueblo de las veces que montaron en bicicleta junto a Nairo cuando era adolescente, pero tengan el decoro de cumplir con sus promesas, ya que no son pocos los casos de pedalistas a los que se les prometió material que nunca llegó o una casa harto merecida que no fue tal, poca cosa al lado de la exposición obtenida de la mano de los escarabajos, verdaderos embajadores colombianos en el mundo.

Con todo esto sobre la mesa, cerramos nuestra breve editorial saludando a los medios ciclísticos del mundo, a los aficionados reales y a los verdaderos y únicos actores de esta historia, los ciclistas, que en la mayoría de los casos llegan a la cima gracias a sus esfuerzos y el de sus familias.

Pablo Martín Palermo

¿Te gusta lo que hacemos?seguínos en  @CiclismoInter
                                           
Exit mobile version