El día que le cambió la vida, 2013: Kenny Elissonde
Por @pmpalermo
Cada temporada surge una nueva figura en el pelotón, alguien llamado a no pasar desapercibido en el grupo y que en el día D sale del anonimato para comenzar a cobrar notoriedad, como sucedió por ejemplo en la Vuelta 2011 con Chris Froome, quién desde entonces no paró hasta alcanzar a la cima.
Si bien son pocos los casos en los que el atleta en cuestión llega tan alto, en mayor o menor medida, todos tienen ese instante de quiebre en el que descubren nuevos límites a sus habilidades e inician una nueva etapa en sus trayectorias.
En esta oportunidad se trata de reconocer a quién le llegó la hora en 2013, el corredor que de ahora en más sabe que puede, tiene con qué y que gracias a este momento debe refrendar su nuevo status para no sucumbir a la presión y quedar condenado al ostracismo.
Kenny Elissonde, nuestro protagonista de turno, es un escalador francés de 52 kilos que está en la órbita del equipo FDJ desde 2011 y todavía no había dado grandes muestras de su potencial, hecho que cambió tras dos situaciones vividas en la Vuelta a España.
Extrañamente, el hecho a destacar es el último puesto en la etapa 14 de la prueba ibérica, parcial marcado por condiciones climáticas extremas que propiciaron numerosos abandonos, muchos de alto nivel, que no soportaron el frío y la lluvia que azotó impiadosamente la ruta camino a la Collada de la Gallina.
El diminuto francés arribó a la meta rozando la hipotermia, en el último lugar y a más de 36 minutos del ganador, Daniele Ratto, llegando incluso a figurar entre los abandonos ya que pedaleó, tiritando y en solitario, los 70 kilómetros finales.
“Fue la jornada más dura de mi carrera”, afirmó, y seguro fue así, pero todo sufrimiento trae aparejado un premio y el de nuestro héroe llegó unos días más tarde, cuando ganó en la mítica ascensión a una de las montañas mas duras de Europa, el Angliru.
El de FDJ, parte de la numerosa fuga del parcial, atacó ese día en el Alto del Cordal y se fue con Tiralongo, a quién luego su escuadra mandó parar, quedando sólo el galo que pese a todo aguantó y surgió de entre la niebla, llorando desconsoladamente mientras por detrás Horner y Nibali se jugaban la Vuelta.
Por eso, el momento que cambió la vida de Elissonde lo dividimos en dos, porque uno lo marcó, extendió sus límites y potenció el otro, que quizás no hubiera llegado nunca sin ese sufrimiento extremo que le permitió días más tarde, soportar la fatiga y la presión para aguantar en el Angliru y entrar en la historia.
Pero además, ganarse el respeto de sus compañeros y rivales, que de ahora en adelante no dejarán un metro de más al pequeño corredor, a quién esa semana en la ronda española cambió la vida para siempre y le abrió las puertas del ciclismo grande, un grupo selecto al que pertenece por derecho propio.
Pablo Martín Palermo
¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y Twitter
Sumate en facebook: Ciclismo Internacional
Copyright © 2012-2019 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved