El drama de un ciclista que no inició temporada: “Perdí las ganas de vivir”
La importancia de la salud mental en el ciclismo. El drama de un ciclista que no inició temporada: “Perdí las ganas de vivir”
El drama de un ciclista que no inició temporada: “Perdí las ganas de vivir”
La importancia de la salud mental en el ciclismo. El drama de un ciclista que no inició temporada: “Perdí las ganas de vivir”
En febrero de este año, señalamos en un artículo las dificultades que atraviesa el Lotto, no solamente económicas –no pudieron retener a ciclistas como Maxim Van Gils para este 2025- sino también lesiones de distinto tipo. Entre otras cosas señalamos el “paradero desconocido” de Robin Orins. El joven belga de 23 años había obtenido a fines del año pasado un contrato para ingresar en el equipo principal luego de grandes resultados en la formación de desarrollo: quinto en la crono del Mundial sub-23 de Suiza, segundo en Lieja-Bastoña-Lieja sub 23 y ganador de la última Omloop juvenil. “Su trabajo duro le hizo ganar un contrato como profesional y un futuro prometedor”, había dicho el equipo.
Sin más rastro
Desde mediados de diciembre, hubo silencio en las redes de Orins y dejó de subir actividad de entrenamientos a Strava.
Las escasas fuentes que se contaban en ese momento es que estaría “afuera por un largo tiempo”. Lo último que habíamos sabido es que en abril volvió a entrenar, aunque aún no estaba listo para competir. “Los últimos meses no fueron los mejores, sin adentrarme en detalles. Estoy focalizándome en mi salud y recuperación en este momento. Espero que me comprendan y me den el tiempo que necesito”, escribió en redes sociales en marzo, luego de meses sin actualizaciones y sin participaciones en carreras.
La carta de Orins
Finalmente, anoche el corredor rompió el silencio de lo ocurrido. Reproducimos de forma íntegra la carta que subió en una página web que creó a tal efecto, que vale la pena leerlo, pues resalta lo difícil que es un deporte como el ciclismo en lo mental. Orins decidió abrirse y contar las dificultades que atravesó con total sinceridad.
“Hola a todos. Durante los últimos meses, he estado ausente de las redes sociales y también del pelotón ciclista. Casi me siento listo para volver al lugar que más amo, pero primero, me gustaría compartir algo con ustedes. Recibí muchas preguntas, pero deliberadamente no respondí muchas. Circularon muchas historias, la mayoría completamente absurdas, así que quiero compartir la verdad y responder a la pregunta: “¿Qué está pasando?”.
2024 fue un año exitoso para mí en cuanto a rendimiento. Me hice más fuerte, gané carreras, competí a un alto nivel y lo coroné con un contrato profesional. Claro que, cuando todo va bien, las cosas suelen parecer fáciles, hasta que llegas al límite. Después del Campeonato Mundial de Zúrich, me sentía completamente agotado, física y mentalmente. Estaba cansado de todo: los medios, la presión; solo necesitaba descansar, un respiro, sin bici, sin concentrarme por un tiempo. Necesitaba tiempo para mí, pero ese momento simplemente no llegaba.
No podía descansar y seguía enfermándome. Mi sistema inmune estaba por debajo de cero y dormía más de lo que estaba despierto. Mi cuerpo estaba agotado, física y mentalmente; todo era demasiado. Empecé a descontrolarme y me fui a España un mes para prepararme para 2025. En retrospectiva, no fue la mejor decisión. No pude entrenar bien, en parte por enfermedad y en parte porque no estaba siendo yo mismo.
Al regresar a casa, me diagnosticaron una recurrencia de la infección respiratoria que tuve hace dos años, otro golpe psicológico. A partir de ese momento, mi situación empeoró aún más. Empecé a tener ataques de pánico con más frecuencia. Perdí el apetito. Dejé de salir. Estaba atrapado en un círculo vicioso. Las fiestas de fin de año fueron un infierno: mientras otros celebraban juntos, yo pasaba horas llorando, intentando reencontrarme conmigo mismo entre ataques de pánico. Empecé a tener miedo: miedo de todo, pero sobre todo miedo de mí mismo.
Ya no tenía energía para montar en bici. Perdí la alegría de montar en bici. Ya nada me hacía feliz, así que me vi obligado a tomarme un descanso. “Obligado” es quizás un eufemismo; subir las escaleras en casa ya parecía un ejercicio. Me hundía cada vez más. No solo perdí el apetito, sino también las ganas de vivir. La vida ya no parecía tener sentido. Me sentía inútil y tenía pensamientos perturbadores. Fue entonces cuando empezaron a sonar las alarmas, y junto con quienes me rodeaban, busqué ayuda.
Empecé a tomar medicación y me sometí a una terapia intensiva para recuperarme y, sobre todo, para encontrar la raíz del problema. Tuve una infancia difícil, marcada por un trastorno de ansiedad, pero este llevaba siete u ocho años bajo control. Lo que experimenté fue un resurgimiento de ese trastorno, provocado por ignorar las señales de alerta y por un trauma sin resolver.
Pasé horas trabajando en mi recuperación, y me costó muchas lágrimas, pero día a día, empecé a sentirme mejor. He aprendido mucho sobre mí: cosas que no sabía y cosas que aún podría mejorar. En abril, volví a montar en bicicleta, principalmente para redescubrir la alegría de montar en bici y dejar de considerarla una obligación. Los primeros paseos fueron durísimos. Me entraba el pánico cuando sentía que se me aceleraba el pulso o cuando pasaba un coche demasiado cerca. Pero después de un tiempo, todo empezó a resultarme familiar y volví a disfrutarlo.
Es curioso cómo la gente puede cambiar. En enero, no veía salida. Pero ahora, aquí estoy, divirtiéndome en mi bici y preparándome para el siguiente paso de mi proceso. En cuanto me sienta listo para volver a competir, lo compartiré en mis redes sociales. Esta es mi respuesta a las muchas preguntas que recibí. Sé que mucha gente no lo entenderá; si no lo has vivido, no te imaginas lo difícil que fue. Estoy convencido de que no soy el único con una historia así, y quiero demostrar que siempre hay gente dispuesta a ayudarte. Es una cicatriz, o mejor dicho, una lección de vida para mí. De ahora en adelante, intentaré disfrutar un poco más de los momentos, tanto dentro como fuera del ciclismo.
Gracias a todos los que me rodean, especialmente a mis padres, mi familia, mis amigos y mi equipo, el Lotto Cycling Team, por todo el apoyo y el tiempo que me brindaron para reencontrarme conmigo mismo. ¡Los quiero a todos! Robin”.
La importancia de la salud mental en el ciclismo
Desde ya, destacamos la decisión de Orins de abrisrse y contar su problema. La salud mental es un tema que no puede pasar por desapercibido en deportes como es el ciclismo. Dos jóvenes de 18 y 19 años, Gabriel Berg y Cormac Nisbet decidieron retirsarse del ciclismo el año pasado pues simplemente no podían adaptarse al estilo de vida que exige el ciclismo. Anteriormente abordamos este tema en un artículo. Otro caso reciente es el de Leo Hayter, hermano de Ethan, que se vio obligado a romper el contrato con INEOS, a causa de un grave cuadro de depresión.
El Lotto le dio su completo apoyo a Orins tras lo sucedido. “Robin buscó ayuda y la encontró. Ha estado trabajando duro en sí mismo y lentamente está encontrando su camino de regreso. Día a día, las cosas se sienten un poco mejor. Está de vuelta en su bicicleta. Y lo más importante: está empezando a disfrutar de nuevo. No podemos esperar a tenerte de vuelta, Robin. Pero tómate todo el tiempo que necesites.”.
Como nos muestra el caso de Robin Orins, nunca estamos solos. En caso de necesitar ayuda, puedes comunicarte con las líneas gratuitas de asistencia y acompañamiento en salud mental de tu país, atendidas por profesionales en la materia. Puedes obtener más información aquí.
Únete al canal de WhatsApp de Ciclismo Internacional
Ingresa a nuestro foro de Telegram
Puedes encontrarnos en Instagram
No te pierdas #CiclismoInterTV en YouTube
¿Te gusta lo que hacemos? síguenos en @CiclismoInter
Súmate en Facebook: Ciclismo Internacional
Copyright © 2012-2025 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved