Hace un tiempo que se habla de la nutrición como parte de las marginal gains. No sólo porque los corredores miden al detalle lo que consumen y los momentos en que deben hacerlo, sino porque eso ha propiciado que el pelotón esté fino incluso en el invierno.
Pero también hay efectos secundarios adversos, y no sólo en aspectos psicológicos entre quienes no pueden seguir dietas extremas al pie de la letra. Según Sep Vanmarcke, recientemente retirado, los corredores sufren más el frío o las caídas por su delgadez.
“Es una tendencia de los últimos años”, dijo a HLN. “Gracias a la ciencia y una mejor nutrición, saben qué necesitan y qué no. Si no compiten comen menos, todo está calculado y eso reduce la grasa incluso más”, siguió el ahora director deportivo en Israel.
“En frío extremo los corredores no tienen una defensa extra, eso también impacta cuando se caen”, agregó, al ser consultado por los masivos abandonos producidos en las Ardenas, con el récord en Flecha Valona y sus 131 bajas.
“Cada pedalista es orientado, pero los límites son cada vez más borrosos. Todo está apuntado al rendimiento”, afirmó. “Al menos no hay anorexia en el pelotón, porque todos comen lo que deben”, cerró.
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