El Giro rechaza la idea de Pogacar pero está abierto a otra opción

Giro d´Italia

Una vez más, un tema que siempre se pone en debate: intercambiar la fecha del Giro d´Italia y La Vuelta a España para evitar la nieve que cancela etapas en alto en el primer caso y el calor extremo en el segundo. Esta vez fueron Tadej Pogacar y el titular del sindicato de ciclistas (CPA), Adam Hansen, quienes propusieron la idea. Y, como era de esperar, el Giro, que en todos los años de su historia –excepto en pandemia- siempre se celebró en mayo, rechazó de lleno la sugerencia. Eso sí, propusieron una idea para aliviar el “problema climático”: retrasar un poco su inicio.

El pedido de Pogacar y el sindicato ciclista

“Este año las fechas de La Vuelta no me cuadran con el Campeonato Mundial en Montreal. Sin embargo, es bueno que empiece en Montecarlo. Siempre es muy difícil compaginar la Vuelta con el Tour y pensar en el Campeonato Mundial. Siempre digo que, si intercambiaran la Vuelta con el Giro, sería mucho mejor en cuanto al clima y a la asistencia de corredores. Pero seguro que algún día tendré que correr la Vuelta y tengo muchas ganas de que llegue ese día”, señaló Pogacar días atrás sobre este cambio de fechas.

Como habíamos señalado, Pogacar tiene obviamente una intención personal: completar su trilogía de grandes vueltas ganando La Vuelta a España, sin tener que renunciar a competir en el Mundial, una combinación que hoy en día resulta muy difícil a los ciclistas. Pero, más allá de las ambiciones del esloveno, se trata de una idea que año tras años resuena. El Giro históricamente siempre se desarrolló en mayo, pero el cambio de La Vuelta de su anterior fecha de fines de abril a septiembre recién se dio en 1995. Fue más reciente, en tanto, la decisión de adelantar el inicio a mediados de agosto.

Hansen, presidente de la Asociación Profesional de Ciclistas (CPA, por sus siglas en inglés), coincidió con las ideas de Pogacar. “Se han reído de mí pero obviamente nunca han corrido el Giro con lluvia helada y nieve, ni la Vuelta con un calor abrasador. Este es el mayor problema del ciclismo: la tradición frena el desarrollo del deporte”, escribió en X.

El Giro rechaza la idea de Pogacar…

Sin embargo, días después y tras la presentación de la ruta 2026 (VER DETALLES AQUÍ), RCS, la organizadora del Giro, rechazó de plano la idea. “El Giro tiene fechas tradicionales y no queremos que se modifiquen”, declaró Paolo Bellino, director general de RCS Sport, a Cyclingnews. “Cada Gran Vuelta tiene su propia historia y significado, determinados en parte por su posición en el calendario. El Giro se ha celebrado en mayo 107 veces. La única excepción fue durante la pandemia de coronavirus, un período único a nivel mundial, cuando tuvimos que hacer todo lo posible para salvar la temporada”.

Más allá de la tradición hay otros motivos para el “no”: tradicionalmente La Vuelta suele ser una competencia con una buena selección de ciclistas pero que, en muchos casos, la corren como forma de “redimirse” tras un mal año. Un prestigio que el Giro no quiere perder. A eso se suma que agosto es el mes vacacional de preferencia para los italianos y puede resultar un problema no solo en cuanto a la presencia de espectadores sino en cuanto a la logística en destinos turísticos. Sin mencionar que agosto es también un mes sumamente cálido: la temperatura alta no es exclusiva de los españoles.

… pero está abierto a otra opción

Pese a este rechazo de invertir fechas, la organización del Giro se mostró abierta a otra opción: retrasar el inicio de la competencia una semana. “Me gustaría que el Giro se celebrara el 2 de junio”, afirmó Bellino. “El 2 de junio es festivo en Italia: se celebra el Día de la República. Este cambio también podría significar afrontar las grandes montañas una semana después, lo que en algunos años podría suponer una gran diferencia en cuanto a las condiciones meteorológicas. Pero ese es el único cambio de fecha que estamos considerando”, enfatizó. “No habrá intercambio entre el Giro y la Vuelta”, reiteró de forma tajante.

La idea de retrasar el calendario, mucho más viable que invertir fechas, también la propuso el propio Hansen. “Todo el calendario europeo se beneficiaría si se retrasara dos semanas pues los inviernos comienzan más tarde y duran más. Las carreras más tempranas al inicio de la temporada en España se beneficiarían drásticamente con menos lluvia. Los ciclistas también podrían tener un mejor período de pretemporada en lugar de estar en modo de entrenamiento completo durante el tiempo familiar en Navidad”, afirmó.

Retrasar el inicio y el fin de temporada una o dos semanas tendría mucha lógica en el calendario ciclista, además de otros cambios como eliminar la superposición entre París – Niza y Tirreno – Adriático. Queda en la UCI y su poder de fuego determinar este cambio que, hasta el momento, evitó realizar.


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