Ciclismo Internacional

El mejor ciclista a pesar de la peor suerte posible

539d77bf-2313-4a87-a3fb-5ea31623c8b0

Por Oscar Trujillo Marín

Les voy a hablar de un ciclista nacido en febrero de 1994. Vamos a empezar por las de arena, es decir por su infinito palmarés en infortunios, caídas, lesiones, enfermedades y demás reiteradas desdichas, que le quitarían el ánimo de seguir hasta al más entusiasta de los deportistas. Eso sí, salpicado con algunas de cal también para no deprimirnos.

Palmares de tragedias, calamidades y percances de un ciclista X

2012, 18 años. Caída en la vuelta de la juventud fractura en una mano.

2013, 19 años. Se vuelve a caer en la misma prueba, queda hecho un cristo. Sufre a la par un serio problema en los ligamentos de la rodilla derecha que lo pone al borde del prematuro retiro, pero aun así logra terminar cuarto en la general.

2014, 20 años. Esta temporada no hubo mayores contratiempos y se llevó las dos máximas pruebas a las que podía aspirar en su categoría: la vuelta de la juventud a nivel nacional y el Tour de L’Avenir a nivel mundial.

2015, 21 años. Es fichado por un gran equipo de una potencia petroquímica de Asia central. Ese curso de estreno en el World Tour continúan los mismos problemas en los ligamentos de su rodilla derecha que lo lastran por completo los primeros tres meses. En las poquísimas rondas de una semana que pudo correr y completar, siempre estuvo entre los más destacados en las fracciones de montaña y la general. Ganó su primera etapa como profesional en agosto (la “reina” en la Vuelta a Burgos). Luego, de nuevo recrudecimiento de su lesión de rodilla hasta acabar la temporada.

2016, 22 años. Empezó en enero ganando etapa reina en San Luis, Argentina. Dos meses después tras llevarse la etapa reina de montaña, siendo líder indiscutible en el Tour de Langkawi, un inoportuno pinchazo lo privó de la victoria final cuando la tenía en el bolsillo. En junio se adjudicó la general de la Vuelta a Suiza, su primera victoria World Tour, con un dominio absoluto en la montaña y la segunda mejor crono del evento.

Disfrutando de un estado de forma esplendoroso dos meses más tarde debutó en su primera ronda de tres semanas, la Vuelta a España. Partía con enormes posibilidades de destacar en su montañoso recorrido. En la tercera etapa una espantosa caída le causó lesiones en la cara y le dejó la boca destrozada.

No se quiso retirar contrariando a los médicos y al sentido común. Su coraje y ambición eran más poderosos. No podía comer bien a causa de los numerosos puntos de sutura. Dos días después, en la quinta etapa, (por si no entendía aún el elocuente mensaje de la suerte) otra caída más lo mandó a casa. Al recuperarse en octubre, cierra el año con triunfo en la prestigiosa clásica Milan Turín. Tres semanas después, ya en su tierra, en noviembre entrenando se cayó de nuevo rompiéndose la tibia. Seis meses de baja.

2017, 23 años. Reaparece en junio en la vuelta a Suiza y cuando iba entre los mejores de la prueba, una violenta caída acabó con sus planes. Resultado: fracturas en la cara y dedos de mano derecha. Tras 1 mes largo parado en su reaparición ganó en agosto la etapa reina de la vuelta a Burgos. Un mes después se llevó dos grandiosas etapas de montaña ante Contador y Froome, respectivamente, terminó octavo en la general y mejor joven en la Vuelta a España, su primera ronda grande completada.

2018, 24 años. Inicio de año con sendas victorias en etapas reinas de montaña en Omán y Abu Dabhi: podio y mejor joven en ambas. Luego Tour de los Alpes, para variar, etapa reina de montaña, podio y mejor sub 25 de nuevo.

Después vino el Giro de Italia y… ¡caída en el mismo reconocimiento del prólogo! que le hizo empezar lastrado. Besa el asfalto de nuevo en la quinta etapa cediendo entre los dos accidentes tiempo importante. A pesar  de todo logra terminar tercero en la general solo por detrás de un imperial Froome y Dumoulin. Participa en su cuarta grande, la Vuelta a España, se va al suelo cuando llovía y había atacado en una etapa de alta montaña con un tramo de grava. Termina tercero y mejor joven.

2019, 25 años. No se accidenta por cuenta propia… ¡pero le tiran!. Empieza bien el año, dos de dos: victoria final en Tour Colombia y Vuelta a Cataluña. Giro de Italia: sucesión de inquietantes e inoportunos percances mecánicos en dos llegadas en alto y un aficionado perturbado, imprudente que lo tira al suelo en plena cuesta estropeando su bicicleta y penalizándolo en tiempo cuando apuraba sus opciones de podio.

Con todo y sus variadas y reiteradas desgracias, además de sus propios yerros (comprensibles ante tanto ensañamiento de la fortuna adversa) por la ansiedad de revertir su mala suerte, le dio para ser séptimo en la ronda transalpina. En la vuelta a España un par de inoportunos percances mecánicos (otra vez) y una sucesión desesperada de ataques sin premio debido (de nuevo) a las prisas por ir siempre a contra corriente ante tal persistencia de infortunios, lo deja en un cuarto puesto final y la consolación de ser el más combativo de toda la carrera. Vale, ya saben hace un rato quien es. Pero sigamos.

En 2020, de momento no le ha pasado nada y esperemos que continúe así. Victoria espectacular el sábado pasado debutando este curso en la etapa reina de Volta ao Algarve y podio de nuevo mostrando progresos en la cabra. No sé ustedes, pero probablemente estemos ante el corredor en activo más lastrado por las desgracias y peleado con la fuerza de la gravedad del pelotón mundial en el último lustro.

Pero de forma paradójica, al mismo tiempo, ante uno de los jóvenes más brillantes y destacados con diferencia en los últimos 5 años. Probablemente sea el escalador puro, fiable, regular, más contundente cuando las lesiones (contratiempos mecánicos, caídas etcétera) lo respetan por dificultad y cantidad de etapas reinas ganadas en tantas y diversas pruebas en varios continentes. Si, efectivamente hablamos de Miguel Ángel López.

Si midiéramos su tiempo real en competencia, efectivo, quitándole largas convalecencias, recuperaciones y demás percances, sumando sus accidentes; descontándole tres meses al año en que los corredores profesionales o descansan o no compiten en 5 cursos como profesional, este ciclista se habrá puesto un dorsal como mucho 6 meses durante su carrera deportiva; y eso uniendo los fragmentos sueltos de cada una de las temporadas.

A pesar de tantas interrupciones, falta de continuidad y contratiempos, ha logrado terminar 5 grandes vueltas (de 6 que ha empezado) a sus escasos 26 años con balance de: dos podios un top 5 y dos top 8. Un palmarés y regularidad en rondas de tres semanas solo al alcance de veteranos campeones consagrados en activo como Nibali, Froome, Valverde y Quintana.

Otra conclusión evidente es que cuando no se cae, lo tiran, se rompe su bicicleta, o recae de sus graves dolencias de ligamentos: o bien gana la carrera o mínimo se lleva la etapa reina de montaña donde quiera que corre, o hace podio en el peor de los casos. Incluso con todo en contra y las múltiples tragedias que le caigan, se las apaña para acabar por lo menos en el top 10. Muy, muy bueno tiene que ser.

Sin embargo este corredor se encuentra muy Lejos en cobertura mediática, pasión despertada en la afición y conocimiento de él mismo -y su trayectoria- por parte de esos mismos simpatizantes de este deporte que no sean de los más versados en materia ciclística. No le dan mucho despliegue y menos portadas.

López es uno de los mejores vueltómanos del mundo libra por libra, cuando su trágico fario lo deja en paz. Y uno de los pocos y últimos impetuosos escaladores de raza capaces de llegar solos a meta con un ataque fulminante lejano que logre marcar diferencia. Seguro que podría obtener más renta midiéndolos mejor, leyendo mejor la carrera, pero aún es joven.

Nadie como él ha tenido que pasar por tantas desgracias, lesiones, fracturas, vicisitudes, reinicios y decepciones para labrarse un nombre en la élite del pedalismo mundial. Nadie se ha caído tantas veces (en sentido figurado y literal) y se ha tenido que volver a levantar para volver a ganar de inmediato.

Para esta redacción y quien les escribe es uno de los mejores escaladores del mundo y uno de los vueltómanos más regulares del pelotón con un palmarés extraordinario para lo poco que ha podido correr a plenitud. Las vueltas mayores le deben un lugar en su gloria y él tiene al menos una grande en sus piernas.

Le falta mejorar en crono, sobre todo en las largas que son las que definen grandes vueltas. Necesita pulirse en los descensos, suele sufrir. Es preciso que mida mejor el momento justo de sus ataques ya que desperdicia mucha energía en intentos fallidos. Pero sus maravillosas condiciones naturales, calidad, ambición, fondo, voluntad, honestidad para darlo todo y agresividad son innegables.

Es de esos corredores que no especulan, que nacieron para dar espectáculo. Tiene todo para ser uno de los más grandes, solo hace falta que la suerte le muestre su mejor cara al menos por un tiempo sostenido. Todos venimos al mundo con nuestra cuota de infortunio, pero este ya se la ha gastado muy rápido. En algún momento le tocará.

Ah, lo siento, me faltaba una pequeña tragedia más. Ustedes ya lo saben, pero es bueno recordarlo. Algo sin importancia que le puede pasar a cualquiera… olvidé decir que siendo adolescente sufrió un ataque por parte de dos delincuentes durante un intento de atraco para robarle su primera y modesta bicicleta de competición, con saldo de dos puñaladas en su pierna derecha. Por cierto, no le pudieron quitar la bicicleta: para hacer eso hace falta ser un superhéroe.

Oscar Trujillo Marín

¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y Twitter

Sumate en facebook: Ciclismo Internacional

Copyright © 2012-2020 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved

Exit mobile version