El plan de Alpecin: empezó como “broma” y terminó en intento de asalto
El plan de Alpecin: empezó como “broma” y terminó en intento de asalto
Van der Poel y Rickaert convirtieron la parsimonia en caos. El plan de Alpecin: empezó como “broma” y terminó en intento de asalto
El plan de Alpecin: empezó como “broma” y terminó en intento de asalto
Van der Poel y Rickaert convirtieron la parsimonia en caos. El plan de Alpecin: empezó como “broma” y terminó en intento de asalto

Se pensó que iba a ser una etapa densa y un somnífero. Pero no fue así. Lo que se pensó que iba a ser una simple etapa plana se convirtió en la segunda más veloz de la historia del Tour de France con 50,01 kilómetros por ahora, sólo por detrás de la cuarta etapa de 1999 con 50,36 km/h.
¿Los responsables? Mathieu van der Poel y Jonas Rickaert del Alpecin-Deceuninck. Tras perder a Jasper Philipsen, a Alpecin no le quedaba otra: para la malla verde solamente podrían tener alguna chance con Van der Poel quién se mostró dudoso en competir por ella. Para los sprints, cuentan con la segunda carta de Kaden Groves pero… como señaló Van der Poel ayer, no tiene la misma velocidad punta con la cual cuenta el compañero que se tuvo que retirar.
¿La solución? Jugar con la estrategia. Hacer lo que otros equipos no hacen por negligencia sabiendo que no tienen la ventaja al sprint contra sus rivales. El dúo de Rickaert y Van der Poel atacó inmediatamente en el kilómetro cero. Rápidamente tomaron 5:30 minutos de ventaja. A Lidl-Trek –que juega para Jonathan Milan, el gran favorito- le costó encontrar aliados.
Esperaban más ayuda
El director del equipo, Christoph Roodhooft lo explicó: “El plan era ir a por el sprint intermedio”. Pero después continuaron. Y se convirtió en una verdadera contarreloj para ambos.
“Intentamos darle la vuelta a una etapa que era para velocistas. Era una oportunidad para nosotros en cuanto al recorrido, pero sabemos que Merlier y Milan son extremadamente difíciles de batir”, indicó.
A Alpecin le hubiera sido de ayuda contar con más miembros en la fuga. Ejemplos sobran: Tudor, Movistar, Intermarché, Uno-X, Israel, Groupama. Equipos que no necesariamente tienen todo un equipo para un favorito de la general y que tienen velocistas de menor calibre que Merlier y Milan. Pero esa ayuda no llegó.
“Esperábamos contar con seis o siete corredores de alto nivel que quisieran participar en esta etapa. También vimos a Asgreen y Romeo, y pensamos que era factible. Pero no funcionó así”, agregó Roodhooft. “En el autobús, Jonas y Mathieu ya hablaban de competir. Ni se imaginaban que tendrían que hacerlo solos. El viento les acompaña, así que ¿por qué no?”, señaló el director de equipo, Gianni Meersman. “Si no lo intentas, no tienes nada. Se lo están pasando genial y es precioso verlos”, indicó desde el auto, en el trascurso de la etapa a Sporza.
Una “broma” que puso en aprietos a varios
Es que fue precisamente así, Van der Poel señaló a Wielerflits que todo “empezó como una broma” en la noche del día anterior. “Pero enseguida me di cuenta de que iba en serio. Creo que el pelotón entró en pánico en algún momento; en un momento dado, eran 5:30”, agregó.
“El objetivo era rodar rápido desde el principio para abrir la brecha. Sabíamos que habría una batalla por ciertos puntos detrás de nosotros debido al viento. Y luego esperábamos que amainara un poco porque los equipos de la general estarían al frente del pelotón. Pero no creo que esperáramos terminar tan cerca. Sabía que el pelotón se acercaría rápidamente. Simplemente me quedé corto. Aunque ya se han visto fugas a la vista de la línea de meta antes”, explicó.
Al final no funcionó. Van der Poel fue absorbido en el flamme rouge por el trabajo de los demás equipos, además de la dinámica en el pelotón por varias separaciones que hubo a causa de los vientos. Groves tampoco hizo podio. Pero Alpecin demostró que hay que jugársela en las etapas planas y no apostar por un insignificante decimoquinto puesto como algunas escuadras suelen hacer con el único objetivo de los puntos UCI. Hasta el propio Tadej Pogacar los felicitó. “Hicieron un trabajo fantástico, atacando todo el día. ¡Me quito el sombrero! Son una locura, porque fue una carrera increíble. Todos estábamos doloridos y sufriendo. No me imagino cómo debieron sentirse en cabeza”.
Se le cumplió un sueño
“Definitivamente tenía potencial. Llegaba a los últimos 5 kilómetros con 30 segundos restantes, así que aún tenía algo que hacer. Pero ese último kilómetro y medio fue una subida muy dura para él. Y si te alcanzan, obviamente va a ser difícil”, señaló Roodhooft.
Pero al final se cumplió un objetivo. Rickaert consiguió su gran objetivo al recibir el premio a la combatividad. “Ese era el objetivo. Jonas soñaba con subir al podio del Tour, y esta era una de esas oportunidades. Fui el voluntario que pudo acompañarlo”, concluyó.
Un final algo amargo para Van der Poel que, de todas formas, está corriendo un Tour de France de ensueño.
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