El seleccionador danés, decepcionado con Vingegaard y no puede decirlo. No hay otra lectura posible en las declaraciones de Michael Morkov, que debió morderse la lengua para no incomodar a la gran estrella de su país de cara a futuras convocatorias. Gajes del cargo que ahora ocupa y que lo obliga a navegar la delgada línea entre los poderosos egos de los que acuden a representar a su nación.
El seleccionador danés, decepcionado con Vingegaard y no puede decirlo
Morkov por un lado, su satélite en Visma por otro, y la presión popular, lograron que Jonas Vingegaard por fin corriera con la selección danesa por primera vez desde 2018, cuando era Sub23. Pero el experimento no funcionó bien, porque el ciclista pudo aportar lo que se esperaba de él ni consiguió probarse de cara a un futuro como corredor de pruebas de un día. Es más, descolgado a 109 kilómetros de meta por un gregario esloveno, abandonó poco después en una jornada para el olvido.
“Fue decisivo. Mi esperanza era que Jonas estuviera más fino y que junto a Mattias (Skjelmose) podíamos jugar tácticamente”, declaró el seleccionador a Feltet. “Está claro, la esperanza -en los papeles- era que Jonas estuviera en la misma condición con la que ganó la Vuelta hace tres semanas. Pensé que aguantaría mejor, pero respeto plenamente el calendario que hizo”, aclaró. En este punto, Vingegaard declaró que tuvo que descansar más de lo que esperaba tras su título en la Vuelta y dio la razón a quienes afirmaron que no se preparó correctamente.
“Ha sido un gran placer tener a Jonas con nosotros”, continuó Morkov, quien al menos consiguió que la escurridiza figura de su patria se vistiera con los colores nacionales.”Contribuyó enormemente a la selección, a nivel élite y con los más jóvenes, solo con su presencia. Estoy seguro que, pese al resultado de la carrera, él tuvo una buena experiencia con nosotros y espero que regrese en los futuros campeonatos”, completó con toda la diplomacia del mundo.
Vingegaard no contribuyó en nada
La realidad es que, a este nivel, Vingegaard no contribuyó en nada. Ocupó una plaza que bien pudo haber sido para alguien con más piernas que asistiera como era debido a Skjelmose, séptimo aquí y cuarto en el Mundial hace una semana. “Mattias está entre los mejores del mundo, lamentablemente le falta un poco para seguir a Pogacar y Remco, pero está justo en el límite”, ratificó el técnico. Pues bien, no fue el único al que le faltó, y eso que su líder había dicho que achicó la brecha con el esloveno.
No es culpa de Morkov, porque de hecho se espera hace años por la presencia de Vingegaard y prácticamente declara en consecuencia. Y es cierto que una estrella de su calibre genera cosas positivas en el ambiente ciclístico, pero solo con pelear el Tour y ganar la Vuelta ya lo hizo y aquí se expuso innecesariamente al atleta y se perjudicó el resultado del equipo que bien podría haber contado con alguien más en forma, porque el propio Jonas reconoció haber estado dos semanas parado.
Finalmente, como deslizó Brian Holm -otro ex danés en Ekstra Bladet- la presencia de Vingegaard solo tuvo un efecto positivo: el económico. Es que según él, los patrocinadores de los distintos involucrados, incluida la selección, quedaron más que satisfechos con la visita del pedalista.
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