Por Oscar Trujillo Marín.
El año olímpico suele alterar la normal programación de las competencias ciclísticas del verano. Este año la vuelta por etapas más prestigiosa, para jóvenes corredores y promesas, se adelanta una semana de lo habitual: se correrá entre el 7 y el 16 de agosto.
En su versión 57, la tradicional prueba francesa -equivalente al Tour de Francia en relevancia pero exclusiva para corredores menores de 23 años- introduce cambios significativos en recorrido y dureza. En esta ocasión, se parte desde Charleville-Mézières (Ardenas).
Se evitará atravesar Bretaña hasta los Alpes como en 2017 y 2018, y las primeras secuencias de llano transcurrirán por el Grand-Est. Continúa con un par de etapas rompepiernas y de media montaña: la primera con llegada en Besancon y la segunda de ellas que culmina en el col de La Faucille.
La traca final, con las tres últimas etapas de montaña, permanece inalterada corriendo por la zona de de Auverge-Rhone-Alpes. Y el plato fuerte, donde muy probablemente se terminará definiendo la carrera llegará, al igual que en los últimos años, por los alrededores de Saboya-Mont-Blanc.
Hay más y variada crono este año también. Regresa el prólogo, ausente en las últimas 5 ediciones. Continúa la tradicional contrarreloj llana por equipos. Y (esta es la novedad) tienen que afrontar media etapa rumbo a Saint-François-Longchamp, en forma de cronoescalada individual de 14 kilómetros al 8.5%.
Utilizando por primera vez -en competencia oficial- una ruta de la Madeleine inédita, con mayores porcentajes, que de seguro, y como viene sucediendo desde hace años, la organización del Tour de Francia (que es la misma en esta carrera) terminará incluyéndola en próximas ediciones de la Grande Boucle.
También se encontrarán dos etapas de alta montaña realmente temibles, con encadenados y puertos como Col de Chaussy (15 km al 6,5%) y Col de Mollard (17 km al 6.3 % o 19 al 6% según la vertiente). Y la guinda del pastel será el último día, con la subida al colosal Iseran (2764 msnm) de grato recuerdo para el ciclismo colombiano, y sobre todo para Egan Bernal.
Sin duda, un trazado muy atractivo para el lucimiento de los escaladores. Por lo demás, la participación no se toca: son 26 equipos invitados con ciclistas menores de 23 años, entre selecciones nacionales y equipos regionales franceses para 10 días de competencia.
El Tour de L’Avenir de este año será uno de los de mayor dureza en mucho tiempo, y seguirá siendo la vitrina más importante para jóvenes promesas y corredores llamados a ser las grandes figuras en pocos años. Para no ir más lejos, y valorar el gran nivel de la prueba, entre los últimos ganadores podemos citar a Nairo Quintana, Esteban Chaves, Marc Soler, Miguel Ángel López, David Gaudu, Egan Bernal, Tadej Pogacar y Tobias Foss.
Oscar Trujillo Marín
¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y Twitter
Sumate en facebook: Ciclismo Internacional
Copyright © 2012-2020 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved