El Tour de los Alpes presenta un recorrido sin finales en alto
La que por excelencia es la puesta a punto final para el Giro d’Italia, tendrá un recorrido exigente pero sin ningún final en alto, seguramente con el propósito de incentivar los ataques a distancia. Esa será la esencia del próximo Tour de los Alpes (15-19 de abril).
Esta 47º edición contiene un arranque liviano, destinado para el brillo de los más explosivos, que a la postre, quedarán borrados en la alta montaña.
La batalla debería empezar en Schwaz el tercer día con el doble paso por el encadenado Weerberg-Pillberg, en el que esos escaladores con buen rush, pueden sacar provecho de esos que optan por esfuerzos de más largo aliento.
Para ese tipo de corredores están diseñadas las dos últimas jornadas, con ascenso mucho más largos -aunque sin gran altitud-, donde las movidas ganadoras tendrán que darse lejos de meta aprovechando puertos que son ideales para medir el aceite días antes de la ronda italiana.
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