Por @amatiz12
Pensar que Richard Carapaz será la principal baza del INEOS en la gran vuelta francesa es algo desacertado, principalmente por la naturaleza del trazado y la presencia de un corredor que encaja mejor con el perfil. No obstante, la labor que cumplirá el ecuatoriano será fundamental en el rompecabezas de la renovada estrategia que presentará el conjunto de Brailsford.
Pero ojo, no porque Carapaz no sea la carta principal no significa que no sea una opción. Claro que lo es. Cuando uno se refiere a uno de los escaladores más talentosos y al más agresivo de la estructura británica, tiene claro que a las primeras de cambio él no hará las veces de gregario. El tema recae en que el método que deberá emplear para ganar es el más arriesgado de todos y el que casi nunca otorga ese resultado.
Esa fórmula es la de la valentía, ser el primero que mueva el árbol e incluso probar de lejos. Las dos cronos son un handicap, y tanto él como el resto de escaladores puros que acudan al Tour están obligados a sacudir la carrera en los días de montaña para soñar con esa remota opción de hacerse con la general.
La diferencia de ‘Richie’ con otros grimpeurs como López, Mas o Landa, es que él tiene en su equipo a alguien al que le es más factible pelear por el título, caso de Geraint Thomas. Y la presencia del vencedor de la edición de 2018 es la que destapa la cara real de su papel, o al menos la que a mi forma de ver, visualizan los directores deportivos del INEOS.
Carapaz más allá de ser una baza, es la ficha elegida para meterle presión al Jumbo y Pogacar. Me explico. Está claro que, para triunfar, tendrá que moverse. En una situación normal, el cuadro neerlandés o el joven esloveno harían lo posible -dentro de sus límites- para cerrar un ataque del sudamericano, pues para curarse en salud es bueno que un ciclista de su envergadura no descuente un tiempo sustancial. Es alguien que sí tendría una estricta vigilancia por parte de los grandes favoritos. Sería extraño si no salen a su rueda.
Entonces, la dinámica sería: ataca Carapaz, responde Jumbo, Roglic o Tadej. Sin embargo, la expectativa es que esos movimientos no queden en vano, alguno debería fructificar ya sea rompiendo el bloque de las abejas, mermando notoriamente las fuerzas de los eslovenos o en el mejor de los casos, con la diferencia de segundos favorable para el carchense. Obviamente, puede que ellos tengan con qué responder y que esa ofensividad no permita el desenlace esperado, pero por lo menos, no quedará el remordimiento de no haber hecho algo.
Lo que se pretende con esa osadía de Richard, es que le permita abrir una brecha lo suficientemente amplia para defenderla en la contrarreloj final, o lo que se busca inicialmente que es poner en aprietos a los dominadores del último Tour.
¿Y quién se beneficia de eso? Thomas. A él lo llevan en coche. Mientras su compañero hace el trabajo sucio, la faena del desgaste, el galés sólo debe ocuparse de no perder la rueda de los eslovenos y si puede, rematarlos en los últimos metros de los ascensos. Por supuesto, para eso debe volver a encontrar su mejor versión.
Teniendo el moldaje soñado, ese de trepador y contrarrelojista, es consciente de que el recorrido de la ronda gala le cae como anillo al dedo. No tendrá la presión de ser él quien deba pescar la debilidad de sus máximos adversarios, porque de eso se encargará Carapaz. Geraint se ocupará de ir afilando las garras para pegar el zarpazo en el momento en que su colega de 27 años haya destapado la flaqueza de Roglic o Pogacar.
En el seno del cotizado cuadro inglés tienen claro que los días de control y tácticas defensivas se han acabado. Ha llegado la hora de cambiar el manual y ejercer nuevas maniobras. Ellos más que nadie comprenden que la única forma de desmantelar un imperio como el del Jumbo o la solidez de un galáctico como Pogacar, es atacándolos. Y si en sus filas tienen a un pedalista que corre bajo ese credo, ¿qué están esperando?
La mayoría se excusan en que no disponen del material suficiente como para hacerle peso a esas dictaduras. Contrario a INEOS, que no puede inventar algún pretexto para no tantear. Si para algo hicieron uso de su chequera fue para recuperar el trono que perdieron. Ellos sí tienen cómo inquietar a Primoz y compañía.
Carapaz contribuirá significativamente para eso. Muy seguramente él tendrá la llave de la Grande Boucle, porque al ser quien buscará desnudar la fragilidad de los máximos aspirantes, puede ratificar que ellos tienen la primera plaza en sus piernas o encaminar la carrera para que su dueño sea otro, probablemente un Grenadiers.
Si su coraje le otorga el beneficio de llegar con 1’30” o 2’00” a la penúltima fracción, genial, porque su equipo logra el objetivo. Sin embargo, si al menos despoja a los eslovenos de su interminable combustible -que es un escenario más realista- que eso le permita a Thomas dar el hachazo e inclinar la balanza a su favor.
El ecuatoriano intentará triunfar a lo grande, pero si no se da, deberá tener la lucidez para captar que su tarea tiene como propósito inicial hacerle el trayecto más fácil al galés, que es la gran apuesta de INEOS para recobrar la camiseta amarilla.
Alejandro Matiz
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