En el nombre de Porte
Por @pmpalermo
Y finalmente pasó, Chris Froome, el intratable líder del Tour de Francia mostró signos de debilidad y nada más y nada menos que en la montaña, terreno en el que había marcado las mayores diferencias hasta ahora.
Pero lejos de querer analizar las fuerzas del jefe de filas de SKY, se trata de resaltar las prestaciones de quién, por enésima vez en la presente temporada, hizo de ángel de la guardia para el nacido en Kenia.
Richie Porte, pues de él se trata, fue el encargado de marcar el ritmo a su apajarado capitán, y fue gracias a su trabajo que los pupilos de Brailsford limitaron los daños con respecto a Nairo Quintana y Purito Rodríguez.
La actuación del australiano en beneficio de Froome en este Tour comenzó desde la etapa ocho, en la que lo catapultó al triunfo en Ax3 Domaines tras descolgar a casi todos los demás gallos, llegando él mismo en la segunda posición ese día.
La jornada posterior fue la peor para el nacido en Tasmania, que perdió 18′ quizás pagando el esfuerzo previo y el ritmo brutal del Movistar, por lo que de allí en adelante, descartado de la general, se guardó todavía menos, haciendo de guardaespaldas a veces y de lanzador en otras, según las circunstancias de turno.
En el Mont Ventoux repitió sus prestaciones previas poniendo una marcha tan dura que destrozó el grupo de favoritos, por lo que cuando su capitán arrancó, sólo Contador aguantaba.
Pero los dos momentos clave en los que Froome más lo necesitó llegaron: el primero fue en el decimosexto parcial, cuando Katusha y Saxo le tendieron una emboscada en la, en teoría intrascendente Col de la Manse, donde anuló casi todos los ataques y tuvo fuerzas para volver al grupo y proteger a su líder luego de haber quedado descolgado tras los múltiples intentos de Contador; el siguiente, fue cuando tuvo la crisis de hambre en el mencionado Alpe d’Huez.
Quizás se le puede achacar que no estuvo junto a su jefe de filas la jornada de los abanicos, esa que dejó fuera de carrera a Valverde, aunque trabajar en el llano no es su obligación.
Froome fue individualmente, hasta ahora, el más fuerte de la Grande Bouclé, la clasificación así lo indica, pero gran parte de ese éxito se lo debe a Porte, y lo dejó en claro tras la etapa de hoy al agradecerle públicamente.
Dicho sea de paso, habría que ver si el Maillot Jaune recuerda cuando hace un año cerca estuvo de dejar tirado a Bradley Wiggins, líder absoluto de la escuadra en ese entonces, que mucho hubiera agradecido un gregario incondicional como el buen Richie.
SKY apostó a renovarle al de Australia en detrimento de Rigoberto Urán, y si bien echarán en falta al colombiano, la elección les da rédito con un ciclista que de seguir con esta progresión disputará una grande en poco tiempo, cumpliendo los pronósticos que muchos hicieron tras su irrupción en la elite portando la Maglia Rosa en el Giro 2010 en el que finalizó 7º y como mejor joven.
Por eso, cuando el domingo Froome se vista de amarillo definitivamente, y con las dedicatorias familiares al margen, el primer nombre que tendría que salir de boca del keniata es el de nuestro protagonista, contando al mundo que ganó la carrera más difícil, en parte, gracias a su fiel gregario, como ya lo hizo en Romandía y Dauphiné.
Pablo Martín Palermo
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