La pandemia impulsó sobremanera la virtualidad y el ciclismo no fue la excepción. En ese marco emergieron infinidad de atletas top, sobre los rodillos, aunque apenas un par luego ratificaron eso en la realidad. Es que estas bestias de los vatios luego no pudieron estar a la altura de los demás factores del ciclismo, como la técnica necesaria para rodar en pelotón. Aún así, los equipos siguen reclutando en ciclismo virtual pese a decepciones masivas.
Equipos siguen reclutando en ciclismo virtual pese a decepciones
Quitando a Jay Vine y Neve Bradbury, no hay otros ciclistas exitosos en el pelotón profesional que haya surgido de las plataformas virtuales. Está por verse hasta dónde llegará Anton Schiffer, contratado por Visma, o Mattia Gaffuri, noticia hace unos días por su fichaje con Picnic y última gran esperanza del ciclismo on line, que fichó por dos temporadas con la esperanza de trasladar sus monstruosas cifras de potencia a la realidad.
Los hechos marcan que los corredores que llegan desde los rodillos, aún con números increíbles, luego padecen el resto de los apartados del profesionalismo real, especialmente la falta de técnica y las presiones de competir codo a codo contra otros ciclistas. Aún así, eso no ha frenado a los equipos, que siguen realizando un minucioso proceso de seguimiento como hacen con los jóvenes juniors.
A traves de plataformas como Zwift, los caza talentos pueden verificar números de inmediato sin tener que lidiar con los padres de los prospectos ni con las trabas que otros profesionales ponen al tener derecho a no revelar sus valores de pasaporte biológico, por ejemplo. Básicamente, acceden con un click a mucha información sin perjuicios y pueden analizar todo antes de entrar en contactos y negociaciones.
La otra cara
Pero así como los equipos apuestan a fichar por esos medios, también hay ciclistas que se meten a los mismos porque tienen más incentivos. El más lógico, por supuesto, llegar al pelotón profesional y ser existosos, como Vine, que aún así ha padecido hasta poder asentarse porque sus reiteradas caídas solo reflejan sus orígenes y las carencias técnicas obvias.
Sin embargo, las plataformas en cuestión ofrecen un nicho lucrativo para esos capaces de mover vatios increíbles pero sin talento para rodar en pelotón, hasta tal punto que algunos, con los premios, ganan más que corredores de ruta. Los diferentes torneos y eventos de E Sports tienen premios jugosos y no son pocos los que prefieren ser profesionales de rodillos antes que mero relleno en las rutas del World Tour. Así sucedió con dos que emergieron por estos medios, probaron suerte en carretera y ahora regresaron a la virtualidad.
“No diría esclavitud- pero sí como que tenían mucho control”
Se trata de Jason Osborne y Michael Vink, que estuvieron con Alpecin y UAE respectivamente. El primero ganó más dinero en una sola prueba virtual que el mismo Pogacar en el Mundial de Kigali. Encima, disfrutará de una libertad que echó en falta cuando militó en la estructura de Van der Poel. “No quiero decir que odié mi paso por el World Tour, fue una gran experiencia, pero era tiempo de dar un paso al costado”, contó al podcast Virtual Velo.
A sus 31 años, no quería ataduras. “Tenía que ir a donde ellos quisieran, siempre se sintió -no diría esclavitud- pero sí como que tenían mucho control. Y hay un punto en el que no vale la pena. No con el riesgo de caerme”, finalizó, aceptando sus limitaciones.
Un dato interesante es que los equipos están empezando a involucrarse cada vez más y planean tener sus propias estructuras de ciclismo virtual por la lucrativa economía mencionada. Así como hay pedalistas que se vuelcan a la virtualidad por los pocos riesgos físicos y los elevados premios en oferta, las estructuras están buscando la manera de sumarse a la tendencia. En plena era de la tecnología, esta historia está lejos de acabar, aunque sí parece poco probable que los atletas virtuales triunfen en el ciclismo de carretera.
Descubre más desde Ciclismo Internacional
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
