Por Oscar Trujillo Marín
La escuadra australiana Mitchelton-Scott, luego de su telenovelesco melodrama protagonizado con la fallida compra por parte de Manuela Fundación, y de una incertidumbre en cuanto a su continuidad -que por suerte ya ha sido apaciguada- vuelve a ser noticia pero por temas más amables. Ha anunciado su formación para la vuelta a Burgos dándole aún más lustre a un evento muy atractivo y esperado esta inquietante y extraña temporada. Será el primer test serio de muchas figuras.
Esteban Chaves y Simon Yates intentarán pelear por la carrera o dar alguna alegría en las dos etapas con final en alto (Picón Blanco 8.5 Km al 9.2% y Lagunas de Neila 15 km al 4.5% pero con los últimos 4 muy duros por encima del 10% ). El colombiano, tras haber sido flamante ganador del Tour de L’Avenir en 2011, obtuvo su primer triunfo como profesional en Europa el año siguiente, justo en las lagunas de Neila, hace ya 8 años.
El corredor de Mitchleton-Scott confesó el componente emotivo que lo mueve para esta prueba “La Vuelta a Burgos es especial para mí porque en 2012 obtuve mi primera victoria profesional en las Lagunas de Neila. Este año volveremos a subir, así que es emocionante. Hay dos llegadas cuesta arriba, por lo que será interesante ver cómo las piernas se comparan con los otros ciclistas y en qué medida el entrenamiento y todo el trabajo en Colombia están dando sus frutos” explicó el bogotano.
Chaves, corredor de sonrisa fácil, amplia, franca que cae bien, y es muy querido donde quiera que va, lleva ya unos años intentando encontrar su mejor versión, cuya esperanza ha mantenido con fogonazos aislados. Su gran progresión constante y sin contratiempos la tuvo entre 2014 y 2016 donde dio sus mejores resultados y tenía un demoledor golpe de pedal en las cuestas.
Dos grandes problemas de salud le han lastrado para tener un mejor palmarés. Primero pasó el 2013 totalmente en blanco recuperándose de su espantosa caída a principios de año, y luego en el mejor momento de su carrera deportiva pilló un virus que lo lastró demasiado.
Tras la obstinada mononucleosis que padeció entre 2017 y 2018, se evidenció una considerable merma en sus prestaciones y logros de lo que se espera esta minitemporada ya no queden huellas. Sin embargo, con todo y eso su lista de triunfos está plagada de victorias y trofeos de prestigio, es el único latinoamericano que se ha llevado un monumento: El Giro de Lombardia 2016; ha sido podio en en el Giro de Italia y la Vuelta a España. También ha ganado 5 etapas en grandes vueltas entre otras destacadas actuaciones. Para un tipo acostumbrado a duros golpes de la vida, que ha hecho del estoicismo y la resiliencia su bandera, acostumbrado a levantarse de la desgracias, y no rendirse en los peores escenarios, este 2020, que nos atemorizó a casi todos, puede ser el más idóneo para volver a sentirse protagonista.
Oscar Trujillo Marín
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