Por @pmpalermo
El 2020 de Filippo Ganna despierta aún más el interés respecto a su progresión en los cursos venideros. El italiano brilló en su especialidad -las cronos- pero también dejó algunas pinceladas escalando, con lo que rápidamente surgieron comparaciones odiosas y absurdas. Sin embargo, tal como apuntamos desde este espacio, no habrá un “nuevo Indurain” como muchos se apuraron en caratular al de INEOS.
Y el propio Ganna se encargó de echar por tierra esas teorías con sus más recientes declaraciones, en las que avisó cuáles serán sus retos en 2021. “La prioridad son los Juegos Olímpicos, y luego pensaré en las clásicas”, afirmó el portentoso rodador de 24 años, dueño de un físico ideal para los adoquines merced a sus 193 cm y 82 kg.
El pistard, récord mundial en persecución, reconoció que ni él esperaba lo que logró en el Giro, donde además de cuatro parciales llegó a Milán. “Pensé que iba a ser uno de los primeros en abandonar”, reconoció a Sky Sports. A tal punto fue así que, hace un tiempo, “Pippo” había declarado que necesitaba añadir resistencia a su cuerpo y que para eso INEOS debía llevarlo a rondas de tres semanas. Pues bien, su estreno fue un éxito.
Las dianas sobre la cabra fueron previsibles, Ganna está en otra categoría hoy mismo y no tuvo competición. Lo que más revuelo causó fue su triunfo en la etapa 5, cuando coronó la fuga en un día extenso, con mal clima y montaña. Eso disparó el exitismo de quienes ven un vueltómano en potencia apenas supera una trepada.
Para ponderar apropiadamente lo que hizo el rodador italiano es conveniente evaluar contextos. Es real que resistió la cota de 1ra categoría, pero la misma era larga y muy tendida, ideal para gente capaz de poner un paso. Nunca estuvo contra las cuerdas porque los rivales no eran top y el nivel de escalada baja estando en fuga.
Además no se puede olvidar la suerte de regalo que le hizo De Gendt, quien prefirió perder y hacer correr la misma suerte a Rubio, que ir tras el flamante Indurain. El belga y el colombiano habían llegado desde el lote de favoritos, recortando dos minutos rápidamente. Tenían piernas, con lo que se confirma que su duelo personal benefició al gigantesco contrarrelojista.
No es casualidad que las dos veces en las que Ganna lo hizo bien cuesta arriba haya sido en trepadas largas con poca gradiente. Antes lo hizo en el Colorado (San Juan), y ahora en el Valico de Montescuro (22.7 km al 5.8%), con un sólo kilómetro por encima del 7%. Poco para catalogarlo de escalador y compararlo con otros croners que intentaron la transformación.
Él mismo, al apuntar a las clásicas, responde a sus enfervorizados fans. Con semejante humanidad es más lógico tratar de aprovechar la potencia absoluta y la inercia que ir a enfrentar la gravedad contra gente que pesar 15-20 kg menos y nació para eso. Es más, en INEOS puede hablar con Rohan Dennis, que le contará de primera mano lo mal que la pasó en sus años volcado a generales de rondas por etapas.
De hecho, allí está el ejemplo gráfico de lo que puede depararle el futuro si elige ese camino. Rohan fue la pieza clave en el título de Tao gracias a su sensacional labor en los puertos de la última semana. Pero no fue rival sobre la cabra ni mucho menos estuvo en la conversación por el rosa. Loable, pero a media agua en todos los aspectos. ¿Por qué elegir la segunda línea cuando puede ser cabeza de cartel en otros terrenos?
Por suerte, Ganna no se dejó llevar por el exitismo y seguirá volando a la estela de Sagan y Alaphilippe, sus referencias, según afirma. “Lo único que tengo por seguro es que quiero mantener la combinación entre pista y ruta, me ofrece una versatilidad única y la posibilidad de perseguir objetivos diferentes, de ser competitivo”, cerró el italiano.
Ojalá “Pippo” no siga ideas absurdas. No sólo serían contraproducentes por lo que tendría que bajar de peso, sino que lo apartarían de múltiples gestas a su alcance, tales como el Récord de la Hora, las clásicas, nuevas marcas en la pista o tal vez generales en rondas de una semana sin tanta dureza.
Los últimos que lo intentaron con características similares y limpios no llegaron lejos. Uno es Dennis, el otro Tony Martin, que no pasó de alguna exhibición en Tour de Suiza y similares. Antes lo hizo Bradley Wiggins, que amén de paquetes sospechosos que hoy ponen en duda sus gestas, cayó en depresión por los sacrificios que tuvo que efectuar. Sólo Tom Dumoulin podría decir lo contrario, aunque el “tulipán” pesa 10 kilos menos y eso es una bendición en la inminente puja contra la balanza que debería iniciar el italiano.
¿Vale la pena pudiendo ser el más grande en su especialidad?
Pablo Martín Palermo
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