Giro de Italia: Traición a su esencia en favor de sus intereses

Por @amatiz12

Cuando se presenta la oportunidad de tener algo a lo que no siempre se puede acceder, se hace todo lo que esté al alcance para adquirir ese lujo, incluso si eso implica prescindir de ciertos elementos que han construido la identidad de quien lo persigue. El Giro d’ Italia plasma esa situación con el trayecto de su 104.ª edición, que rompe su esencia para atraer a un listón de estrellas que normalmente se ausentan en suelo italiano.

Antes que nada, definir esencia como el conjunto de características necesarias para que algo o alguien sea lo que es. En el tema en cuestión son dos las propiedades que desaparecen, los exigentes encadenados montañosos y el equilibrio. Valga la redundancia, profundizar en ambos, aunque con un poco más de énfasis en el primero, ya que el segundo, aunque importante, no deja de ser muy evidente y claro.

El Giro de este 2021 está esquematizado para escaladores, esa afirmación no se refuta. Pero diseña su recorrido para favorecerlos mediante una fórmula poco empleada por la carrera: incrementando las etapas que acaban en ascenso. Dicen por ahí que al trepador le es más benévolo tener la mayor cantidad de finales en alto posible. Esa es una verdad a medias, cuando varias de esas múltiples cimas no contienen su buena longitud, pendiente y altitud, y en especial, cuando no están precedidas de trepadas que le hagan pegar un buen ‘calentón’ a los corredores.

Esas rutas compuestas por varios puertos de envergadura, que son propicias para emboscadas valientes, donde la estrategia colectiva prima y que otorgan el decorado ideal para ver ese ciclismo ofensivo, simplemente son pocas a comparación de otras ediciones. Ese tipo de jornadas son las que han enaltecido a la Corsa Rosa, porque ahí es donde se han escrito varias de las epopeyas de este deporte. Son un sello invaluable de la identidad de este evento.

La mezcla entre las alternativas tácticas que ofrecen esos trazados y la dinámica de descontrol propia de la carrera, son el detonante del espectáculo que sólo el Giro puede brindar. Partiendo de esa premisa, uno cuestiona por qué optaron por reducir el número de etapas de ese estilo. El no tenerlas es un causal de la disminución de esa diversión, trasladando durante varios de esos días montañosos toda la emoción hacia el ascenso final-como si eso hiciera falta en este ciclismo moderno- y dejando durante pocas fracciones la opción de que los movimientos se produzcan de lejos.

Si a lo anterior se le añade que, algunos de los ocho grandes remates del género que propone la ronda italiana no son realmente escaladas puras que sean escenario de un duelo directo por la general, eso a lo que conocemos como ‘final en alto’ se aminora a unos cinco en verdad, revalidando el desacierto de la organización en la repartición de las dosis de trepadas.

La preferencia por multiplicar las conclusiones subiendo no siempre es el camino para hacer de la montaña un desafío de gran magnitud. Es más, sobre todo en esta era de autoritarismos y temores, apostar por hacer descuentos significativos en los finales en alto es la menos oportuna de las vías. O se resuelven en embalajes en grupos pequeños, o dictaminan diferencias de segundos. Ya ni siquiera el puerto más duro que coloquen como colofón es garantía de ver minutadas entre los galácticos, por citar un ejemplo, en L’Angliru de la Vuelta pasada, los siete primeros estuvieron en 26 segundos, ¡26 mínimos segundos en una escalada macabra!

Cruda realidad, que debe llevar no a la fulminación de estas llegadas, pero sí a limitarlas y no saturarlas, cosa que en Italia se venía haciendo bien. Aparte, refuerza la rentabilidad de los encadenados, que posibilitan un marco más apropiado para sacar un tiempo mayor y constreñir al escalador a aprovechar su terreno.

El Giro de este 2021 está esquematizado para escaladores, esa afirmación no se refuta. Pero diseña su recorrido para favorecerlos, mediante una fórmula poco empleada por la carrera: achicando la porción de longitud contra el crono. Dicen por ahí que al trepador le es más benévolo tener la menor cantidad posible de kilómetros en contrarreloj. Esa es una verdad absolutamente cierta, porque entre más tiempo y metros que el experto en escalada tenga que luchar ante el cronómetro, menos opciones tendrá de vencer en una competición de tres semanas, debido a que ese ejercicio se le atraganta y no es capaz ni con 10 parciales de montaña de adquirir la renta suficiente para defenderla ahí.


El recorrido del Giro de Italia 2021


Particularmente eso choca con su esencia, porque si hay algo en lo que el Giro dejaba atrás a la ronda francesa y la española, era por su estupenda idoneidad para atinar al equilibrio, ascensos y crono por igual. Esta edición posee una balanza demasiado inclinada hacía el costado de los escaladores, afectando notoriamente a aquellos que lo hacen mejor en pruebas a reloj.

A título personal, considero que cualquier gran vuelta, llámese Giro, Tour o Vuelta, debe retar a quienes aspiran a conquistarlas, y el método más adecuado es ponerlos a rendir en todas las modalidades. Triunfar en un certamen de 21 días no es tarea sencilla, y se complica aún más cuando el vencedor se ve forzado a acrecentar su rendimiento en la especialidad que menos le encaja, o a ser dominante en el terreno que le es más amigable. Si quieren que su campeón sea de ese perfil, deben dibujar un trayecto con equilibrio.

La prueba italiana se había avezado a desafiar a los titanes bajo esa base y el resultado siempre superaba las expectativas. En 2017, con un Tom Dumoulin que tuvo que sortear las exigentes jornadas de ascenso para ceder el menor tiempo y a la postre, sentenciar en la crono. En 2018, con un Chris Froome que sacó su anverso más impávido en Finestre con 80 kilómetros por delante para obtener la codiciada Maglia Rosa. O en 2019, con un Richard Carapaz que a capa y espada se defendió en los 58 kilómetros de contrarreloj y además instaló una supremacía escalando. En este 2021 –con permiso de algún especialista en el ejercicio individual- quien asalte la primera casilla de la tabla general, le bastará con avasallar en las trepadas.

Por cierto, el hecho de que la carrera abra y cierre con contrarreloj, no hace de dicha modalidad un elemento clave como en otros cursos. El motivo es porque mientras el kilometraje al reloj sea corto (38.4 para esta ocasión), poco importa el día donde lo coloquen. Lo pueden localizar todo al principio, a la mitad o al final, pero mientras la cuota escaladora sea mayor, la crono pasa a un segundo plano independientemente de sus condiciones y todavía con mayor razón, en una competencia donde el descontrol prevalece ante todo. Hay terreno de sobra para abrir distancias que sean casi imposibles de acortar en una prueba a cronómetro.

Aunque disguste mencionarlo, los episodios presentados exponen un retroceso de la organización en ese sentido. Divorciarse del equilibrio hace que todas las masas se centren en un mismo campo, creando una monotonía que muchas veces puede resultar en el hastío y el abarrotamiento.

No obstante, la historia da una vuelta cuando se descubre el por qué de todo esto. Si no hubiese un acontecimiento singular, probablemente, el trazado sería el tradicional, con su adecuada dosis en las distintas propiedades. El dilema radica en que el Giro modifica su compendio para amparar uno de sus principales intereses: gozar de un cartel de lujo.

Tristemente, a pesar de ser la ronda de tres semanas que más atrae en cuanto a espectáculo y osadía, normalmente no tiene los pedalistas que sí ostenta el Tour de Francia. La influencia comercial de la Grande Boucle, su relevancia dentro de la historia de esta práctica y la ventana que supone para muchos equipos hace que se establezca como la máxima prioridad, reservando así a los mejores hombres para comparecer en julio en carreteras galas. Si a ello se le suma que la Corsa Rosa se localiza con un mes de anticipación a la mencionada competencia, pone en jaque a los vueltómanos que deben elegir entre una u otra como gran objetivo, ¿y generalmente por cuál se reclinan? El Tour.

Por ello, el Giro ha aprendido a convivir con ese decorado y ha sabido resarcirse. Quizá esa masiva ausencia de varios estelares ha elaborado el estilo de barullo que lo ha hecho único. Sin embargo, es innegable que a cualquier certamen le encantaría tener en sus filas a los mejores de la materia y que harían todo lo posible para que participen en cada una de sus ediciones. A los italianos se les ha presentado la opción de disfrutar de esa pompa y lógicamente no la quieren dejar pasar.

El rechazo de una gran parte de los trepadores puros que batallan por las generales a la gran vuelta francesa abrió una puerta para que en esta campaña persigan otras metas. Por jerarquía, luego del Tour, está el Giro. Y para allá van varios: Egan Bernal, Mikel Landa, Emanuel Buchmann, Thibaut Pinot, Romain Bardet, Simon Yates, o quizás hasta Remco Evenepoel.

Entonces, no hace falta ser un genio para comprender que el camino para fortificar esa idea de estos capos es diseñándoles un recorrido afable, con una balanza donde el plato de la montaña pese muchísimo más que el de la contrarreloj. Donde les fueran a meter otra crono la historia sería totalmente distinta, porque ahí sí, muchos de ellos hubieran optado por volver a Francia.

Tiene mucho sentido que en esta versión que conmemora los 90 años de la Maglia Rosa, las rutas se eligieran con el fin de hacerle más cómoda la vida a los maestros del ascenso. No es del agrado para quien escribe estas líneas, pero se entiende perfectamente que reinen los intereses de darle caché a la prueba, por encima de la dureza propia de su identidad.

El hincapié será distinto, en lugar de que su fulgor se centre en la locura y explosión que, para esta oportunidad, la competición itálica brille por la aparición de ruteros de gran nivel, que sobresalen por su inmaculado talento para afrontar las más intensas pendientes. Algunos de ellos, como los franceses, acuden ahí para esquivar la presión del Tour, no obstante, la mayoría lo hace porque son conscientes de que lo único que podrán ejecutar en territorio francés, es el papel de espectadores ante un trayecto con el que sus opciones son nulas.

El Giro de este 2021 está esquematizado para escaladores, esa afirmación no se refuta. Pero diseña su recorrido para favorecerlos, porque está ante una de las pocas chances de reunir a una buena parte de ellos. Dicen por ahí que algunas veces hay que desprenderse de piezas fundamentales de la esencia con tal de obtener apetecidos beneficios que fomentan ciertos intereses. El Giro es el fiel reflejo de eso, porque se priva de otorgar sus habituales encadenados montañosos y dosis equitativas entre escalada y contrarreloj, con tal de seducir a eminencias como Bernal, Pinot o Bardet, que en circunstancias comunes y corrientes no asistirían a correrlo.

Alejandro Matiz¿Te gusta lo que hacemos? Seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional

Copyright © 2012-2021 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved

25 pensamientos sobre “Giro de Italia: Traición a su esencia en favor de sus intereses

  1. Sí el Giro supuestamente está descompensado donde quedará el Tour. Considero que el Giro tiene el mejor trazado de las tres grandes este año y va a ser un espectáculo. Nada de acuerdo con aquello de “que desaparecen los exigentes encadenados montañosos”, aunque después se intente matizar esa afirmación. De lo que recuerdo hay dos encadenados brutales, uno de ellos con tres puertos sobre los 2 000 metros de altura, si se quiere atacar de lejos y dinamitar la carrera

    1. Si lo compara con ediciones anteriores, claramente el número de etapas con esos encadenados se reducen considerablemente. No coincido en que el Giro tenga el mejor trayecto. No se le puede considerar a un recorrido el mejor cuando está tan descompensado como el de la ronda italiana, pero si usted considera que son mejores los trazados con desequilibrio y notoriamente favorables para los escaladores, es una posición que respeto, aunque no la comparto. Gracias por su comentario.

  2. PREFIERO la montaña a aburrirme con una etapa de 200 km para ver un spring final de 100 metros.igual la comunicacion y el famoso pinganillo se tienen que eliminar o terminan acabando con el ciclismo competitivo.

  3. Pongan el recorrido que quiera, de que haya espectáculo o no depende de los ciclistas.

    1. Totalmente cierto. Aunque seguro ese espectáculo se impulsaba más con un trazado equilibrado porque los presiona a aprovechar cada exigencia. Saludos.

  4. Comparto la opinión de Alexander García, el recorrido más aburrido es el del tour y el más atractivo el giro, como generalmente sucede. Sin duda la montaña es la esencia del ciclismo en Francia, Italia, España y los países Andinos Si se quieren ver super atletas planeadores para eso está el velódromo o los países como Bélgica o Países Bajos donde no hay montañas de gran altura y el ciclismo es atractivo pero por el adoquinado, el destapado y los largos recorridos, no por la montaña.El problema no es en sí mismo el recorrido de las grandes vueltas tiene que ver mucho los equipos y los ciclistas que no corren como antes. para que el leñero vuelva se debe eliminar el potenciometro en carrera y tal vez la comunicación. A mi parecer el potenciometro le hace mucho daño al espectáculo. “Cuando la humanidad avanza retrocede”.

    1. Acá nadie está pidiendo que el Giro sea como alguna clásica belga. El exceso de dosis de cualquier terreno, sin importar si sea montaña o crono, nunca es bueno. Si no me gusta la idea de una suprema inclinación hacía la montaña, no significa que desee que la balanza esté inclinada hacía el otro lado. Claro está que la monotonía vista en este ciclismo moderno es mayormente causada por la actitud de los corredores ante el avance tecnológico, pero los recorridos en algo influyen, porque si diseñan uno (como en este caso), que favorece exclusivamente a un tipo de ciclista, les hace más cómoda la vida y menos intenciones tendrían de hacer la carrera divertida. Gracias por participar.

  5. Para que una GV sea atractiva tiene que ser equilibrada; CRI significativa para que los llamados escaladores puros ataquen y puedan descontar el tiempo en las etapas de montaña.
    No creo que haya verdades absolutas como se intenta decir en la nota, en muchas estapas con encadenados los corredores suelen reservarse para el ùltimo puerto; muchas etapas finalizadas en la altura las diferencias son escasas porque los corredores intentan atacar en los ùltimos 500 mts. Muchas veces se sacan más diferencias en las etapas tipo clásicas, quebradas y con viento; o en las etapas que muchos odian, que son las de alta montaña con final en descenso. A modo de ejemplo: El giro que gana Carapaz, las principales diferencias las saca en una etapa quebrada, de media montaña; y en una de alta montaña pero con final en el plano. Y así podemos continuar con muchos otros ejemplos: La VE que gana Nairo, la diferencia a Froome la hace en una etapa de 110 km no considerada encadenado con llegada a Formigal (puerto suave), por una emboscada al keniata/britànico.
    Si revisamos en los ùltimos 5 años, 15 GV, pocas se ganaron por una diferencia abismal en un encadenado montañoso (sacando el GI de Froome, que por cierto Froome no es un escalador puro); suele ganarlas el que tuvo a la suerte de su lado, subió bien, bajó bien, estuvo atento en las etapas con viento y por supuesto hizo una buena Crono. En el tan recordado TdF 2020, lo gana una bestia que ganó 3 etapas, incluida la CRI y 2 de alta montaña; a un tipo que anda así, pongas el recorrido que pongas te gana una GV igualmente. Si bien las carreras dependen obviamente de su recorrido, dependen de muchísimas otras cosas, pero principalmente de los corredores y cómo las corran.

    1. Aunque exprese desacuerdo con mi opinión, la exposición de su argumento muestra gran coincidencia con lo que menciono. Hay que partir del entendimiento de que no todos los encadenados montañosos terminan en alto, muchos de ellos culminan en descenso o llano como usted indica, y de que evidentemente, son los que fomentan más ofensividad, ¡gracias por su comentario!

  6. La escencia del giro sigue alli, se ven etapas interesantes, la de sterrato en siena, la que termina en alto campo felice (esterrato) , el taponne del año de mas de 5000 mts de altitud. , el encadenado que supera los 2000 mts de altitud, la etapa 19 e incluso la ubicacion de las 2 cronos son positivos entre otras etpas interesntes y si solo 15 km le faltaron de crono, pero sin duda sera una montaña rusa de emociones este Giro, el auto estudio deberia hacerce el Tour, la Vuelta me parece que este año bajo un poco las cuestas de cabra y las combino con puertos tendidos…creo que francia deberian empezar bonificar a mitad de puertos asi se limpian gregarios o se crean ataques continuados a meta. Seria bueno que replantee alternativas para que la definicion sea mas atractivas…

    1. Tiene ingredientes interesantes, pero es más lo negativo que lo positivo en el trayecto de este curso. En Francia ya llevan dos años con lo de los puertos con bonificaciones y no sucede nada. Saludos.

  7. Buen artículo! pero solamente una cosa: la palabra Chance es en el idioma español 100% masculina; el chance, los chances. ;)

    1. De acuerdo con la RAE, es una palabra que tiene género ambiguo, por lo tanto es correcto usar ‘el chance’ o ‘la chance’, aunque en ciertos países se opta por utilizarla solo en el género masculino, motivo por el cual supongo, usted considera que se debe emplear de tal manera. De todos modos, gracias por notar el detalle, ¡saludos!

  8. ¿Y a quién atrajeron con ese recorrido? ni siquiera el campeón defensor va a ir. De hecho, creo que el único excampeón que va es Nibali. Los hombres de avanzada como siempre van al tour.

      1. ¿Me confirma cuántos giros o cuantas grandes vueltas tiene cada uno de ellos? ¿Me confirma cuál fue el último podio de Pinot, de Bardet, de Landa o de Evenepoel en una gran vuelta? salvo Bernal, pero ninguno de ellos es un vueltómano consagrado. El landismo es una mentira. No recuerdo la ultima gran vuelta que terminó Pinot ni en la que figuró Bardet o Landa. Bernal es el único que corre con un gran vuelta a las espaldas. Lo que quiero decir es que las “grandes estrellas” no se tentaron por el giro y siguen prefiriendo el tour.

  9. Interesante nota, sobre todo porque delata que la dificultad de algunos finales en Alto, no es tan importante, y por antecedentes no serán determinantes ni para la General ni para el espectáculo, se extraña una Crono quebrada a mitad de recorrido. Siguen las 3 grandes sin incorporar de nuevo la Crono por equipos, me parece que alguna CRE corta ojalá de inicio, le dan un brillo diferente a la carrera y algunas veces incluso condiciona las alineaciones de los equipos.

    1. Como ya se anotó en el artículo, hace falta más crono y si se repesca la modalidad por equipos, lo ideal sería que fuera de una larga distancia para que tenga influencia en la general. Gracias por su comentario.

  10. Evenepoel no va poder correrlo a tope, Pinot y Bardet no quieren ir más al Tour a generar expectativas, Landa necesita hacer podio en alguna grande y el recorrido del Tour no le favorece y Bernal tiene que ganarlo en alguna ocasión y esta es la precisa.

  11. Es mejor ir al Giro y ganar algo y no ir al Tour para hacer el oso con el milagroso Pogacar, los que quieran ganar algo en el Tour se deben dopar de lo contrario llegaran con las manos vacias.

  12. Un saludo muy especial a todos los foristas de tan excelente página de ciclismo y a Pablo Martín, Hunter y demás miembros del magnífico equipo. Así no me hayan extrañado, yo si que los extrañé bastante. Me había alejado porque todo mi tiempo y concurso estaban dedicados a toda la previa que implicaba empezar a correr la maravillosa carrera de ser padre nuevamente, y toda mi atención la requería mi precioso bebé desde que supe que se estaba formando por la voluntad y la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en la pancita de su mamá. Hoy en día les comparto la felicidad de que ya disfruto de Evan Jerónimo mi gotita de amor y su sonrisa es un rayo de luz en mi vida. Espero que con la ayuda de Dios, sea un gran practicante y aficionado al bello deporte del ciclismo. Y sin más preámbulos a comentar: me parece que hay una muy sutil contradicción en el artículo, pues al comienzo se hace mucho énfasis en el tipo de llegadas en alto y en los escasos segundos que hoy por hoy se consiguen en etapas sin encadenados montañosos, pero después el autor se queja de que las Cronos no permitirán descontar el tiempo de las subidas. Eso no resulta muy claro. Hoy tenemos unos especialistas del crono que en un gran día, en una corta etapa pueden hacer bastante diferencia y me refiero a tipos como Remco, Yates, Buchmann, el mismo Egan etc.
    El giro está realmente equilibrado en mi humilde opinión. Un gran abrazo a todos.

  13. Alejandro, mil gracias por su escrito que nos pone a reflexionar sobre la más divertida de las tres grandes carreras del ciclismo mundial. Usted tiene razón en muchos de sus planteamientos, pero aún así parece que tendremos una gran carrera y con un buen cartel de figuras que la harán atractiva. Ver si Landa, Pinot, o Bardet logran triunfos concretos, será interesante. También estamos a la espera de ver a un inspirado Edgan. Sí falta crono, y podría ser por equipos y extensa, pero la carrera promete grandes emociones y más divertimiento que el Tour 2021.

  14. No estoy de acuerdo con lo afirmado por el columnista. El trazado tiene su dosis de montaña, etapas planas y contrarreloj.
    Que es mas montañosa, si de acuerdo; Pero esto la hace más interesante, porque precisamente las etapas de montaña y especialmente la ALTA MONTAÑA hace mucho más interesantes las carreras, sea el Giro, el Tour o la Vuelta.

Los comentarios están cerrados.

                      
close
Facebook IconTwitter IconMi BlogMi Blog

Descubre más desde Ciclismo Internacional

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo