Tadej Pogacar, en plena preparación para su temporada 2026, recibió una dura noticia: Joseba Elguezabal, su masajista, abandonará el UAE para marcharse al Athletic Club, el mismo club de fútbol donde se fue su anterior entrenador, Iñigo San MIllán a fines de 2023. Además de su rol terapéutico, Elguezabal fue caracterizado como el hombre de máxima confianza del esloveno y supone un golpe hacia su nuevo año.
Golpe para Pogacar: se va de UAE su máximo hombre de confianza
Según informan medios españoles como El Correo y Marca, Elquezabal se despedirá en la concentración de diciembre que desarrollará UAE. Tras lo cual, comenzará su nueva etapa en el fútbol. Es muy común que los ciclistas entablen una relación de amistad con sus soigneurs o masajistas.
Elquezabal fue un hombre clave para Pogacar desde la primera concentración del esloveno en UAE en 2019, pasando por todos los tours y monumentos conquistados por el ciclista. Ambos llegaron a la estructura en la misma temporada. “Era quien preparaba la calma del líder, quien sabía cuándo tocar música —rap esloveno y Eminem, nunca reggaetón—, cuándo hablar y cuándo callar. Compartían sueños de coches deportivos, platos de pollo al curry y risas con vídeos de Instagram. Ese universo íntimo que sostenía al campeón desde dentro. Incluso el caballo del vasco se llama Poggy”, describió Marca sobre la importancia del masajista en Pogacar. No es la primera vez del masajista en el fútbol: ya estuvo en Athletic en la temporada 2013-2014 como preparador físico de jugadores como Nico Williams y había llegado allí de la mano de San Millán. También trabajó en el equipo Caja Rural y en Seguros Bilbao.
Una relación “que va más allá del puro trabajo”
“Tenemos una relación que va más allá del puro trabajo”, dijo a La Vanguardia hace dos años atrás, el masajista que Pogacar lo llama afectuosamente “papi”. “La primera concentración fue en Tarragona. El equipo empezaba a ser grande y había fichado a ciclistas como Aru, Dan Martin, Gaviria, Kristoff o Henao. Yo le conocía de oídas porque había ganado el Tour del Porvenir del 2018”, recordaba. “Al inicio no coincidimos mucho; yo me encargaba de los masajes de Martin. Fue en la Vuelta a España que empecé a tratarle e hicimos buenas migas”.
“Antes el masaje era solo en las piernas, pero ahora es en todo el cuerpo. Trabajamos todo el cuerpo, diafragma, pecho, manos, piernas, cabeza… Todo”, reveló sobre la tarea que realiza luego de cada competencia, generalmente antes de la cena. “De ciclismo casi no hablamos, ¿qué le voy a enseñar al mejor del mundo? Cuando lo hace bien, le felicito, y cuando no gana intento calmarle y darle ánimos para el día siguiente. Siempre, el que más espera de Pogacar es él mismo”. De lo que si hablan es de autos deportivos o de comida, incluyendo el pollo al curry, platillo favorito del esloveno. “Necesita que no le agobien, su música, preparar sus cosas a su manera. Yo recojo su ropa, se la lavo y se la dejo en su asiento. Él llega y tiene su protocolo. Ya está pensando en lo que viene. No tiene muchas manías ni es supersticioso, le gustan sus cuatro cosas”.
En otra entrevista a El Mundo, contó sobre la personalidad del líder de UAE: “No cambia de un día malo a uno bueno. Es muy estable. Cuando hace un etapón, está contento, pero tiene los pies en la tierra. Y cuando tiene un día duro, como el miércoles en Laruns, tiene la capacidad de no perder mucha energía en el pasado. Piensa en mañana, en cómo mejorar, en comer bien en la cena. Mente positiva”.
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