Por Oscar Trujillo Marín
Lennard Kámna del equipo Bora-Hansgrohe, desde la fuga del día, resultó vencedor en la etapa 16 del Tour de Francia, en una una predecible jornada montañosa sin mayor emoción salvo el merecido premio para el equipo más combativo. El alemán, fugado desde el comienzo, se mostró como el más fuerte de una escapada muy numerosa, fueron 164 km entre La Tour Dupin y Villard-de Lans.
Como era de esperarse la etapa partió a un ritmo vertiginoso, incesantes ataques por intentar conformar la fuga buena lograron que muy rápido del grupo se separaran muchos corredores, varias escaramuzas de avanzada ante la desesperada persecución del lote. Esto hizo que el ritmo fuera brutal. Pero ese frenesí solo duró la primera hora de carrera.
Finalmente tras una lucha feroz por consolidarse con 35 km recorridos había tres grandes grupos adelante del pelotón, uno de 28 corredores entre los que estaban destacados como: Amador, Carapaz, Castroviejo, Van Baarle del Ineos, Grobschartner, Känma y Schachmann del Bora-Hansgrohe; Alaphilipe (DEC), Pinot (GRO-FDJ, Soler (MVS), Trenttin (CCC)Herrada (COF), Barguil y Anacona (Arkea) Chaves (MIT) Hrischi (Sunweb)…
Atrás perseguían otras dos escapadas numerosas, una más cerca con hombres como Benoot (Sunweb), Pedersen (Trek), Rolland (h&H)… Luego del sprint especial km 45 (ganó Trenttin, ni Sagan ni Bennet se pudieron meter en el corte) Jumbo quitó el pie del acelerador y la diferencia creció como la espuma en los fugados pioneros llegando hasta los 7 minutos con a falta de 100 km. Sin embargo en pleno primer ascenso del día solo quedaban fugados el numeroso grupo de los punteros y atrás otro más pequeño conformado por Sivakov (Ineos), Nieve (MIT), Geschke (CCC), Powless (EF) y Sicard (TDE) que marchaban a 1 minuto.
Con 70 km por recorrer mientras se ascendía al segundo puerto los dos grupos de escapados ya se habían fusionado, sobrevivían adelante 23 corredores y contaban con 11 minutos sobre un lote absolutamente relajado. Restando 35 km al inicio del último puerto de primera categoría el lote estaba a 13 minutos y la carrera de la jugarían los escapados.
Faltando 5 km para coronar el puerto y 25 para línea de meta la fuga se había desgranado. Carapaz, Kämna, Reichenbach y Alaphilippe atacaron a sus compañeros y armaron la cuarteta con los más fuertes. Atrás Bernal ya marchaba en la grupeta de los sprinters, y -para variar- la totalidad del Jumbo-Visma controlaba el lote. Un ataque fuerte de Carapaz a dos km de la cima de primera categoría fundió a Alaphilippe y a puso a sufrir a Reichenbach.
En el descenso Kämna lanzó su ofensiva y el ecuatoriano sorprendido perseguía a 30 segundos. Al parecer, por fin después de tanta insistencia moviendo la carrera sin premio varios días, el Bora-Hansgrohe iba a tener su merecido reconocimiento con una luchada etapa. Lennard que ya había pegado en el palo el día que ganó Dani Martínez, muy fuerte, aumentó la diferencia y llegó en solitario con mucha comodidad. Gran victoria para el talentoso y versátil corredor de 24 años. Segundo entró Carapaz a 1:30 y tercero Reichenbach.
Fiel al guion de esta dictatorial “nueva realidad” en el Tour, Jumbo-Visma controló a su antojo la última subida a meta de 2.5 km al 7%. y el grupo arribo resignado bajo su férrea disciplina en otra jornada de ciclismo sin ataques en montaña para olvidar. Bueno, hubo un tímido chispazo de anarquía de parte de Pogacar y López que intentaron rascar algún segundo en los últimos 300 metros y sembraron algo de dudas en sus rivales de cara a la dura jornada de mañana. No lo lograron, pero algo es algo: tal y como está el patio fue lo más agresivo que se vio en muchos días entre los favoritos que no son Pogacar.
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Clasificaciones
Oscar Trujillo Marín
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