La dura tarea de Szmyd
Por @pmpalermo
No está en su mejor momento el polaco Sylwester Szmyd, quién pasó de correr y terminar el Giro de Italia con gran protagonismo durante once ediciones seguidas a completar una temporada anónima en su primer año en el Movistar.
Tras una vida en Italia, siempre formado parte de estructuras locales y trabajando para figuras de la talla de Basso, Simoni o Cunego, migró a tierras españolas para correr al servicio de Alejandro Valverde, pero su experiencia inicial no ha sido nada buena.
Tras concretar un ansiado cambio de aires, el mismo no le ha sentado bien al veterano polaco, que no deja de penar desde su arribo a suelo español puesto que nunca encontró las buenas sensaciones de antaño, obligando a su director a dejarlo fuera del Tour, prueba que tenía en sus planes al firmar contrato.
Dejando su malestar de lado y en un gran ejemplo de profesionalismo, el ex gregario de Basso siguió trabajando en silencio y finalmente fue de la partida en la Vuelta, donde incluso dejó ver algunas pinceladas de su talento, tal y como anticipara en el Tour de su país unos días antes.
Pero eso fue todo y el infortunio que parece perseguirlo no ceja ya que el experimentado escalador sufrió hace unos días un nuevo tropezón en forma de fractura cuando se rompió el primer metacarpiano de la mano derecha en una caída mientras entrenaba de cara a 2014.
Desafortunado, todavía adaptándose a nuevos métodos de preparación y, al menos en 2013, lejos de aquel que siempre se mostraba tirando del grupo de favoritos en los tramos decisivos de las etapas montaña, nuestro protagonista tiene ante sí el duro reto de reencontrarse a sí mismo y volver a ser esa pieza fundamental, otrora clave en la consecución de logros brillantes.
No puede obviarse que en Movistar el corte para las grandes vueltas no es fácil, ya que probablemente Unzué tenga a su cargo la mejor plantilla del World Tour, por lo que Szmyd deberá trabajar mucho para retornar a la senda victoriosa que lo llevó incluso a levantar los brazos en una recordada etapa del Dauphiné 2009.
Si además se tiene en cuenta la llegada de gente de contrastada calidad y similares características a las del polaco como puede ser John Gadret, es evidente que rumbo de los 36 años y en el final de su contrato, el de Bydgoszcz está en un momento crucial de su vida deportiva.
Difícilmente a su edad vaya a más, pero aún en su peor momento fue capaz de terminar todas y cada una de las 22 grandes que disputó, por lo que bien podría apuntar a competencias de una semana como Tour de Romandía, Polonia o Giro del Trentino, en las que ya terminó en el top ten en reiteradas ocasiones.
Lo cierto es que que con más conocimiento del equipo, los modos de trabajo y un poco de suerte, en 2014 volverá por sus fueros para demostrar que todavía es decisivo en las jornadas importantes y que puede ser una pieza fundamental para sus líderes.
Tal vez sea una buena medida de parte de los directivos, que el desdichado polaco regrese a competir en la Corsa Rosa, prueba que tan bien le sienta y en la que podría recuperar sensaciones y ser un pilar fundamental para Nairo Quintana en su más que probable debut en esa carrera.
Mientras tanto, no tiene más remedio que recuperarse de su nueva dolencia, esperar que termine un año negro en el que nada le salió como quería y comenzar a desandar el camino de la recuperación definitiva, aunque para eso, tiene mucho por hacer y poco margen de maniobra.
Pablo Martín Palermo
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