Días atrás el velocista Tim Merlier advirtió algo que parece confirmarse: no sólo los mundiales 2026 y 2027 serán aptos para escaladores como Tadej Pogacar, sino que también el de 2028 que se realizará en Emiratos Árabes. Originariamente previsto con una ruta llana luego de la UCI vetara un final en alto, los jeques árabes ya están encontrando la forma para que la ruta allane la victoria al líder de UAE, Tadej Pogacar: con una montaña artificial en el medio del circuito.
La advertencia de Merlier
“Están trabajando en ello”, dijo Merlier en una entrevista a Jan Bakelants, citada por Domestique, refiriéndose a la montaña artificial que se está construyendo junto al circuito, y que ve crecer cada año en el UAE Tour. En concreto, Merlier se refiere a la colina artificial de Al Wathba, localizada en cercanías de Abu Dabi. Tras estas polémicas revelaciones, surgieron más detalles de esta montaña que Emiratos construye para endurecer el recorrido y favorecer a Pogacar. La colina va elevándose capa a capa año tras año y, según reporta Marca, la estructura empezó en 2023 como un mero repecho de 1,4 kilómetros cercano al 6% y con alguna rampa aislada aproximada al 9%. Nada que provocaría una selección seria.
Sin embargo, para el año próximo, el puerto medirá 2 kilómetros con 92 metros de desnivel y picos del 11% en los últimos 500 metros. El montículo viene creciendo con arena procedente de antiguas dunas fósiles, áridos extraídos del propio desierto, capas de geotextil para evitar desplazamientos y un asfalto especialmente compactado, diseñado para soportar altas temperaturas sin que el firme “flote”.
La montaña que arman para Pogacar sigue creciendo y llegará al 13%
Según documentos internos del emirato, casualidad o no, la ascensión será mucho más seria para 2028: unos 3,8 kilómetros con pendiente media cercana al 6% y un final que rondará el 11% con los últimos 250 metros llegando al 13%. Una pendiente suficiente que, repetida en forma de circuito, descartará no solo a los velocistas sino a clasicomanos como Mathieu van der Poel y Wout van Aert. Pero no es la única montaña artificial: en Hudayriyat también construyen una serie de taludes artificiales con pendiente variada que va desde rampas suaves del 4 al 5% a paredes que rozan el 10%. Estos taludes no son temporarios, sino que tienen sistemas de drenajes capaces de soportar lluvias torrenciales, y senderos y zonas de paso para público.
Más allá de la falta de oportunidad de los velocistas, cabe realizar otra pregunta: muchos aducen que un recorrido llano sería “aburrido”. ¿Pero añadir dificultad a un recorrido para que solo un ciclista ataque a más de 50 kilómetros del final sería “divertido”? Todo esto en un decorado influenciado por petrodólares, con cuestionables antecedentes de derechos humanos. No es la primera vez que las organizaciones diseñan recorridos para favorecer a Pogacar: el próximo Campeonato Europeo en Eslovenia está previsto que tenga una ruta que lo favorezca (de hecho, lo contactaron para consultarle), y lo mismo sucederá con la E3 a partir del año próximo.
“Cada generación de velocistas debería tener al menos una oportunidad decente de ganar un título mundial”, dice Merlier. Tal vez algo de razón tiene, más considerando que el último final al sprint en un mundial fue hace ya 10 años cuando Peter Sagan venció a Mark Cavendish y Tom Boonen.
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