Por @amatiz12
Tadej Pogacar (UAE-Team Emirates) conquistó el 107º Tour de Flandes, pactado sobre 273 kilómetros entre Brujas y Oudenaarde. El esloveno fue el más fuerte y apeló a la táctica perfecta, añadiendo el tercer monumento a su palmarés y agrandando su leyenda.
Daan Hoole, Elmar Reijnders, Filippo Colombo, Guillaume Van Keirsbulck, Jasper De Buyst, Tim Merlier, Jonas Rutsch y Hugo Houle ingresaron en la fuga tras una intensa batalla donde los abanicos y la tensión por controlar a aquellos que se filtraban hicieron la carrera dura de salida.
Para el recuerdo -lamentablemente- quedó una masiva caída en el inicio causada por Filip Maciejuk (TBV) quien insólitamente salió de la carretera y para volver, se atravesó a una larga fila de corredores haciéndolos caer y provocando unos cuantos abandonos como el de Oier Lazkano (MOV) o Tim Wellens (UAD). Por supuesto su imprudencia fue castigada y quedó descalificado. Luego en su cuenta de Twitter admitió su error y ofreció disculpas.
Dejando atrás ese amargo momento, se empezaron a dar escaramuzas de hombres de segunda línea que trataban de anticipar de antes para evitar el mano a mano frente a los flamantes favoritos. Luego de una serie de movidas en el Molenberg, se estableció un buen grupo que no daba margen a relajarse al resto de candidatos.
Fred Wright, Neilson Powless, Stefan Kung, Mads Pedersen, Matteo Jorgenson, Benoit Cosnefroy, Kasper Asgreen, Matteo Trentin, Nathan Van Hooydonck y Jhonatan Narváez componían ese colectivo que progresivamente elevaba su renta hasta los 3′ sobre un pelotón donde Alpecin asumía la responsabilidad.
Sin embargo, su ventaja se empezaría a ir abajo desde el segundo ascenso al Oude Kwaremont, punto elegido por Tadej Pogacar para moverse. Su primer ataque fue muy bueno, pues cogió fuera de lugar a Van der Poel y Van Aert -mal ubicados- y los obligó a realizar una tediosa persecución a través de dicho muro y el Paterberg, donde con el apoyo de Christophe Laporte lograron apagar el primer incendio.
Pero no pasaría mucho para que la carrera se volviera a romper, pues en Koppenberg, Pogacar volvía a seleccionar las cosas, quedando sólo sus dos máximos adversarios, pero con la clara señal de que iba más que ellos, pues no necesitaba cabecear ni esforzarse al máximo para sobrevivir a las cotas.
Con 28 km para la meta, Van der Poel se animó a acelerar y generó un daño serio, pues Wout van Aert no fue capaz de responder y quedando rezagado en solitario, se despedía de sus opciones de añadir una de sus carreras más añoradas. A la par en cabeza de carrera, Pedersen olía el peligro que venía por detrás y buscaba en solitario evitar que le conectaran.
Restaba un último doblete por Oude Kwaremont-Paterberg y ahí se sabía que sí o sí, Pogi echaría sus últimos restos. Y tras un día de desgaste, donde tomó la iniciativa y corrió para ganar, vio su premio en el inicio del muro, pues Van der Poel no pudo seguirlo y así en el mano a mano, aumentaba sus opciones de hacerse con la corona.
El neerlandés guerreó, no se dio por vencido y lo dio todo en el tramo restante para dar alcance a Tadej, pero este con unas piernas excepcionales mantuvo y amplió la diferencia, para así llegar cómodo a la meta en Oudenaarde y festejar la conquista de su tercer monumento tras Lieja y Lombardía. Van der Poel y Pedersen completaron el podio.
Pogacar demostró ser un corredor de época y lo de hoy quedará en la memoria del ciclismo, por lo que supone ser contemporáneos de alguien capaz de vencer en todo tipo de competencias, un ganador de Tour y Flandes.
Clasificaciones:
Alejandro Matiz
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