Por Oscar Trujillo Marín
A Marc Hirschi le han bastado doce etapas en su debut en una gran vuelta (y no cualquiera) para echarse al bolsillo a los amantes del mejor ciclismo en todo el mundo.
Tras buscarla de manera obstinada, encomiable y quedarse dos veces con la miel en los labios, una en la etapa 2 -fue 2°- y la otra en la 9, donde fue 3° -en esta última siendo alcanzado en el último km, de forma agónica tras protagonizar una cabalgada en solitario de casi 100 km-, hoy Marc ha recogido el merecido premio a su infatigable osadía y enorme clase.
Ha nacido una estrella para la máxima categoría del ciclismo mundial, un corredor que venía precedido de genialidad en categorías menores, y que ha sido llegar a la élite y besar el santo en resultados, crítica y público. Todo esto en su primer Tour.“Es, es realmente hermoso. No puedo describirlo. Es difícil encontrar las palabras para eso”, dijo emocionado el joven suizo de 22 años, que defiende los colores del Sunweb.
“Es increíble, porque ya estuve muy cerca dos veces dando todo lo que tenía”, recuerda. “Hoy no pensé que funcionaría, porque fue muy difícil. Realmente tuve que ir a toda velocidad en los últimos kilómetros y rogar que no pasara lo mismo que el viernes”, confesó Hirschi, haciendo alusión a la novena etapa, donde le faltó un suspiro para aguantar el último tirón de los favoritos que lo cazaron ya llegando, tras su brutal exhibición en solitario.
“En realidad, tenía dudas todo el tiempo”, dijo Hirschi. “Durante mi ataque también pensé en las dos últimas veces que estuve en la misma situación. Solo en el último kilómetro realmente pensé que podía ganar. También es mi primera victoria profesional, ¡y en el Tour de Francia! No podría ser mejor. Realmente es un sueño hecho realidad”, explicó el campeón mundial y europeo sub 23 de ruta en el año 2018.
“Sé que soy fuerte, así que tengo esa confianza. Pero mi actuación de Laruns me dio fuerza extra. Es genial que tanta gente me haya apoyado después de ese viaje. Y estoy agradecido con mucha gente por estar aquí ahora. Nunca creí que ya podría ganar una etapa. Empezar en el Tour ya era un sueño. Ahora he ganado y he subido al podio dos veces más… Es increíble”, concluyó Hirschi, de quien habíamos avisado que era uno de los 10 ciclistas a seguir en este Tour.
Ganar teniendo demasiada calidad es posible de muchas formas. Cada uno escoge como quiere ser recordado. Hirschi corre sin especular, sin temor a desfondarse y, para colmo, con exquisita elegancia y destreza.
Solo los valientes permanecen en la memoria de la gente cuando cimientan sus logros con este tipo de gestas rebosantes de ambición, inconformidad y mucho coraje. No basta con ser un joven prometedor que los periodistas y afición de su país quieran promocionar: hay que demostrarlo en las grandes citas ante los mejores del mundo. Como le de por ser vueltómano (para colmo sube muy bien) ya pueden apuntar otro versátil y serio escollo para los veteranos especialistas que no ganan para sustos con tanto crack precoz que está surgiendo.
Oscar Trujillo Marín
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