Por Oscar Trujillo Marín
Mauro Vegni es el que manda en RCS Sport y, como casi todo el que tiene poder en el mundo del ciclismo de élite, estos días se encuentra en Dubai, gracias al UAE Tour.
RCS es la otra gran empresa organizadora de pruebas importantes del ciclismo mundial junto a la francesa ASO. En el caso de los italianos, son los que hacen posible y se lucran con la Milán-San Remo y la Tirreno Adriático, entre otras muchas más. Preguntado por el Corriere della Sera por el tema del brote de corona virus en Italia, y en concreto por la suspensión de competiciones deportivas en Milán y Lombardía, Vegni fue claro: “Nosotros, de RCS Sport, también estamos muy preocupados por la propagación del virus, porque la situación en Italia es muy problemática”, dijo el manager de la empresa deportiva.
“Nuestras primeras preocupaciones son Tirreno-Adriático y, sobre todo, Milán-San Remo, que están programadas para dentro de un mes. Después de todo, no hay un plan B. Si el gobierno decide suspender los eventos deportivos en Milán y Lombardía, y el veto no se levanta, tenemos que cancelar las carreras”.
La Milán san Remo al menos lleva corriéndose desde 1907. Solamente se ha dejado de correr en tres ediciones, por razones obvias de fuerza mayor: 1916, 1944 y 1945, coincidiendo con los puntos más álgidos durante las dos guerras mundiales.
Luego, Vegni interrogado acerca de un posible movimiento de las pruebas si el pico de contagio en las regiones no baja, dijo: “no tiene sentido mover el inicio veinte o cincuenta kilómetros, ese trazado ha estado en curso durante 110 años, no se puede improvisar en 20 días, perdería su esencia”. “Espero que el pico del virus corona disminuya. Por el momento no puedo decir nada sobre el Giro de Italia, pero está claro que, si la alarma no disminuye, existe el riesgo de que la competencia no pueda continuar”.
Ya no se trata solo de una o varias pruebas, si la situación se sigue agravando en cuanto a conmoción y alarma; y ante la enorme posibilidad que empiecen a aparecer caso en otros países de Europa, el nuevo virus puede cambiar este año no solo la temporada ciclística si no las rutinas de millones de ciudadanos fuera de China.
Oscar Trujillo Marín
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