Ciclismo Internacional

Mi respuesta a Pablo Palermo: El Doblete Giro-Tour de Quintana puede ser una buena idea

Por @RegulusAugustus

Se ha develado el calendario inicial del capo del Movistar Team, Nairo Quintana, y como todo lo que acontece relacionado con el gran escarabajo, la noticia de que correrá el Giro d´Italia ha causado gran revuelo, tanto entre los medios como entre los aficionados.

No tardaron en estallar las redes con comentarios respecto a la conveniencia o no de que el colombiano realice entonces el famoso doblete Giro-Tour, cuestión sobre la que plasmaré mi opinión en este artículo.

La disposición de este calendario ya había sido insinuado desde que se descubrieron los recorridos de Giro y Tour a finales del año pasado, lo que dio lugar al análisis de nuestro director como la peor equivocación de Nairo.

La especulación continuó al punto que en diciembre pasado el escarabajo declaró que haría la famosa dupla, para que al día siguiese su director de equipo dijese que tal cuestión no estaba decidida. Las apreciaciones han sido muchas, la mayoría de ellas concordando con la ya presentada en esta web (incluso el excampeón mundial Santiago Botero se manifestó en desacuerdo con el intento)

Finalmente, el equipo español confirmó el primer tramo de la temporada para sus dos capos (Quintana y Valverde), con la participación del colombiano en el Giro del Centenario.

A simple vista hacer un doblete tan arriesgado es poco conveniente para cualquiera, máxime tomando en cuenta los más recientes ejemplos (Contador 2015) y que el gran hombre a vencer en el Tour, Chris Froome, no acude a la prueba italiana y prepara todo el semestre su participación en la ronda gala (cosa que harán también otros rivales).

Esta conclusión es lógica si tan sólo se piensa en lograr ganar el Tour; sin embargo, con mi visión de aficionado, apartándome de la posición de nuestro director, y luego de conversar sobre las posibilidades con otros seguidores de este deporte, sostendremos otro punto de vista por las razones que explico a continuación.

Un primer punto que hay que descartar es que el boyacense planee asistir al Giro como preparación para el Tour, tal propuesta no tiene sentido porque el desgaste sería mucho y el riesgo en una competencia de alto nivel demasiado como para llamarlo entrenamiento. Aparte de ello se sabe que el colombiano asiste a cada prueba a ganar, aunque la estrategia con la que lo haga no sea la ideal.

A pesar de que se sabe que el punto más flojo de Quintana es su rodar sobre la cabra, y que los kilómetros contra el reloj son mayores en el Giro que en el Tour, también lo es que el recorrido de la prueba italiana se le presenta muy completa y con puertos de montaña favorables al colombiano desde la primera semana.

Baste con reiterar que ya la etapa 4 al sur de la bota itálica escala al peligroso Etna, que se cuenta con etapas unipuerto, otras con altibajos y descensos; y un tramo montañoso encadenado con muchos kilómetros por encima de los 2000msnm donde tan cómodos se sienten los escarabajos natos como él.

Igualmente se puede decir que la crontrarreloj de la décima jornada, a pesar de ser larga (39K), es muy técnica con variadas ascensiones y descensos, picando hacia arriba en su tramo final para llegar a Montefalco. Visto esto, suponemos que Quintana y equipo confían en ganar suficiente diferencia en todas estas etapas con un liderato consolidado que permita aguantar las pérdidas en la contrarreloj final de 28 km entre Monza y Milán.

También debe verse que el recorrido del Tour es muy desbalanceado y al ser la edición con menor cantidad de kilómetros contra el reloj es una carta de invitación a muchos escarabajos (como Chaves, valga decir), anunciando que será una ronda que se decida en las montañas.

No obstante lo anterior, se ha comentado que es un Tour con bastantes etapas llanas, de aquellas en las que ya ha sufrido Quintana, y con sólo tres llegadas en alto entre sus cinco jornadas de alta montaña.

No se indica con ello que el recorrido le sea desfavorable al escalador colombiano, sino que podrá afrontarlo de forma distinta a sus anteriores presentaciones tomándose quizás la confianza que no ha disfrutado en el pasado y sacando de sí algo más cercano a la versión 2013.

Así las cosas es posible que los telefónicos cuenten con que Nairo llegue con suficientes restos para afrontar la segunda grande de la temporada, pues como ya dijimos “ha demostrado de sobra que puede hacer dos grandes al año”, y de nuevo con Valverde como escudero de lujo.

Hay que tener en cuenta que tras la última edición, en la cual el colombiano logró salvar el podio, el mito de las alergias (que aún no me queda claro) ha crecido, pudiendo ser un factor al que se tema más que lo se cree. Por lo que sean, preferirían asegurar un buen resultado en Italia ante lo que pueda pasar en el verano francés.

El factor psicológico es elemento esencial en el análisis y quizás criterio clave en la decisión adoptada. Luego de su brillante actuación en el Tour 2013 en la cual deslumbró a todos, los ojos volcaron sobre lo que haría Nairo Quintana a continuación.

Astutamente, cuando todos esperábamos verle luchar por la camiseta amarilla, su equipo decidió llevarle al Giro 2014 donde sin presión mostró lo mejor de sí para batir a Rigoberto Urán en un histórico 1-2 colombiano.

Luego de la avalancha de comentarios y especulaciones sobre lo que ocurrió a Quintana en el Tour 2016, y a pesar de haberse alzado con el título de la Vuelta a España; bien podría ser que la estrategia sea la misma.

Con eso en vista, Nairo acudiría a un Giro que bien puede serle más favorable que el de 2014, con menos contrarreloj que aquél (2014 tuvo 21.7km CRE, 41.9km CRI y 26.8km cronoescalada ganada por Quintana), y sabiéndose superior en los papeles a quienes enfrentará (Aru, Nibali, Kruijswijk o Zakarin)

En caso de que la apuesta le resulte favorable y pueda hacerse nuevamente con la maglia rosa, habrá cumplido más que con creces con su temporada, pues se trata nada menos que la edición del centenario.

Eso le permitiría afrontar tranquilamente los siguientes objetivos de la campaña (hasta ahora sólo se conoce su calendario hasta Giro) y, si es el caso, acudir al Tour de Francia con menor presión que en los dos últimos años.

Aquí vale la pena recordar que, como dijo alguna vez nuestro director, la campaña #SueñoAmarillo parece haber pesado más que alentado, convirtiéndose en una obsesión u obligación. Además arribaría con la tranquilidad del deber cumplido y sin la carga de tener que vencer sí o sí a Froome.

Concluyendo, el objetivo parece ser claro: quitar la presión de la obligación de ganar el Tour, duplicando las opciones. En caso de que se gane el Giro, se habrá cumplido con la temporada (tanto él como Unzué y Movistar), habrá repetido camiseta rosa -igualando a figuras con Nibali o Contador- y aún quedará el Tour, si hay restos, o la Vuelta.

Por otro lado, de no vencer en el Giro del Centenario, igualmente podrá ir por otra grande con opciones; y, abusando de la especulación, en caso de hacer doblete Giro-Tour con victorias, habrá entrado en ese selecto club de los pedalistas que han ganado las tres grandes (sólo 6 en toda la historia), de los que han obtenido dos grandes el mismo año (12) o de los pocos que han ganado en un mismo año el doblete Giro-Tour (7).

Es esto último a lo que le juegan desde la casa telefónica, sabiendo que cuentan en sus filas con las piernas de un hombre que siempre es candidato al título de cualquier grande y llamado el mejor escalador de esta época.

Saben que para intentar el doblete se debe hacer en un momento óptimo, así que tras la buena forma mostrada en la Vuelta 2016, Quintana contará con 27 años para hacer su asalto, cercano a los 28 de Marco Pantani en 1998 (último hombre en lograrlo) y no esperará hasta los 32 que tenía Contador en 2015 (quien finalizó 1º en Giro y 5º en Tour).

Además, esta aventura forzará a sacar la versión más agresiva e innovadora de Nairo, más parecido a 2013 que al 2016, para gusto de los aficionados, y sin dar lugar a reservas ni especulaciones.

Dicho lo anterior, considero que es una buena decisión optar por el doblete Giro-Tour, pues las probabilidades de que se alce con alguno de los dos títulos son altas, en buena forma difícilmente falle los podios, y es una jugada por la grandeza.

Bien lo sabe Unzué, quien fue codirector del Banesto cuando Miguel Induraín ganó el doblete en 1992 y 1993. Esto le liberará la presión y exprimirá de Quintana su mejor forma con muchos años de ciclismo por delante. Cualquiera de estos logros será ganancia para el corredor más exitoso de la historia de los escarabajos y, en especial, para los aficionados ávidos de espectáculo.

*Relacionada: Video-debate sobre la decisión de Quintana

César Augusto Herrera S.

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