Momentos que marcaron la Vuelta a España 2015
Por @pmpalermo
Como ya es habitual en nuestros análisis posteriores a las grandes vueltas, realizamos una selección de momentos que marcaron la carrera, en este caso de la Vuelta, ya sea porque resultaron decisivos o pintorescos y difíciles de olvidar.
*La crono por equipos más extraña de la historia: lejos quedó el inicio de la ronda española, pero no por ello vamos a pasar por alto el papelón protagonizado en la CRE. Es que no hay otro calificativo para lo acontecido en Puerto Banús, punto elegido para dar comienzo a la competencia con una trazado insólito por la playa. Se entiende que la ciudad puso dinero para albergar la salida y promocionarse, pero esto es ciclismo y no se puede permitir un circo, como era este camino con tramos de arena, un puente de madera y un trazado angosto en el que muchos de los protagonistas realizaron un paseo, porque para redondear una jornada insólita, los tiempos se neutralizaron. Con el maillot rojo en juego simbólicamente y la general por equipos en disputa, algunas formaciones apretaron y demostraron que el circuito no era imposible, pero el daño ya estaba hecho y la CRE de la 70° edición de la Vuelta quedará en la memoria como uno de los arranques más ridículos que se recuerden.
*Etapa 2: Chaves y Dumoulin avisan/Cancellara se hunde: superado el extraño inicio de competencia, la carrera tuvo novedades de inmediato con la etapa 2. Es que dicho parcial regaló emociones ambiguas, con la debacle de Cancellara por un lado, y la alegría de Chaves y Dumoulin por otro. En lo que a “Spartacus” refiere, completó un año negro para él, retirándose enfermo tras haber regresado en tiempo récord de sus fracturas en el Tour. El suizo perdió casi media hora aquí, mermado por una gastroenteritis que terminó por sacarlo de la Vuelta al día siguiente.
Por otra parte, con el suizo penando a sus espaldas, los gallos arribaron a Caminito del Rey, empinada trepada en la que se esperaba un mano a mano entre Valverde y Rodríguez, pero que tuvo como luminarias a Chaves y Dumoulin.
Estos dos estuvieron intratables, ocuparon las dos primeras plazas del parcial en ese mismo orden y, fundamentalmente, avisaron lo que vendría, puesto que casi no flaquearon hasta Madrid, portaron el maillot rojo, se alzaron con dos parciales por cabeza y terminaron 5° y 6° en la tabla principal.
*Ambrossini se sube a la bici de Ben King: probablemente haya sido el hecho extra deportivo más resonante de la prueba y bien vale la pena recordarlo. Sucedió en la etapa 4, camino de Vejer de la Frontera, cuando una rotonda y un estrechamiento brusco provocó una caída en la que se vio implicado King, ciclista norteamericano de Cannondale-Garmin.
Fue entonces que, mientras se reincorporaba y con mucho público alrededor tratando de ayudar, apareció este personaje, Ambrosio Sánchez, apodado Ambrossini, fanático del Cádiz y conocido así en su Chiclana de origen por sus imitaciones del cantante italiano Eros Ramazzotti.
La cuestión es que, por unos segundos, formó parte del pelotón, porque se trepó a la bici del corredor yankee a quien, dicho sea de paso, le sustrajeron su ciclocomputadora en el tumulto. El hecho no pasó a mayores y King siguió en competencia, pero Ambrossini, carpintero desocupado, vivió su minuto de gloria en una calurosa tarde de verano.
*Monstruosa caída camino de Murcia; Stuyven gana fracturado: y hablando de tardes cálidas, fue en una, pero varios días más tarde, que el pelotón se vio violentamente sacudido. Es que nada sucedía camino a Murcia, hasta que se produjo una monumental montonera con un saldo trágico: los abandonos de Dan Martin, Nacer Bouhanni y Tejay Van Garderen, todos con diversas lesiones.
Pero lo peor llegó de la mano del belga Kris Boeckmans, que debió ser hospitalizado con todo tipo de fracturas y lesiones, que lo dejaron casi dos semanas en coma inducido. Afortunadamente, despertó hace unos días y ya trabaja en su recuperación, pero el incidente que protagonizó, dejó huella en la competencia española.
Para completar el saldo de ese día, vale la pena recordar que el ganador, Jasper Stuyven, también estuvo mezclado en el accidente, a punto tal, que se fracturó el escafoides. En el fragor de la batalla no se bajó de la bici, luchó con fuerzas y, de hecho, fue el último en coronar la segunda subida a la Cresta del Gallo.
Dicho accionar le permitió arribar a meta con el grupo, donde luego fue el más fuerte, consiguiendo su victoria más importante como profesional, pese a tener un hueso roto, que lo sacó de competencia horas más tarde.
*Froome honra al ciclismo: tras una semana plagada de llegadas cuesta arriba pero cortas, el pelotón se dispuso a rodar por Andorra en un trazado con 5000 metros de desnivel acumulado en el que los gallos destaparían sus cartas.
Pero apenas iniciado el tramo, Froome se fue al suelo y debió perseguir. El líder de Sky rodó a su ritmo y terminó por conectar con el pelotón, pero sus heridas eran de gravedad y así se descubrió cuando Astana aceleró el paso.
Descolgado, el campeón del Tour no cejó en su empeño y llegó a la meta 8:41 más tarde y a pesar de las interminables subidas dispuestas, demostrando su carácter y, más aún, un enorme respeto por el ciclismo. ¿Por qué? Porque luego se supo que tenía fracturado un pie, lesión que lo apartó de la carrera pero que no impidió al nacido en Kenia honrar a este deporte sumamente complicado.
*Landa se toma “un día libre”: desde el Giro, las cosas no volvieron a ser lo mismo para el vasco de Astana, por lo bueno y por lo malo. Es que, por un lado, dio un salto de nivel que le valió el podio en Italia, pero por el otro, se rompió su idilio con los kazajos debido a que lo pararon el día de Sestriere y, posteriormente, nunca lo consideraron un líder.
En la Vuelta se notaron esas diferencias, especialmente durante la primera mitad. Landa se dejó minutadas en jornadas intrascendentes y encima, se tomó un día libre en Andorra, cuando se coló en la escapada del día.
Allí, sin grandes demostraciones de su talento, descolgó al resto de sus compañeros de aventura y se encaminó a una segura victoria en solitario, pero la polémica se desató cuando se supo que Martinelli trató de pararlo desde el auto, aduciendo que debía ayudar a Aru.
Es cierto, el sardo había atacado a sus espaldas, pero Landa hizo caso omiso y siguió a lo suyo, alcanzando una prestigiosa diana, la última como miembro de Astana, ya que confirmó que se va al poderoso Sky.
Tanto él como Aru fueron diplomáticos, negaron diferencias y, de allí en adelante, el vasco mejoró en su entrega, trabajando por varios hombres el día clave, rumbo a Cercedilla. Dicho accionar, maquilló su paso por la Vuelta, pero su rebeldía en Andorra marcó la carrera y, por ello, fue uno de nuestros momentos más destacados.
*Atropello a Peter Sagan: con el incidente de Van Avermaet en San Sebastián todavía fresco, la Vuelta vivió algunas horas con los nervios a flor de piel cuando una moto impactó a Peter Sagan. Para colmo de males, sucedió el mismo día que Boeckmans y compañía aterrizaron con sus huesos por el asfalto.
El incidente fue bien documentado, especialmente la reacción del furioso eslovaco, que la emprendió a golpes contra otro moto, insultando a todo el que se le atravesara por el camino. Sagan llegó casi media docena de minutos más tarde a meta, todo quemado, debiendo abandonar al día siguiente.
Pero tanto él como su equipo protestaron y publicaron una amenazante carta a la organización y la UCI, especialmente debido a la sanción por “mala conducta” contra el atleta. Suena casi gracioso, pero algunas jornadas después, otra moto sacó del evento a Paulinho, también del Tinkoff, generando la ira del dueño de la escuadra rusa, que cerca estuvo de retirar a sus pupilos.
En conclusión, las motos cobraron un protagonismo enorme e indebido, lastimando a dos pedalistas y dejando en evidencia que los controles y exigencias para con los acompañantes de la caravana no son tan estrictos como los que se realizan a los verdaderos actores de la película: los corredores.
*Aru empieza a ganar la Vuelta en la crono: con Purito y Dumoulin batiéndose a duelo en las cuestas de cabra de Asturias, el italiano se mantuvo expectante a la llegada de la crono, donde sabía que tendría un duro test de cara al título.
El libreto transcurrió según lo normal, con Dumoulin volando y el líder de Katusha hundiéndose. Pero lo que algunos no esperaban (nosotros sí) era que Aru limitara los daños, a tal punto, que quedó a sólo 3″ del holandés, con una etapa de alta montaña en el horizonte.
El resto es historia conocida: Aru destrozó a Dumoulin en la Sierra de Madrid y se coronó campeón, pero la realidad marca que el primer paso al trono lo dio en Burgos, donde parecía que el de Giant iba a sentenciar la prueba.
*Histórica cabalgada de Plaza: brillante vencedor de etapa durante el Tour de Francia, el veterano pedalista español siguió mostrándose durante la ronda de su patria, metiéndose en escapadas que no pudo llevar a buen puerto, como las de Andorra y Tarazona.
Pero el de Lampre encontraría su premio en la 20° fracción, donde se movió con una inteligencia excepcional para marcharse de la escapada. Plaza, temeroso de que los perseguidores su unieran al grupo donde él viajaba, optó por saltar en solitario a 114 kilómetros del arribo en Cercedilla.
Y la locura le salió bien, porque las piernas lo ayudaron y el rodador español sostuvo se ventaja durante horas, cruzando por la línea de meta con un buen margen sobre sus escoltas y haciendo suya una jornada en la que los jefes de fila dirimían la general.
Con lo difícil que es ganar a este nivel, Plaza lo hizo en el Tour y la Vuelta, pero además, de un modo que será difícil de olvidar debido a fantástica exhibición en solitario que debería granjearle un contrato.
*Aru y Astana se exhiben en Cercedilla: tras haber sobrevivido a la crono, Aru se presentó a la salida de la etapa 20 con 6″ de retraso respecto a Dumoulin y con cuatro puertos por delante para zanjar diferencias.
El equipo kazajo jugó magistralmente sus cartas y mandó gente en la fuga, mientras que los jefes de fila pasaban sin novedad por los dos primeros puertos del día. Llegados al segundo paso por la Morcuera, Aru no se hizo esperar y atacó bien secundado por un Landa fenomenal, cortando a Dumoulin e iniciando el descenso con algo de ventaja.
Y fue allí donde se notó la superioridad de Astana, porque cuando el holandés estaba a 15″ de conectar con el grupo de líderes, aparecieron los gregarios de Aru que viajaban en la fuga matutina y empezaron a tirar con fiereza, destruyendo los sueños del tulipán.
De allí en más, los minutos empezaron a caerle al de Giant, que pasó del 1° al 6° lugar en un abrir y cerrar de ojos, mientras Aru cruzaba por la llegada como flamante campeón de la competencia y se sumaba al grupo de los “Fantásticos” que, a nuestro entender, ahora son cinco.
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Pablo Martín Palermo
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