Noticias del día (28/6): Landa aprenderá de Froome, Porte prefiere el Tour a los JJ.OO, ‘Los milagros no existen, la EPO sí’, y más…
En el 4° año de ciclismointernacional.com, seguimos trabajando para ofrecerte diversos artículos de análisis, opinión y entrevistas. También, la mejor cobertura de las diferentes pruebas alrededor del mundo que tendremos esta semana. Por supuesto, y como siempre, las principales novedades del deporte pedal en esta Hemeroteca, compuesta de gacetillas y artículos de otros medios.
*Landa: “Voy al Tour a aprender del mejor, Chris Froome”: Mikel Landa debutará en el Tour de Francia a partir del próximo sábado. El escalador vasco mostró su condición el Critérium Dauphiné y se ganó un puesto en el nuevo británico. Una motivación que le ayudó a superar su abandono en el Giro de Italia que era su gran objetivo del año. Ahora solo espera “aprender del mejor corredor, en la mejor carrera y con el mejor equipo” y estar al lado de su líder en la montaña. El fin de semana, testó sus piernas en los Campeonatos de España disputados en Cocentaina.
No estaba previsto que esta temporada disputara el Tour de Francia.
No, no era el plan al principio de temporada, pero se ha modificado para mal después del abandono del Giro. Pese a todo, he tenido la suerte de tener la oportunidad de correr el Tour de Francia y estoy muy contento.
¿Qué significó verse de nuevo competitivo en el Critérium Dauphiné?
Sobre todo, para mí porque llegaba con bastantes dudas. Verme otra vez en cabeza y ser útil para el equipo fue muy importante. Recuperarse de la gastroenteritis del Giro fue muy fácil, en tres o cuatro días ya estaba entrenando. Y encontrar la motivación de correr el Dauphiné, primero, y saber que podía correr el Tour, después, fue fundamental tras el bajón del Giro.
Debuta en el Tour y con la meta de ganarlo con Chris Froome.
Tenemos un líder que tiene la experiencia de haber ganado dos Tours y un gran equipo a su servicio. Yo voy a poder conocer el Tour, conocer la forma de trabajar y aprender en definitiva. El objetivo no es hacer la general a priori, pero no descarto no aguantar la primera semana y no perder tiempo, aunque sin comerme la cabeza. Yo voy al Tour a ayudar y a aprender.
Ya coincidió con Froome en el Dauphine, ¿cómo es?
Es alguien muy accesible y muy seguro de sus capacidades. Y eso da mucha tranquilidad al equipo. Así que voy a aprender del mejor corredor, en la mejor carrera y con el mejor equipo. Mi aprendizaje es continuo. Ganar en París sería muy bonito y significaría que hemos cumplido nuestro trabajo y con el objetivo. Entonces lo disfrutaremos.
Y en su mente también tiene los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Sí. Es un recorrido que me gusta mucho y me encantaría estar. Para correrlo, antes hay que disputar el Tour y ese primer paso ya lo voy a dar.
Por su abandono en el Giro no cumplió las expectativas, ¿qué balance hace 40 días después?
Aun y todo positivo porque vi que soy capaz de superar los primeros días de tensión sin ceder tiempo y no perder tanto en la crono, lo que me puede permitir luchar por la generales. Ahora bien, también he aprendido a ser más realista: de un día de euforia pasé a uno de catástrofe.
Su último test antes del Tour han sido los Campeonatos de España, la contrarreloj y la prueba en línea, ¿cuál es su resumen?
Es una carrera complicada porque el Movistar tiene la ventaja de contar con muchos corredores. Por eso, es difícil acertar el movimiento. De todas formas, estoy satisfecho porque para mí era sumar un día de competición y dar un apretón al cuerpo antes del Tour. La contrarreloj fue una cabezonería mía. Era otra oportunidad de aprender ya que rara vez se da una crono de 40 kilómetros. Mi balance es muy positivo.
Fuente: Prensa Acquadro
*Cristopher Mansilla y Rubén Ramos empiezan con el pie derecho en Hungría: este martes dio inicio el Tour de Hungría con un prólogo de 1000 metros en Szombathely, donde el local Sandor Szalontay marcó el mejor tiempo, con 1’05”. A unas centésimas nomás quedaron el estonio Mihkel Raim (Cycling Academy) y el esloveno Martin Otonicar.
Con presencia latinoamericana, el chileno Cristopher Mansilla (Start-Vaxes) tuvo un buen inicio y fue 15°, a sólo 3″ de la victoria de etapa. El argentino Rubén Ramos (Tusnad Cycling) culminó 33° a 5″, el cubano José Mojica (Start-Vaxes) 64° a 7″ y el guatemalteco Daniel Quicibal (Start-Vaxes) 81° a 9″.
*Porte: “Prefiero ganar un Tour que el oro en los Juegos Olímpicos”: el australiano del BMC Racing Team liderará al conjunto estadounidense en su expedición en el Tour de France, donde será acompañado por el ‘yankee’ Tejay Van Garderen, la otra cara visible. A continuación, compartimos un mano a mano ofrecido a los colegas de As.
– ¿Qué sensaciones le dejó el Dauphiné?
Estoy un poco cansado porque ha acabado hace poco esta carrera, pero contento. Me encontré bien y aunque fue una pena quedarse fuera del podio el último día por culpa de los últimos metros, creo que hicimos un buen trabajo. Hemos de seguir trabajando y preparándonos. Pero me siento bien y las sensaciones son buenas.
– ¿Cree que el quedarse fuera del podio el último día puede afectarle mentalmente de cara al Tour de France?
No porque hacemos un buen trabajo para cambiar el chip rápido y así centrarnos en la carrera más importante de la temporada. Obviamente hay que estar fuerte mentalmente para afrontar una carrera como el Tour y lo estaré. Está claro que me hubiera gustado estar en el podio del Dauphiné, pero siento que estoy en un momento óptimo de mi carrera. Tanto física como mentalmente estaré bien para el Tour. Quiero hacer un buen papel.
– Usted realiza un entrenamiento basado en la natación. ¿Qué beneficios le produce?
Muchos y más de los que la gente se puede imaginar. La natación puede ayudarte a alcanzar un mayor nivel de condición física porque mejora la resistencia y facilita la recuperación tras los esfuerzos que hacemos. Apenas hay impacto en los ejercicios que hacemos en el agua y es menos dañino que un entrenamiento físico en carretera. También ayuda a nivel mental porque te relajas mucho. Cuando estás en el agua no piensas en nada más que en disfrutar. Yo me divierto. Además, es muy importante la respiración y la natación aumenta la capacidad pulmonar. Si estás en forma en la piscina, también lo estarás sobre la bici.
– ¿Por qué empezó a nadar?
Antes de ser ciclista fui nadador, así que es algo que siempre me ha gustado y una de mis pasiones. Ahora con Mark Foster (ex nadador olímpico) estamos realizando unas rutinas que estamos perfeccionando con Speedo y me están ayudando mucho en el día a día. La natación es algo que me vino bien después de mi lesión en 2014, eso me rescató porque me dijeron que era bueno para los pulmones y me permitió volver a competir, y ahora le estoy sacando todavía más beneficios.
– ¿Cuál será su objetivo en el Tour?
Me encantaría estar en el podio.
– ¿Se considera un posible ganador?
Sí, por qué no. Todo es posible. Es una carrera loca, dura tres semanas, y en la que constancia tiene mucho que decir. Hay que pelear muy duro, estar fuerte en los momentos clave y saber ver cuándo tus rivales están más flojos. Está difícil ganar, pero es algo que me gustaría. Eso sí, primero es acabarla.
– ¿Quién es el favorito?
Froome está muy fuerte y creo que será uno de los rivales más complicados que habrá. No se puede descartar a nadie porque también están Contador y Quintana, pero Froome está muy bien. Hay que saber controlar la presión y él lo hace bien.
– ¿Cómo ve a Contador?
Es un gran campeón y un luchador incansable. Habrá que estar muy atento porque también puede ganar el Tour, ya sabe qué es hacerlo. Está haciendo grandes carreras y también creo que llegará fuerte al Tour. Siempre lo ha hecho bien y habrá que vigilarle.
– Será un Tour con mucha competencia…
La verdad es que sí porque hay grandes ciclistas y equipos muy compensados y fuertes. Nosotros tendremos que hacer un gran trabajo para intentar estar arriba. Vamos a trabajar duro y ver si logramos hacer un buen papel.
– ¿Irá a los Juegos Olímpicos?
Eso espero, pero todavía no lo sé. Se verá más adelante, pero me dijeron que el circuito es bueno para los escaladores. Veremos
– ¿Le preocupa el Zika?
Sí porque estoy pensando en formar una familia y tengo que informarme más en profundidad. Sí voy, tendré que tomar todas las precauciones y pensar bien en todo eso. Hay que hacer todo lo posible para que no afecte.
– ¿Qué prefiere ganar el Tour o la medalla de oro en los Juegos Olímpicos?
Prefiero ganar un Tour, no tengo ninguna duda. Es un sueño y me gustaría ganarlo alguna vez.
*Vicioso: “No sé cuántas juventudes tengo”: Ángel Vicioso (Team Katusha) certificó su buena forma en Cocentaina y solo José Joaquín Rojas (Movistar Team) pudo con él en el Campeonato de España el sábado. A sus 39 años y tras 18 temporadas en activo, el aragonés sigue competitivo y al servicio de sus líderes, en este caso de Joaquim Rodríguez en el próximo Tour de Francia.
Vicioso se mostraba feliz tras alcanzar la plata en el Nacional. “Estoy muy satisfecho con el segundo puesto. Hubiera estado bien llevar el maillot todo el año y ganar, pero Rojas estaba imbatible, tenía muy buenas piernas y ha arrancado en el momento justo. Pensaba que esperaría al sprint pero nos dijo que no se fiaba de nosotros”, apuntó. Por cierto, son vecinos en Andorra. “Vivimos y entrenamos juntos”, afirmó.
Ahora regresará al Tour de Francia 11 años después. “No sé cuántas juventudes tengo. Estoy muy motivado para el Tour. Mi estado de forma y las sensaciones son buenas. Desde 2005 no lo corría y tengo muchas ganas. Entonces dije que no volvería, es una carrera muy dura, se va muy rápido, y los nueve de cada equipo están al cien por cien”, destacó.
El aragonés confía en que Joaquim Rodríguez alcance su mejor versión, después de una primera parte discreta para el catalán. “Todo el año lleva arrastrando enfermedades, catarros, antibióticos, y yo creo que cara al Tour está bien y muy motivado, hemos entrenado bien las últimas semanas, y tenemos a Kristoff para los sprints. En mi caso me va a tocar trabajar bastante”, señaló.
“Zakarin es una incógnita porque desde el Giro no ha entrenado nada, ha estado con la rehabilitación, recuperándose de la clavícula y la escápula, no sabemos cómo va a nadar. Cara a las etapas tenemos a Purito y Kristoff, y si Zakarin se recupera será un corredor importante”, añadió.
Sus equipos han sido: Kelme (1999-2002), ONCE (2003), Liberty (2004-2005), Astana (2006), Relax (2007), LA-MSS (2008), Andalucía (2009-2010), Androni (2011) y Katusha (2012-2016).
Fuente: Biciciclismo
*El ejército francés, contra el dopaje tecnológico en el Tour: Los que piensen que es una exageración afirmar que en Francia el Tour es un asunto de Estado deberían leer el Journal du Dimache del domingo 26 de junio, que cuenta cómo el ejército francés, a petición del ministro de Defensa, preocupado por el descrédito de la carrera, ha puesto a punto un método para detectar motores ocultos en las bicicletas de los campeones ciclistas. El útil elegido es una cámara térmica de última generación valorada en 200.000 euros que los comisarios de la Unión Ciclista Internacional (UCI) utilizarán desde una motocicleta durante las etapas del próximo Tour, que empieza el sábado próximo en el Mont Saint Michel.
Según el rotativo parisino, dado que los ciclistas que recurren a la trampa tecnológica para ganar no usan el motor durante toda una etapa sino solo en momentos clave, como un demarraje en un puerto, en los que 20 o 30 vatios de potencia son una diferencia determinante, los métodos actuales de detección son ineficaces.
Aunque hay indicios del uso de motores en las bicicletas de competición desde 2008, hasta enero pasado la UCI no descubrió el primer caso real en la bicicleta de una ciclista belga que participaba en el campeonato mundial de ciclocross. Lo hizo utilizando un arma que creía definitiva, un tablet que detecta las ondas electromagnéticas que emiten los imanes de los motores antes y después de la carrera. Desde entonces, nada, una sequía absoluta acompañada de informaciones cada vez más abundantes sobre la extensión del problema y sobre la ineficacia de los medios con que se combatía.
En abril, el ingeniero húngaro Stefano Varjas aseguró en un programa de la televisión francesa haber montado motores a cambio de 150.000 euros en las bicis de algunos grandes campeones. En la misma emisión, los periodistas demostraban cómo con cámaras térmicas, que convierten las diferencias de temperatura en diferencias de colores, se veían motores ocultos en el tubo de las bicis.
Solo meses después, la UCI, renuente en un principio a una investigación profunda, pero obligada por la insistencia del director del Tour, Christian Prudhomme, y por el Estado francés, que se toman muy en serio el problema, ha accedido al uso de las cámaras en carrera. Algunos medios han asociado la frialdad de la reacción de la federación internacional al hecho de que su responsable de desarrollo técnico, Mark Barfield, trabajara hasta 2015 en el Sky, el equipo que nunca ha ocultado que el material en el que más invierte es en ruedas. Según Varjas, los motores más eficaces son juegos de imanes en ruedas.
El líder del Sky, Chris Froome, ganador de dos Tours y favorito en la edición que empieza el sábado, ha respondido ya varias veces a las insinuaciones de que sus increíbles demarrajes en montaña, donde es capaz de hacer girar 110 veces por minuto los pedales sin que se disparen las pulsaciones de su corazón, están asociadas a algún artefacto en su montura.
Sin filete en la montaña
La última explicación de su rendimiento excepcional la proporcionaba el fin de semana en The Times Tim Kerrison, su entrenador, que comparaba la capacidad de reacción de Froome en situaciones de crisis a la de un padre que ve a su hijo pequeño atrapado bajo las ruedas de un coche y es capaz de, con fuerza sobrehumana que no sabe de dónde le llega, levantar a pulso el coche y liberar al niño. Añade Kerrison, que otra clave es la alimentación, y que este Tour van a cenar fuerte en el autobús nada más terminar la etapa, y antes de acostarse tomarán algo ligerito en el hotel. Y nada de filetes de ternera la víspera de las etapas de montaña.
Fuente: El País
*Mauricio Ortega, un ciclista con mucho corazón que nunca se rindió: Tranquilo, humilde, trabajador y de gran corazón. Esos son algunos de los adjetivos que describen a Mauricio Ortega, reciente ganador de la Vuelta a Colombia, quien ha tenido una vida entregada al ciclismo y en la que ha pasado por varias luchas, entre esas venciendo a los problemas de salud, para seguir cumpliendo sueños y ganando títulos. No solo ha corrido en el país, sino que tuvo oportunidades fallidas en Europa, pero nunca se rindió.
“Mis primeros pedalazos fueron en Salgar (Antioquia). En 1995 los Mundiales fueron acá en Colombia, los vi por televisión y me llamó la atención ver correr el velódromo en Bogotá, la ruta en Boyacá y ahí comencé a entrenar. Armé una bicicleta, paseaba entre los pueblos y me encontré a William Rivera, quien tenía un taller de bicicleta, me hizo el contacto. Era muy amigo de Gabriel Jaime Vélez y así comencé”, comentó Ortega en entrevista con EL TIEMPO.
En sus pensamientos solo está en formar un futuro para su familia y para sus papás. Sabe que la vida de un ciclista no dura mucho y se piensa en ¿y ahora qué? Para eso, este antioqueño de 35 años de edad, que solo estudió el bachillerato ha invertido el dinero en diferentes negocios para construir su propia casa y la de sus papás Rosa Ramírez y Tulio Ortega.
A su corta edad viajó a territorio europeo a probar sus condiciones como escalador, pero no tuvo un buen rendimiento. Malos calendarios, escuadras de poco peso y problemas de salud golpearon las ilusiones de Ortega.
“Estuve tres años en España. Me fui en el 2002. Estuve en el equipo Salamanca Patrimonio de la Humanidad. Tenía muchas ganas de hacer una buena temporada a ver si subía a ser profesional, pero no tuve la oportunidad porque me faltó un mánager. Luego pasé al equipo CCM. Hice carreras importantes, pero no se me dio. Llegué al Atom, un equipo nuevo, tenía buen calendario. Hicimos carreras que no nos convenían: clásicas en Francia, Bélgica, España, pero no me fue bien. Me regresé a Colombia. Corrimos la Vuelta a Colombia con ese equipo, caminé bien, gané en La Línea y me quedé en GW Shimano”, comentó tranquilamente y sin sobresaltos pese al recordar un momento que no lo llenó de gloria como la que ha tenido en las carreteras nacionales.
Además, Mauricio Ortega también se vio golpeado por una citomegalovirus y estuvo dos años en los que poco hizo. Esta enfermedad es un virus que se incuba en el cuerpo y necesita de mucho tratamiento con antibióticos. Al pedalista le producía que unos días iba bien, otros, mal y no encontrara la forma física ideal porque sufría de mucho cansancio.
Luego de superar esa gran crisis, el reciente ganador de la Vuelta a Colombia estuvo cinco temporadas con el equipo EPM, dirigido por Raúl Mesa. Ahí ganó el Clásico RCN en el 2009 y fue segundo en la Vuelta a Colombia 2008.
Sin embargo, con el EPM también tuvo momentos complicados. “Tuve muchos días bravos. Los viví en España con el frío, las temperaturas bajas allá con difíciles. Me tocó retirarme de una Vuelta a Castilla y León porque con el EPM Une me dio una tendinitis por el frío tan verraco. Me hacían terapias, trataron de recuperarme, pero no se pudo”.
Y también tuvo momentos en que su orgullo se le fue al piso. “Pensé en retirarme. No sentía apoyo, ya había contactos en España para irme a trabajar, pero nada de ciclismo. Ahí fue cuando GW me da la oportunidad”.
Los últimos años han sido de mayor satisfacción, aunque siempre le faltaba el centavo para el peso. Quedaba ad portas de ganar el título de la Vuelta a Colombia. Era segundo o tercero y la derrota más dura la tuvo el año pasado, cuando en la última etapa perdió con un rival íntimo para él como lo es Óscar Sevilla.
Sus referentes son varios, pero el que más tiene presente y hasta intenta imitarlo en su apariencia física es Marco Pantiani.
“Ídolos, muchos. Marco Pantani, Chris Froome, Alberto Contador. El mismo Lance Armstrong, a pesar de todo lo que pasó. Siempre me ha gustado Pantani. Me dicen que me parezco y creo que sí. Por eso se rasuré la cabeza, me dejé el candado. Tengo el libro de él, lo leí y me gustó”, añadió.
Ahora, el triunfo llegó a su vida. Ganar esta edición de la Vuelta a Colombia lo tiene muy feliz y espera que todavía le queden muchos pedalazos por dar y su retiro lo ve lejos, por allá cuando tenga 40 años.
“Me faltaba la Vuelta y ya la tengo. Siempre terminaba segundo o tercero. Este es el esfuerzo a un trabajo constante. Todo se lo debo a Dios”, concluyó.
Fuente: ElTiempo.com
*Nace ´Soy Deporte´, la práctica deportiva como juego y diversión, de la Fundación Víctor Sastre: ‘Soy Deporte’ es el último proyecto de la Fundación Deportiva Víctor Sastre que echó a andar el pasado sábado en una jornada de puertas abiertas celebrada en el Colegio Mayor Antonio Honcala.
Yendo más allá del deporte de competición que se fomenta en la Escuela de Ciclismo, y como complemento diferenciador del ‘Soy Bici’, que lleva dos temporadas de implantación en un gran número de colegios de Ávila, el equipo técnico de la Fundación Víctor Sastre pone en marcha este nuevo proyecto fomentador del deporte a través de una práctica lúdica y divertida, al alcance de todos los niños y niñas abulenses en edades entre 3 y 14 años.
«En este nuevo proyecto queremos fomentar el deporte simplemente como lo que es, deporte. Pretendemos que los niños y niñas disfruten practicando una actividad física sin estar sometidos a la presión ni a la exigencia de la competición»,indica Carlos Sastre.
La propuesta lúdico-deportiva de ‘Soy Deporte’, presentada a padres e hijos, se programará para el próximo curso. “Lo planteamos como una actividad extraescolar, cuatro días a la semana, en la que los chicos disfruten y jueguen haciendo deporte variado. La bicicleta formará parte de los juegos, dentro de un variado programa de actividades deportivas”.
En la jornada de puertas abiertas y presentación del proyecto a los padres, los niños ya tuvieron oportunidad de divertirse practicando diversas actividades y juegos, como el ciclismo, el baloncesto y el balonmano, entre otros.
Fuente: Prensa Fundación Víctor Sastre
*Los milagros no existen, la EPO sí. Todos somos Lance Armstrong: 22 de julio de 2003. La subida a Luz Ardiden. De esta etapa saldrá el ganador de la 90 edición de Tour de Francia. Ullrich es el líder virtual; no sabe si atacar. Echa la mirada atrás. Armstrong aprieta mandíbula, contrae el rostro. Mete un diente más para pedalear ligero. Está sufriendo. Ullrich respira aliviado. Esta vez sí. Esta vez, sí. Pero, de pronto, Armstrong sonríe. Lo ha vuelto a hacer. Ya lo había hecho dos años antes, en la Madeleine. Lo tuyo es puro teatro. Armstrong salta y ataca. La suerte quiere que se enganche con la gorra de un niño y caiga al asfalto. Ullrich -Ulle, el Káiser- le esquiva. Y espera que se levante. Pero que le den a las normas de cortesía, al juego limpio. Armstrong mete el pie en el pedal, se sienta y ataca. Y ataca como una bestia sobrehumana. Y les mea a todos. Y gana el Tour. Y gana todos los Tours -bueno, siete- y monta una fundación y hace películas y ¡viva Armstrong! ¡U-ese-a! ¡U-ese-a!
La escena no podía ser más ilustrativa. Un Armstrong actor, que finge. Un Armstrong ambicioso al que no le importan las normas con tal de no fracasar, de ser el mejor. Un Armstrong arrogante que no gana: humilla.
Y ése es el Armstrong que presenta el director Stephen Frears en ‘The program’, la última película centrada en la figura del gigante de pedales de barro. Un Armstrong que, a principios de su carrera, no destaca más allá de alguna victorias en las clásicas europeas y un puesto 36 en el Tour de Francia de 1996. Al que ese mismo año le diagnostican un cáncer testicular, con metástasis en el pulmón y el cerebro, y al que le dan un 40% de probabilidades de sobrevivir. Y que tres años después regresa para ganar siete Tours consecutivos y batir la historia.
Dopaje, amenazas y omertá
Lo que nos gusta un mito. Aun de adultos, creemos en los cuentos de hadas. Sentimos una ternura paternalista cuando un niño nos jura que ha visto a Papá Nöel escabulléndose por la ventana, pero somos autocomplacientes con nuestra fe ante lo extraordinario, y el cerebro lalalalala se tapa los oídos y se deja llevar por la patata. Nadie lo ve. Nadie quiere verlo. Nadie quiere escuchar a David Walsh, el periodista deportivo interpretado por un gris Chris O’Dowd en este thriller deportivo de acabado algo televisivo que acaba pareciendo un retrato -demasiado ordenado- de la Cosa Nostra. Walsh sospechaba; los milagros no existen, la EPO sí.
Y aunque, a nivel cinematográfico, la película de Frears no adquiere ninguna relevancia, es inevitable que la red de trampas y mentiras entretejida -¡ni siquiera en los bajos fondos!- del Tour atrape. Asombra ver lo casero del proceso, lo banal de las autotransfusiones y los pinchazos y los pises en el tarro. La típica escena de amigos haciéndose pajas frente a la televisión pero cambiando las pajas por bolsas de sangre con eritropoyetina.
Y un Armstrong -interpretado por un Ben Foster extrañamente caracterizado- cada vez más oscuro, más cegado por ganar, por trascender, por ser la máquina perfecta tanto a nivel deportivo como simbólico. “Tengo el dinero y el poder para destruirte”, le dice en la película al ciclista a Filippo Simeoni al conocer que ha testificado contra su médico -y camello- Michele Ferrari (Guillaume Canet), el obrador del milagro. Lo hace con una sonrisa y mientras le da unas palmadas en la espalda. Después mira a la cámara y hace el gesto de cerrarse los labios con una cremallera. Pura omertá. Pero la película también muestra los momentos de humanidad de un ex enfermo de cáncer que visita un hospital oncológico infantil, de un joven que se enamora, de un atleta sin muchas luces al que lo único que le gusta es montar en bicicleta.
Ver arder las cenizas
Sin embargo, la película palidece ante el recuerdo fresco de ‘La mentira de Lance Armstrong’, el documental que Alex Gibney estrenó en 2013, mucho más poliédrico, interesante y reflexivo. Un documental nacido para ser una especie de hagiografía del mito tejano que acaba retratando la caída de un hombre débil -humano al fin y al cabo- y la saña con la que el mundo entero lo despedaza. Sí, lo siento. Lo que nos gusta un mito. Pero más nos gusta una caída, una lapidación, ver arder las cenizas para sentirnos un poco mejores, por encima de ese hombre débil y triste que nunca mereció nada, nunca hizo ningún mérito, que es un monstruo que hay que borrar de la historia. Hay que arrebatarle todo lo que le dimos, porque jugó con nuestras ilusiones y él -y no nosotros- es el únicoculpable. Qué fácil sería.
El documental de Gibney -y el propio directo mientras lo rodaba- desiste de contar la biografía del ciclista de forma académica, al uso, y opta por compartir con el espectador el camino a la revelación. Gibney traspasa al superhéroe para acercarse, en más momentos de los que el protagonista querría, a la carne y el hueso. La trayectoria desde el santoral hasta su vuelta del retiro, a su derrota, su positivo, su confesión, el despojo de sus títulos y de sus contratos publicitarios -todo el dinero que tuvo que devolver- y el borrado de su mera existencia dentro de la historia del ciclismo. Lance Armstrong, el hombre que nunca estuvo allí.
Es imposible no conmoverse al ver el destello de amarga lucidez cuando el todopoderoso, sentado en su cama, se ve a sí mismo en la televisión admitiendo que da el Tour por perdido frente a la juventud de Alberto Contador, su compañero de equipo y máximo rival. Allí desaparece el líder fardón, el rival humillador, el cabecilla de una trama de dopaje y amenazas que ayudó a que el ciclismo acabase de pudrirse.
Un hombre solo en una habitación de hotel vacía que en ese mismo momento se da cuenta de que LA HA CAGADO y de que el error le va a salir muy caro. No sé si vio pasar su vida como en un tráiler, ni si se imaginó decidiendo no hacer esa llamada, o no coger ese vuelo, o no montar esa bici en el último momento. Ese instante decisivo; no sucumbir a la ambición, en resumen. Ese microsegundo de epifanía en el que uno se da cuenta de que haga lo que haga ya no hay escapatoria. Él sólo quería ser el más grande. Y todo eso contenido en unos ojos derrotados que intentan aguantar las lágrimas.
Después de esa escena, la entrevista con Oprah suena totalmente diferente. Él, derrotado, confiesa uno a uno todos sus “crímenes” y el respetable se lleva las manos a la cabeza. Nadie sabía nada. Nadie vio nada. Ni la organización del Tour de Francia, que consiguió atraer más fans y atención mediática que nunca; ni la UCI, a la que algunos ciclistas -como Tyler Hamilton– acusaron de encubrir un positivo del ex heptacampeón; ni de los otros ciclistas, que luego fueron cayendo uno a uno; ni de los medios, que acallaron las voces críticas; ni de los aficionados, que se volvieron a creer el cuento de hadas. Él fue un tramposo. Y nosotros también.
Fuente: El Confidencial
RESULTADOS DE AYER:
*El uruguayo Moreira golpea primero en la Vuelta a Segovia: Gran inicio del filial de Caja Rural – Seguros RGA en una de las pruebas amateur referente dentro del calendario nacional élite y sub 23. El uruguayo Mauricio Moreira se ha adjudicado el triunfo en la primera etapa de Vuelta a Segovia, competición que este año vuelve a contar con tres jornadas y que ha arrancado con un recorrido rompepiernas de 137 km entre La Lastrilla y la capital de la provincia.
El ciclista sudamericano ha aventajado en 4 segundos a un reducido grupo de favoritos en el que también se encontraba el granadino Manu Sola, quinto en la etapa. Moreira prolonga así una racha de triunfos que comenzó el pasado sábado en Tolosa, donde se hizo con su primer éxito vistiendo el verde de Caja Rural-Seguros RGA.
Mauricio Moreira: “Ha sido una carrera muy rápida desde el inicio, con constantes intentos de fuga. Después del paso del puerto se ha seleccionado el grupo y el equipo ha hecho un trabajo buenísimo para intentar meterse en los cortes. En el último repecho de meta se fueron cuatro corredores, salí por detrás y al final les pude pasar y mantener la ventaja. Muy contento con la victoria y, más que nada, con el equipo, ya que han sabido estar en todo momento. Mañana es una etapa dura, así que el objetivo es ayudar a Manuel Sola para que pueda estar lo más adelante posible”.
La Vuelta a Segovia continuará este martes con una etapa de 122 km entre San Ildefonso y Torrecaballeros, con la subidas a Navacerrada y Navafría casi de salida.
Foto: © Carlos Navarro
*Seguiremos ampliando durante toda la jornada
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