Ciclismo Internacional

Opinión: Bernal, “the next big thing”

Por @pmpalermo

No se confundan. Esta editorial no está influenciada por la algarabía del momento sino que la idea central de la misma surgió mucho antes de que Egan Bernal lograra el título en la Colombia Oro y Paz y se coronara en su primera carrera en casa.

Les presentamos a Bernal allá por 2015, cuando anunció que dejaba el Mountain Bike para dedicarse a la ruta. Y desde entonces, a nadie pasó inadvertida su meteórica progresión, esa que lo llevó a clasificar como Mejor Joven en casi todas las competencias en las que tomó parte y, más impresionante aún, a ser artífice del regreso de Androni al Giro de Italia.

En el camino cayeron rivales por doquier, admirados muchos, por la facilidad del nacido en Bogotá para escalar o la desfachatez para atacar sin importar la entidad del escenario y los intérpretes.

Sobrado en la categoría Sub 23 -primó en el Tour de l´Avenir con 1:09 sobre su escolta-, el nuevo escarabajo llamó la atención del mejor equipo del mundo y poco demoró en recompensar el interés de los británicos, que hoy ya gozan de los beneficios de contar con su aventajado pupilo.

Inevitablemente, también surgen las comparaciones, especialmente con sus compatriotas. Y entre éstos, con el máximo exponente de la camada dorada que tiene tan orgullosa a Colombia: Nairo Quintana. Pero Egan, con una cabeza más centrada que la de la mayoría, quiere ser el primer Bernal y no el nuevo Nairo.

No obstante ello, para quienes circundamos el mundillo ciclista y hemos tenido el privilegio de observar de cerca a muchas estrellas, es inevitable comparar y analizar. Y en ese contexto, no es ilógico aseverar que Bernal es la aparición más brillante del deporte pedal en los últimos años, no sólo en Colombia, sino en el mundo.

Es más, a falta de que compita en su primera gran vuelta -allá por agosto, en la Vuelta a España- Bernal amenaza con superar como “Rookie” World Tour al propio Quintana, quien deslumbró a propios y extraños en sus primeros pedalazos con Movistar, antes de ser la estrella que hoy es.

En caso que no recuerden al Nairo poco famoso, se dio el lujo de sumar parciales en Ruta del Sur (fue campeón), Vuelta a Murcia (campeón) y Dauphiné, para luego codearse junto a las figuras en la Vuelta a España, trabajando en favor de Valverde. Y la frutilla del postre, diana en Giro dell´Emilia.

Egan ya arrancó mejor, siendo sexto y Mejor Joven en el Tour Down Under, campeón Nacional contrarreloj, y campeón de la general, jóvenes y montaña en la edición inaugural de la Oro y Paz, batiendo a rivales de lujo contra los que más de uno se arrugaría.

Su proyección ilusiona

Más completo que la media de ciclistas colombianos, con un VO2máx superior a 90 que ofrece perspectivas fantásticas, y una madurez sorprendente que se condice con sus “experimentados” 21 años, Bernal llegó casi listo al World Tour. Eso, merced a sus dos campañas como Pro Continental, un campo de batalla apto para los más fuertes donde se curtió de sobra y adquirió dotes de líder.

En 2017, por caso, tomó la salida en 68 jornadas de competencia, de enero a octubre. No registró un solo abandono y, lejos de reventar, recolectó lauros a granel. Así y todo, avisó lo que vendría -paradójicamente- en citas donde no ganó, como el Tour de los Alpes o Il Lombardía, en las que pasó más inadvertido entre las estrellas, aunque clasificó apenas por detrás de las mismas.

Su futuro dependerá, entre múltiples factores, de que no lo revienten de golpe, y no parece que ese sea el caso. A la inversa de casi todos los fichajes precedentes, que padecieron la transición al Sky, Bernal ya ofrece resultados y las alegrías pueden ser muchas más si respetan su ADN ciclista. Ese que lo llevó a atacar “porque no tenía nada que perder”, y que en Movistar supieron eliminar del cuerpo de Nairo.

A la sombra del enorme listado de figuras que posee el bloque de Brailsford, el de Cundinamarca tiene la chance de seguir creciendo, porque después de todo es un “niño”, sacando ventaja de lo mejor que la tecnología puede ofrecerle para dar el salto al siguiente nivel, el de estrella.

Por supuesto que también le falta mucho por aprender y, en algún punto, le tocará lidiar con situaciones negativas. Nada del otro mundo, que otros en su posición no hayan tenido que enfrentar antes. Pero si mantiene la línea que lleva, lo más probable es que sortee las malas con solvencia y salga fortalecido.

Venía tocando la puerta hace rato y sólo le faltaba una confirmación como la que brindó en Oro y Paz, relegando a los Nairo, Urán y compañía luego de haberlos atacado como si se tratara de cualquier hijo de vecino. Obviamente, sus colegas no estaban a tope (él sí, y la mejor prueba de ello es la CRI llana del nacional a más de 52 km/h), pero aún en pretemporada, su nivel de base es alto y el resto del pelotón a sus espaldas es evidencia de ello.

Egan Bernal se merece todos los motes que le pusieron, desde la “Bestia” al “Niño Maravilla” o, en este caso, “the next big thing”. Frase que se aplica hace un par de décadas para mencionar algo que cambiará el paradigma.

En el caso de Egan, su historia apenas comienza, pero apunta a ser tanto o más relevante que la de los más grandes de este deporte en lo que va del nuevo milenio. Bernal no tiene techo, y lo de estas semanas es apenas una muestra de ello.

Pablo Martín Palermo

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