Ciclismo Internacional

Opinión: Carapaz va al límite, pero el temor de Hindley lo acerca al título

Por @amatiz12

Tras dos batallas en la alta montaña de la temida tercera semana del Giro d’Italia, se tienen certezas sobre quiénes tienen al alcance el título y podio, y quiénes no. Y aunque nada está definido, a entender personal, cada día los astros se alinean para la segunda diana de Richard Carapaz, no porque sea el más fuerte y tenga las piernas, sino porque Jai Hindley, quien podría quebrar su resistencia, le pesa el miedo de perder lo que tiene.

Sí, es el australiano el más fuerte de la ronda italiana, pero el temor a quedarse sin nada o las propias secuelas del Giro que perdió lo tienen apresado y lo atan para no dar ese zarpazo con el que quizás podría declinar la balanza a su favor. Falta de valentía o cobardía, le pueden poner el nombre que quieran, lo cierto es que ese defecto es el que lleva en carroza al ecuatoriano para hacerse por completo con la Maglia Rosa.

Carapaz ha demostrado en competencias anteriores -y en este mismo Giro- que teniendo piernas decide ir al ataque y no especular. Este es de los valientes que por propia convicción le gusta jugar a la ofensiva. Además la propia situación de la Corsa Rosa, con un duelo tan cerrado con Jai, obliga a que con el más mínimo gramo de fuerza haya que probar algo, porque es muy riesgoso apostar todo en la crono con esos escasos 3″. Si no lo ha hecho en estos 17 días y por el contrario, hasta ha decidido cooperar con quienes son sus adversarios -algo en parte originado por el factor Almeida-, ¿qué otro motivo existe aparte de la ausencia de fuerza?

Retomando el hilo con quien tiene la llave de todo este asunto, confieso que de entrada la única justificación a su actitud que se me venía a la cabeza era el miedo a alejarse más de la posición que ahora ostenta Richard. Y sí, la sigo considerando como la causa principal, porque con un margen tan mínimo, puede aparentar ser una apuesta más segura esperar al desfallecimiento del carchense que arriesgar a buscar esa flaqueza por propia cuenta con un ataque serio. Sin embargo, a lo mejor no es el único motivo.

Hindley perdió de manera dolorosa un Giro, aquel de 2020, en una contrarreloj individual el último día tras arribar empatado en tiempo con Tao Geoghegan Hart. Se sabe a ciencia cierta que en una crono el último día, tiene más impacto el desgaste y fatiga, que los propios detalles aerodinámicos y lo especialista que sea cada corredor. En aquella edición, el ‘aussie’ se quemó bastante en parte porque hasta cierto punto tuvo que estar al servicio de Wilco Kelderman y aunque sobre el papel era menos especialista que Tao, pudo ser ese un elemento que influyera en su pérdida.

Y claro, una derrota consumada de esa manera pesa, y mucho. Dicen que es más lo que se aprende perdiendo que ganando. Esa lección lo habrá marcado y no querrá repetir la historia. Entonces, eso nos puede llevar a pensar que corre conservador con la intención de limitar el gasto y llegar entero al ejercicio cronometrado para ahí ganar la carrera. En el camino puede agarrar tiempo extra con las bonificaciones -tiene la mejor punta de velocidad- sin ir a más y a lo mejor -porque con su actitud tengo dudas- intentar algo el sábado.

No obstante, si esa fuera la apuesta, estaría asumiendo un riesgo enorme, mayor al de hacer un ataque de verdad. En el ciclismo las sensaciones son cambiantes, puede que siga andando así o más, o puede que empiece su desfonde y cuando ahí sí quiera hacer algo, se vea incapaz por la falta de reservas. Lo palpable ha sido que estos días ha estado más fuerte que sus oponentes, lo que acontezca en las jornadas venideras es hipotético, no una realidad. Aparte, frente a Richie es inferior sobre la cabra y por más cansancio que predomine, esa habilidad técnica en la crono siempre cuenta.

Lo dije en Twitter y lo repito aquí: Está corriendo de manera perdedora. El tipo tiene a contados 3″ el liderato, entrega la sensación de ir más fácil que Carapaz y Landa en los puertos e igual opta por contenerse, limitarse a dar relevos y llegar con ellos para descontar tiempo ocasionalmente con las bonificaciones. Sea miedo o estrategia, no es un método que yo comparta. Las buenas piernas deben de ser empleadas para ir al ataque, no para ir a rueda. Esa actitud da a entender que prefiere ser 2º a no arriesgar algo -no el todo por el todo- por ser 1º.

No se le está pidiendo que haga una locura, que arriesgue todo en una aceleración a distancia, pero sí que al menos tantee, que salga de la duda. Sí, su superioridad no es abismal, es ligera, pero es superioridad al fin y al cabo. Hacer ese cambio de ritmo también implica un riesgo, indudablemente, pero, ¿acaso no hay algo en esta vida y en el ciclismo que no involucre un riesgo? Si Hindley pretende llegar al triunfo sin contingencias, yendo a la segura, sin esperar que algo tambalee, pues entonces no tiene mentalidad de ganador y así nunca logrará tal resultado.

El peor escenario en estos últimos dos días de montaña hubiese sido que se alejara más del líder en la tabla general, pese a que seguramente si su maniobra no salía, hubiese tenido al menos con qué aguantar a sudamericano y vasco en la posteridad. En el mejor de los casos, los distanciaba y daba un golpe sobre la mesa, lo cual tenía buena probabilidad de suceder. Ahora va a quedarse con la duda y a la postre puede pesarle si no acaba saliendo victorioso.

Párrafo aparte sin obviar que otra posibilidad es que haya decidido establecer esa alianza con ellos pensando en eliminar por completo a Joao Almeida, a quien de no sacar el tiempo suficiente, hubiese sido un escollo tremendo para el domingo. Sin embargo, el luso ya quedó fuera de la contienda, abandonando por coronavirus.

Pero bueno, al fin y al cabo, en esa indecisión es el actual portador del rosa el que más se está viendo beneficiado. No incluyo a Landa, porque justamente su voluntarismo ha dejado en evidencia que está a su 100% y simplemente su motor da para aguantar a los otros dos, más no separarse de ellos. Tanque para podio, no para título.

Carapaz va al límite, pero no se ha visto en la posibilidad de verse reventado porque el único que podría llevarlo a tal punto no se ha animado. Eso es lo que realmente lo mantiene vivo. Sigue al comando, con el margen de encontrar ese punto de más para agarrar más ventaja en la poca montaña que resta. Para lo que ha tenido que afrontar, créanme que está muy bien parado, porque de tener otro rival, uno con más coraje y convicción, difícilmente seguiría en esa posición de privilegio y estaría contra las cuerdas.

Alejandro Matiz

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