Opinión: Cavendish todavía lo tiene
Por @pmpalermo
Tras pasar un lustro en la cima del mundo de los sprints, Mark Cavendish perdió temporalmente el trono en 2013 a manos de la nueva generación encabezada por el portentoso Marcel Kittel, quien en la ronda gala de ese año, hizo oficial el traspaso festejando cuatro veces, incluida la prestigiosa etapa de los Campos Elíseos, hasta entonces y desde 2009, exclusividad del británico.
Luego de lo que para él fue un fracaso, porque con 19 victorias cualquier otro hubiera estado más que contento, Cav reconoció que debía ponerse a trabajar en el sprint por primera vez en su carrera para volver a lo más alto en 2014. Pero eso nunca pasó y el veloz hombre de Etixx, que igualmente celebró en 12 ocasiones, abandonó el Tour en los primeros compases por una caída.
En ese contexto llegó la actual temporada, en la que rápidamente inició con buen pie, sumando desde San Luis y recolectando una docena de festejos más, pero casi siempre contra rivales de menor entidad o en citas secundarias, hecho que generó cierta sombra de dudas de cara al Tour.
Sin embargo, el de la Isla de Man pudo con la presión y dejó atrás las críticas, alzándose con la séptima fracción de modo arrollador y frente a los sprinters top del pelotón, justo a tiempo, puesto que de aquí al final de la competencia sólo volverán a medirse en París.
Esto no implica que Cav sea de nuevo el mejor en las volatas ni que antes era el peor, pero sí aclara a sus detractores que, con 30 años, aún le queda cuerda para rato, de cara a seguir incrementando un currículum impactante que ya incluye 137 victorias como profesional, 44 en grandes vueltas y 26 en el Tour (sólo Merckx y Hinault, con 34 y 28 respectivamente, lo superan).
No puede obviarse que a los mejores se les exige más y, en el caso que nos compete, por tratarse de un ciclista dueño de una personalidad ácida y frontal, se le presta atención extra a todo lo que hace o deja de hacer. Pero eso no significa que nuestro protagonista estaba enterrado.
Por otra parte, está claro que Mark ya no es el de antaño, un auténtico misil que no tenía rival en las llegadas masivas, donde todo el resto se sabía luchando por el 2° lugar antes de partir. Eso cambió, quizás por la pérdida de fibras rápidas aparejada a su edad, o el relajamiento propio de quien ya está en la cima y tiene una familia.
Un punto adicional a marcar pasa por sus oponentes, quienes ciertamente le han complicado las cosas debido a su versatilidad y arrojo, aún siendo igual o más pesados que él y, varios de ellos, con trenes poderosos capaces de igual al de Etixx.
Pero el golpe de sentirse relegado despertó el instinto asesino que todo campeón lleva dentro y, desde entonces, Cav perseguía la gloria con ahínco, algo que parece sencillo pero no lo es, puesto que sólo unos pocos elegidos en todo el pelotón poseen la capacidad de ganar, y ni hablar de hacerlo reiteradamente.
En su nueva misión por recuperar lo que era suyo, el pupilo de Lefevere perdió unos kilos merced a un activo invierno en la pista y se mostró competitivo y de gran humor ya en enero, cuando era habitual verlo algo excedido de peso y siempre con rostro serio, pendiente de las críticas para responder con su habitual y agresivo estilo.
Herido en su orgullo, Cavendish estaba determinado a pisar lo más alto del cajón en la Grande Boucle y, tras quedarse corto en las etapas 2 y 5, dio en el blanco en Fougéres, haciendo gala de su potencia pero también de la experiencia, que le permitió aguardar el momento preciso para saltar y concretar la nada sencilla tarea de remontar a Greipel.
“En los dos últimos sprints mi equipo había hecho un buen trabajo pero yo estaba muy ansioso y salí demasiado pronto”, confesó luego en ese sentido. Y los hechos le dieron la razón, porque además de alimentar las estadísticas con un embalaje perfecto, Cav envió un mensaje al mundo, dejando en claro que todavía tiene apetito por la victoria y que no lo desplazarán tan fácil del trono que tanto le costó cimentar.
Veremos si es en Etixx o en otro equipo (termina contrato), pero algo es seguro: el ciclismo profesional seguirá escuchando hablar sobre Mark Cavendish en el Tour de Francia durante algunos años más, en los que seguirá elevando el listón a los posibles sucesores, aún creciendo a su sombra y muy lejos de poder reclamar el puesto que tan bien le sienta al inglés.
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Pablo Martín Palermo
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Cuánto tardaremos para ver una de sus tantas agresiones en carrera hacia otro rival? No sólo es agresivo en su estilo al responder…