Ciclismo Internacional

Opinión: Cavendish y el fin de una era

Por @pmpalermo

Los años no vienen solos para nadie. Y mucho menos para los sprinters, cuyas fibras rápidas están a pleno en la juventud y no en la madurez, cuando es la resistencia -fibras lentas- la que predomina en la musculatura.

Foto: Mario Stiehl / Dimension Data

Con 33 primaveras a cuestas, Mark Cavendish parece en ese punto crucial de su vida. El del relevo, ese que él mismo tomó de manos de Zabel, McEwen, Petacchi y compañía hace una década, cuando explotó como un morrudo y poderoso velocista en la exitosa estructura del Columbia.

Si algo demostró el de la Isla de Man es que nunca puede ser descontado del todo. En eso estábamos hace dos temporadas, cuando volvió por sus fueros y hegemonizó las volatas del Tour de France, evento en el que llegó a las 30 dianas individuales.

Pero desde entonces, enfermedades y caídas han mermado su trayectoria, que quedó prácticamente estancada en esa misma treintena cosechada. Las que lo tienen a cuatro del récord -que no romperá en esta edición- de Eddy Merckx como máximo ganador de parciales en la Grande Boucle.

La cuestión es que las cosas no lucen nada bien para “Cav” en los meses conclusivos de su contrato con Dimension Data. Con Fernando Gaviria y Dylan Groenewegen en su esplendor, y apenas dando sus primeros pasos en la ronda gala, se antoja poco probable que el ex miembro de Etixx se lleve el gato al agua.

Es que ni siquiera ha estado cerca, con un par de 10° puestos como mejor colocación. “Quick-Step y Bora están en otro nivel, a otra velocidad final”, reconoció el veterano sprinter británico. “Mi potencia está muy bien, pero no voy a poder igualarlos”, añadió, quizás olvidando a Groenewegen.

“Iba de rueda en rueda. Me sentía en el aire y con buenas sensaciones, hasta me entusiasmé al iniciar mi sprint. Todo marchaba perfecto hasta que faltaban 200 metros”, comentó Cavendish sobre el cierre de la séptima fracción. “Pero luego entendí que no podía emparejarme con ellos”, agregó con resignación.

“Seguiré probando”, continuó. “No será fácil para alguien que estaba habituado a ganar aquí, pero sólo me queda intentar. Tenemos la moral y el equipo”, concluyó el otrora rey de la velocidad en el pelotón, y dueño de la prestigiosa etapa de los Campos Elíseos en 2009, 2010, 2011 y 2012.

En el epílogo de su periplo profesional, con Gaviria, Groenewegen y Ewan pidiendo pista, y Viviani o Kittel en plenitud -es cuestión de tiempo para que el alemán carbure- el tren parece haber pasado para “Cav”, el sprinter más prolífico de la última década.

No obstante ello, a este nivel y con una figura de su talla, realizar afirmaciones en uno u otro sentido siempre es arriesgado. Lo que es un hecho es que estamos ante los últimos pedalazos a tope del ícono de una generación. Y ya sea ahora o en un par de campañas más, se acerca el final de una era. ¿Será con los brazos en alto nuevamente en su evento fetiche? Sólo el aguerrido Mark tiene la respuesta.

SECCIÓN TOUR DE FRANCE 2018

Pablo Martín Palermo

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