Por @pmpalermo
Acabó el Giro de Italia y es noticia. Es noticia porque hace unos meses no se pensaba que el pelotón seguiría rodando en octubre y encima los rebrotes tienen a Italia nuevamente contra las cuerdas. Y es noticia porque marcó el final de una era, aunque no el inicio de otra.
Sí, esta edición de la Corsa Rosa marcó el fin de las aspiraciones en grandes vueltas de Vincenzo Nibali, Jakob Fuglsang, Rafal Majka, Domenico Pozzovivo y alguno más. Además, ratificó que Wilco Kelderman nunca vencerá en una ronda de tres semanas -dejó pasar su mejor oportunidad histórica- y que Geraint Thomas y Steven Kruijswijk quedaron casi en esa misma posición debido a que no pudieron sacar rédito -por mala fortuna- de una carrera que se vendía muy barata. Con sus años y en equipos colmados de talento joven no volverán a liderar.
Pero empecemos a desglosar estas afirmaciones. Ante todo, mientras muchos se excusan en la pandemia y lo atípico de la temporada, hay que señalar que, a diferencia de quienes fueron al Tour, los que batallaron por el Giro reiniciaron en julio y pudieron entrenar y competir varios meses antes de la Grande Partenza. Entonces, sí se pueden sacar conclusiones.
En el caso de Nibali, el favorito al título de quien les habla, fue de los que más compitió antes de la cuarentena. Sencillamente no tuvo las piernas y sus intangibles ya no alcanzan para voltear una general. Encima en una con poco control, ideal para lanzar emboscadas a poco que se tuvieran las fuerzas. Le faltó equipo, es real, con tres bajas tempranas en la alineación, pero eso no es excusa cuando hay vatios. Si no, pregúntenle a Tadej Pogacar…
El “Tiburón” afirma que movió los esperados o incluso más. Y es factible, pero es una certeza que el nivel global es más elevado y que la nueva generación puso la vara más alta. Chicos que entrenan a la perfección desde sus inicios, apoyados en todas las ventajas de la tecnología, están volando y eso lo sienten los que estaban cómodos y asentados en el lote. Incluso quienes son parte de esa camada y por alguna razón no están al 100% lo pagan, como Egan Bernal en el Tour cuando aseguraba tener los números deseados.
Volviendo al Giro, el pobre cartel que se jugó el título le da un contexto más contundente al fin de los años como aspirantes reales de Nibali y demás veteranos mencionados. No sólo tuvieron el tiempo para prepararse sino que la general quedó repleta de atletas que nunca más repetirán lo hecho en esta edición.
Y eso nos lleva a otra arista para analizar. Con todo el respeto que merecen, porque el tren pasó y se subieron, hay que reconocer que ninguno de los integrantes del top 10 volverá a estar tan arriba salvo que nuevamente se aglutinen pocas cabezas de cartel. Son todos gregarios de lujo que tuvieron vía libre por una razón u otra, lo que sentencia aún más el fracaso de los veteranos. A Tao, Hindley o a quien quieran señalar les falta pedigree, y no es igual atacar (que prácticamente no hubo ataques) a otro segunda espada que intentar hacer algo contra Pogacar, Roglic, Bernal o cualquier estrella con sus formaciones repletas de gregarios.
Domenico Pozzovivo (NTT), 11° a casi 12 minutos, marca un límite con el resto del pelotón que deja muy expuesto el pobre nivel global. Basta con revisar las diferencias de sus colegas para entender que, además de que la decena de avanzada movió vatios altos, lo hicieron sólo entre ellos.
Pello Bilbao (TBM) es otro ejemplo significativo. El vasco tiene un mérito enorme por haber estado en la conversación con apenas dos semanas de reposo tras el Tour. Se requiere clase, forma y cabeza para sostener la concentración, y eso le vale el reconocimiento. Pero siendo honestos, hubiera resultado imposible con otros contrincantes.
En lo que a equipos refiere, el poderío de INEOS fue evidente por el número de etapas obtenidas, el título y las prestaciones de Rohan Dennis (IGD), el comodín que catapultó a Tao al rosa. Su ritmo fue el que hizo más daño, y el hecho de que haya apretado todo el Stelvio fue la clave en el hundimiento de Kelderman. Nunca lo sabremos, aunque otra pudo ser la historia sin el croner.
Párrafo aparte para Joao Almeida (DQT), otro alumno destacado de la factoría de Axeon. El portugués lideró dos semanas y que le quiten lo bailado. Pero eso no implica que estemos ante un nuevo vueltómano o algo parecido. Eximio croner, inteligente y con sangre fría, empezó a ceder tan pronto como las rutas picaron hacia arriba de verdad. Más de lo mismo: el contexto pone a cada uno en su sitio.
No se trata de restar reconocimiento, sino de dimensionar realmente el Giro y así sacar conclusiones válidas que permitan entender lo que pasó y lo que vendrá.
En definitiva, acabó el Giro de la pandemia y es una gran noticia. Lo hizo con el éxito de sangre nueva y eso siempre es excitante, pero por lo antes expuesto no es difícil aseverar que no inició ninguna era -como sí sucedió en la Grande Boucle las últimas temporadas de la mano de Bernal y Pogacar- y que por contrapartida, se terminó el camino para Nibali y sus contemporáneos que estuvieron en la partida.
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Pablo Martín Palermo
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