Opinión: El otro ciclismo, el de Tim Wellens
Por @pmpalermo
Tim Wellens lo hizo de nuevo. El belga sigue con su sensacional temporada 2018 y, en las últimas horas, consiguió una de las victorias más importantes de su trayectoria luego de conquistar la cuarta fracción del Giro de Italia.
Ganador también en Mallorca, Andalucía (etapa y general) y Flecha Brabanzona, 5° en París-Niza y top 10 en el Tríptico de las Ardenas, Wellens destacó en cada evento en el que tomó parte, siendo uno de los pedalistas más sobresalientes de febrero a la fecha.
Y mientras los casos de dopaje siguen golpeando al ciclismo, el de Lotto-Soudal enseña un camino alternativo. Sin ser vueltómano ni estrella de alto calibre, regala espectáculo como el que más. Incluso con movimientos predecibles, en su mayoría, condenados al fracaso. O no, al menos en 2018.
“Tenía planeado ir por la etapa. Más al saber esta mañana que me daban como máximo favorito en internet”, admitió poco después de concretar su segunda diana histórica en la Corsa Rosa. Nobleza obliga, merced a un cierre espectacular de sus gregarios en los compases conclusivos.
El de Sint-Truiden es el símbolo por excelencia de lo que bien podría ser una estrella “mortal”, y no porque resulte letal, sino por ser capaz de lo mejor y lo peor según el cuerpo disponga. Sin ayudas adicionales de ninguna clase, algo que él mismo ha dejado clarísimo al negarse en varias ocasiones a utilizar Excepciones Terapéuticas (los famosos TUE en sus siglas en inglés).
El portentoso belga es un gran ejemplo de que hay algo más que el ciclismo robótico de jefes de fila, que casi no sufren. Algo cada vez menos creíble, especialmente cuando los héroes de tres semanas regalan actuaciones fuera de toda lógica, hoy fácilmente mensurable.
En su lugar, el ciclismo de Wellens comienza a ganar adeptos. Gente que descubre otros escenarios de la mano del flamenco, tras hartarse de mirar competencias irreales que luego ven sus clasificaciones alteradas. O, por contrapartida, carreras tediosas en las que todo se reduce a ataques pancarteros, teóricamente producto de un pelotón más limpio.
Tim está justo en medio, haciéndolo verosímil y humano. Y, por consiguiente, cercano al público. Hoy celebró en Caltagirone y mañana quizás pruebe en Santa Ninfa, pero no veremos su enorme humanidad realizando proezas en el Zoncolan dentro de unos días. Ni siquiera en años.
Porque -otro punto extra a su favor- como corredor terrenal que es, reconoce sus límites y obra en consecuencia. Recientemente renovado por Lotto, se ha fijado el reto de mejorar en las cronos para incrementar el abanico de objetivos a más citas de una semana. Nada más (y nada menos), ya que el ciclismo es mucho más que Giro, Tour y Vuelta, y sus montañas.
Vaya uno a saber cuál es el futuro de las rondas de 21 jornadas, aunque probablemente sigan igual. Pero sería grandioso que crezca la incipiente rama de clasicómanos extremadamente versátiles que encabeza el nuevo ídolo de turno. Ese que venía golpeando a la puerta hace un par de temporadas, con sus fantásticos pero mal calculados ataques.
SECCIÓN GIRO DE ITALIAPablo Martín Palermo¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en @CiclismoInterSumate en facebook: Ciclismo Internacional
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Con todo respeto no estoy de acuerdo con la parte de su comentario donde dice que Tim Wellens no es estrella de alto calibre, es un superclase, revise su palmares y las veces que le ha ganado el pulso al lote o que alguien se ha beneficiado de su esfuerzo
Leo sobre Wellens en esta web desde hace más de cuatro años. Estoy seguro que ellos saben quién es…
Ricardo: conocemos bien a Wellens, y al decir estrella de alto calibre, nos referimos a Froome, Quintana, Sagan, Kittel, etc
El loquito Tim reparte alegría en las carreras, como Contador antes de su retiro nos permite ver que el ciclismo es más que máquinas y cronometros, enhorabuena por las ganas y las sensaciones.
Pablo, un enfoque muy refrescante. Creo que has dado en la tecla con tus reflexiones, con algo que muchos nos sentimos identificados.
Anoche cuando leí el artículo debo decir que me gustó mucho, sobre todo destacando lo “mortal” que es el corredor y su negación a utilizar ayudas extras. Invita a tener esperanzas en el deporte de alta competición, y a buscar dejar el relativismo (el “exitoso” Johan Bruyneel. el clembuterol de Contador como algo menor, a que como a nadie le adjudicaron los 7 tours de Armstrong entonces el resto del pelotón etc). Gracias!
Afuera los TUEs!!!