Opinión: Enderezar el rumbo, lo que gana Gaviria llegando a Movistar

Por @amatiz12

Lo que era un fuerte rumor ya es un hecho: Fernando Gaviria correrá con el Movistar Team a partir de 2023. Mucho se habla de lo que puede y no traer esta unión, que de entrada genera morbo por lo que supone el arribo de una nueva estrella colombiana a las toldas navarras. Lo cierto, a entender de este servidor, es que el velocista antioqueño saca más réditos que pérdidas al firmar con la estructura de Unzué.

Primeramente es necesario contextualizar sobre el presente de ‘Fer’. No estamos hablando de ese talentoso sprinter que ya destellaba en grandes ligas a sus 23 años y que de la mano del Quick-Step tenía un futuro brillante. No nos referimos a un corredor que entregue resultados de nivel. No nos referimos a alguien que sea prenda de garantía para cumplir con altas expectativas. Por lo contrario, es un ciclista que los últimos años ha estado en declive y ha fortalecido un desequilibrio entre lo que da y lo que es.

Eso último es relevante traerlo a colación, pues expirando contrato con UAE y sin demostrar que sus resultados son proporcionales a su estatus, podría dificultársele la permanencia en el World Tour. Los emiratos lo ficharon con uno de los 20 mejores salarios del pelotón profesional y en la carretera, nunca demostró que valía eso. ¿Motivaría eso a algún otro cuadro de primera a contratarlo?

Entonces, primera ventaja: seguir en la primera división. Revisando el palmarés reciente, francamente tendría más cabida en un Pro Team, pero a su favor juega el hecho de encontrar una escuadra con fuertes intereses comerciales en Colombia y un talento -que no se le puede negar- que da el margen para creer que todavía tiene  con qué rendir y satisfacer los objetivos que le impongan sus jefes. Véanlo como una segunda oportunidad de seguir jugando en las más altas esferas.

“Fernando es realmente un súper talento, a mis ojos es uno de los mejores velocistas del mundo. El problema es que su ética de trabajo es un cinco o un seis”, acotó ‘Matxin’ en unas declaraciones que tuvieron revuelo y que dan pie al siguiente argumento.

¿Son muchos los que se someterían a un proceso que requiere paciencia, mucha paciencia, en aras de recuperar a alguien con talento, pero falto de compromiso? (Al menos a ojos del director del UAE). Ese defecto puede espantar a muchos de trabajar con él, pues es una de las cualidades básicas que se esperarían de un deportista de su pedigrí. Que Movistar se disponga a abrirle las puertas, conscientes de ese dilema, supone una enorme oportunidad para el oriundo de La Ceja: la de aterrizar y trabajar más fuerte para garantizar esa estabilidad en el World Tour que no cualquiera le otorgaría. Que este matrimonio dé frutos, depende en gran parte de él mismo.

El ciclismo ya ha dado ejemplos de los talentos que no llegan a ser algo por su falta de profesionalismo. Para el caso, Gaviria tiene un ejemplo a la vuelta de la esquina con Carlos Betancur, a quien de hecho Movistar nunca pudo recuperar. Es más, para remarcar en esa relevancia de la disciplina, dedicación y obediencia, les dejaré abajo un enlace donde entenderán por qué ese fue el motivo del éxito de Tony Martin.

Tony Martin y la contrarreloj como un arte de disciplina

Ahora bien, dejando de un lado la continuidad en primera y el chance de revalidarse, tiene encima el lujo de emerger como una baza y no a la sombra de alguien. Los ibéricos, carentes de un velocista puro -pese al avance de Max Kanter- pueden plantearse etapas, clásicas y carreras en torno a él. Eso incluso no pasaba en Emirates, donde debía distribuir esa labor con Ackermann o Molano. Pasa a ser el eje de un terreno desconocido para el bloque, pero donde pueden tener un potencial que Fernando les puede ayudar a desarrollar.

Además, a diferencia de UAE, no cuentan con una superestrella que ate a los demás corredores a un líder de carreras por etapas (como Pogacar). Entonces, eso le da lugar a volver a las grandes carreras como el Tour de Francia -donde sólo acudió en 2018-, aunque el equipo tradicionalmente ha tenido un énfasis en las generales. Gozará de un calendario de calidad, con la plena libertad de lucir por sus intereses personales.

Y sí, se puede cuestionar la experticia de Movistar en este ámbito de los sprints y verse como un punto negativo para la transferencia. No obstante, no se puede obviar el hecho de que el equipo brilló como nunca antes en clásicas y modalidades en las que nunca antes se había enfocado, así haya sido estimulado en gran parte por el sistema de puntos. La realidad es que ese contratiempo mostró que hay nivel para competir más allá de las vueltas por etapas y que esa curva puede ir a más. De hecho, la adquisición de Gaviria es un mensaje de la intención de mantenerse en esa línea y que su lucimiento en clásicas no haya sido cuestión de un hecho aislado.

Aparte, por lo explicado inicialmente, como el colombiano no es un sprinter top, tampoco es alguien que deba exigir un tren de lanzamiento de lujo. Con Aranburu, García Cortina o Kanter debería quedar decente, aunque no es de desconocer que en gran medida deberá buscar su propia suerte siguiendo otras ruedas -algo que curiosamente le place más que obedecer a sus compañeros-.

Un talento con una nueva oportunidad para resarcirse, en un lugar dispuesto a darle un rol protagónico en un área donde ambos pueden crecer mucho más. Colaboración mutua que de entrada debería favorecer a los dos. Ya otra cosa será ver si el ciclista mejora en esa flaqueza que se le recriminó en su ex-equipo, la misma que ha condenado a otros a no exprimir su máximo potencial. Dependerá en gran medida de un Gaviria que ha sacado ganancias aliándose con Movistar.

Alejandro Matiz¿Te gusta lo que hacemos? Seguínos en Instagram y TwitterSúmate en Facebook: Ciclismo Internacional

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