Opinión: Fracasomanía y alabanza en el ciclismo latinoamericano
Por Andrés Gómez León
En el cierre del Tour 2020, prensa, seguidores, directores y corredores forman sus conclusiones. A excepción de la feliz Eslovenia, el común denominador desde múltiples y diferentes latitudes es desear mejores resultados en la prueba más difícil del ciclismo de ruta. Establecer balances puede transmitir reflexiones para entender mejor la competencia cultivando cultura ciclista.
Parte de la prensa y muchos aficionados titulan la participación de los latinoamericanos como fracaso al no conseguir título, podio, ni clasificaciones secundarias. Otro grupo numeroso defiende a ultranza la representación de los nuestros sin importar sus resultados ni las razones de estos, observan la mera participación como sinónimo de victoria. La opinión se mueve entonces al vaivén de la polarización que se arraiga y consume a la región en áreas tales como la política.
Así, la calidad del debate disminuye. La prensa deportiva no ayuda, los espacios en noticieros y programas radiales de alta audiencia, así como las columnas de opinión son copados por comentaristas de fútbol que poco o nada conocen de ciclismo -aunque las más de las veces tampoco de fútbol- anidando sus opiniones en los extremos de la alabanza y la crítica destructiva.
Algunos ejercen un periodismo complaciente, nacionalista, incapaz de profundizar en temas de la preparación de los deportistas por el temor de no recibir entrevistas o ser considerados apátridas. Otros, en busca de audiencia, niegan progresos evidentes sin contemplación alguna. Los análisis objetivos existen, pero escasean.
Por parte de quienes todo lo ven bien, haciendo caso de la poco fiable actitud de medios que llevan a los corredores al estatus de seres mitológicos hay que tener presente que, si bien llegar al Tour tiene mérito, puesto que allí suelen ir los más fuertes en cada año, la idea de participar en una competencia es destacar y procurar ganarla.
Para este grupo es difícil reconocer que Bernal quien buscaba mantener su título, teniendo a disposición un equipo conocedor de la prueba, el de mayor estatus, presupuesto y número de títulos recientes, no pudo adaptarse al ritmo de la competencia, perdiendo sus opciones en la etapa 15 y retirándose en la 17 con resultados muy inferiores a los de los aspirantes a la amarilla.
Independientemente de sus declaraciones, las cuales oscilaron entre el desconocimiento de su rendimiento y el arrastre de dolores físicos, su proyecto de defender el título, sin duda, fracasó. Hasta el Grand Colombier se mostró con potencial y estuvo en los puestos de privilegio, pero su condición como capo del equipo que mejores resultados ha tenido en la prueba en el presente siglo estuvo por debajo de lo esperado.
Afirmarlo no implica olvidar su triunfo histórico, ser su enemigo, o dejar de reconocer que es un símbolo deportivo que ha brindado enormes alegrías, ejemplo y esperanza. Sin embargo, lo que menos necesita él y la opinión es decirse mentiras. Un autoengaño sobreprotector ofrece poca reflexión y espacio de mejora a futuro.
A este grupo le cuesta reconocer que no hubo otro corredor de la región que pudiera tomar la posta. Nairo, López o Urán, quienes ofrecían esperanza, no lograron materializarla. Más allá de circunstancias particulares, el podio les fue ajeno y cierto es que nunca se observó una opción real de triunfo en París. Cuando Urán o López estuvieron en el podio, se vislumbraba la potencialidad latente de perderlo -como efectivamente sucedió-, por sobre la opción de atacar otra posición.
En la otra orilla se encuentra el grupo que ejerce la fracasomanía. Este es un término que se utiliza en ciencias sociales y económicas para referirse a balances y situaciones del acontecer de una nación. Albert Hirschman la definió como una actitud prejuiciosa muy común en América Latina que impide reconocer los avances colectivos y que surge como resultado de la falta de un proceso de observación analítica.
Se trata de una corriente incapaz de observar resultados positivos. Para este grupo, los 3 podios de Nairo Quintana [2013, 2015, 2016], el de Urán [2017] y el de Parra [1988] saben a poco. Afirman que solo el campeón merece mención y que después de este, todos los demás son perdedores, con lo cual califican como fracaso la actuación en Francia.
Bajo esta visión incluso declaran que el título de Bernal fue una coincidencia por la finalización prematura de la etapa 19 del tour 2019. Si el tema es el segundo o tercer lugar en el podio, en lugar de aplaudir el logro, las palabras se dirigen a una supuesta falta de ambición del corredor de turno, a su falta de ataque, a un supuesto conformismo y a la falta de un ADN realmente ganador.
En los triunfos parciales de etapas responden que no tiene virtud cuando ya se perdían 17 minutos en la general o, que partir del grupo para ganar cuando faltaban 2 km es torpeza al dejar de lanzar ataques lejanos. Son desconocedores del mérito y del trabajo que hay detrás de cada victoria. La premisa de sus afirmaciones es el pesimismo.
Colombia ganó dos etapas en el presente Tour, la 13 con Daniel Martínez [EF] y la 17 -catalogada como la etapa reina- con Miguel Ángel López [Astana] en un Tour en el que fue evidente la dificultad por lograr las fugas y sacar diferencias. Obtuvo además dos puestos entre los mejores 10 de la general final en el debut de López [6to] y el incombustible Rigoberto Urán [8vo].
Aún con estos resultados, respecto al año pasado por supuesto hay retroceso, ya que Bernal es el primer campeón latinoamericano. Pero el panorama es diferente si se toma un periodo de tiempo mayor para realizar el análisis sugerido por Hirschman. Durante muchos años la participación latinoamericana en el Tour fue inexistente o mínima. Hoy la situación es diferente, existen corredores en cantidad y con la potencialidad de lograr triunfos parciales y finales.
Probablemente la fracasomanía pueda interpretarse como un movimiento que resulta de considerar un tema que enlaza lo económico con lo psicológico: las expectativas. Después de Egan, en Colombia se vendió la idea de invencibilidad de los escarabajos en varios círculos, pero el Tour es una competencia de altísimo nivel, en la que lo único seguro es la alta dificultad.
Si se parte del título obtenido en 2019, cualquier resultado diferente permitirá la crítica. De allí que dos etapas y dos lugares entre los mejores diez son un caldo de cultivo para la fracasomanía. Carapaz representa un caso similar en cuanto a las expectativas: asistió intempestivamente al Tour, primer ecuatoriano en la historia de la prueba, puesto 13 y mejor de su equipo en la general, segundo mejor escalador, logró dos segundos lugares en etapas y fue el corredor con más kilómetros en fuga.
En cualquier otro momento del tiempo su participación se consideraría fenomenal, pero después de su magnífico Giro 2019 el listón sube, se exige y se quiere más. La opinión no se concentra tanto en los logros enunciados, como en el lamento del público por no haberlo visto con opciones en la general, terminar como rey de la montaña, o en el top ten final.
Endiosar a los embajadores ciclistas, así como desconocer y minimizar sus logros está haciendo carrera en el continente. Si bien es ingenuo equiparar la participación a una victoria, tampoco es cierto que solo el primero importe, nadie podría desconocer el buen papel de Roglic en esta edición. Las competencias deportivas suelen reconocer el podio y también a quienes no lo alcanzaron como medida de alentar su esfuerzo y buen desempeño, los diplomas olímpicos son ejemplo de ello.
No se debe titular como fracaso una actuación en la prueba más dura y emblemática con estos resultados. Hoy hay más razones para el optimismo ciclista en Latinoamérica que en cualquier momento de la historia. Muchos países quisieran “fracasar” de esta manera en la prueba de mayor alcurnia.
Esto no quiere decir que no haya nada por mejorar, existen importantes y numerosos retos a futuro para los nuestros: el eterno obstáculo de las cronos, las estrategias en los abanicos, la media montaña con explosividad, la adaptación a los nuevos diseños de los recorridos, el manejo de los lideratos compartidos, de la presión y del éxito, entre otros.
Acudir al facilismo del aplauso o del abucheo empobrece. Esquivar estas salidas y apreciar el logro en su justa dimensión es más complejo e impopular, pero a la vez, es lo que se necesita al cultivar cultura ciclista.
La impresionante generación que llega como contrincante demanda estrategias. Escribir más sobre Pogačar es innecesario, su espíritu infatigable mostró que existe mucho por explorar y aprender de él y de su comportamiento en competencia. A su lado se viene Remco y se suma cada tanto otro nuevo talento. Derrotarlos requiere análisis, adaptación y trabajo, ninguno proviene del aplauso gratuito, tampoco de la negación del progreso.
La vida suele transcurrir en una escala de grises más que en blancos y negros. Que nadie se confunda, la invitación para combatir extremos viciosos, evitar posturas acríticas y ser absorbidos por la fracasomanía, se dirige a la objetividad, no a la complacencia.
Andrés Gómez LeónMagíster en Ciencias Económicas. Docente Universitario.¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional
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Me perdí en el artículo. Fue o no fracaso que Egan perdiera como perdió este Tour? Fue o no fracaso que López teniendo un podio mas o menos asegurado, se desfondara perdiendo más de 6 minutos en una crono y saliera del top 5? Si se dice que eso fue fracaso, es fracasomanía?
Para Bernal fue fracaso por que era el campeón vigente, para Nairo fue fracaso por que lleva tres años sin poder superar la 3 semana, para Rigoberto no fue fracaso porque después de su lesión estar en el top 10 es muy bueno y su forma sigue subiendo, para Lopez no considero que sea fracaso por que ganar una etapa en su primera presentación y ser top 10 siempre es bueno todavía le falta para se campeón pero va por buen camino, y Martínez tampoco fue un fracaso ya que gano una etapa
Espectacular artículo. Relata de manera objetiva y literal la forma como los habitantes de está región (sur de america) nos comportamos al final de las presentaciones deportivas se nuestros coterraneos.
En efecto Oswaldo, queda preguntar si la polarización política se toma al deporte, o si siempre hemos sido así.
Con la tercera parte del artículo hubiera sido más que suficiente: hay contagio de triunfalismo a casi todo nivel, Debemos aterrizar en la realidad de la infinita ventaja que nos llevan Europeos y Australianos principalmente.
Para tocar un solo aspecto p.e. en Colombia no se ha vuelto a retomar el tema de la capacitación de los Directores Deportivos, de educar a los diversos auxiliares de los equipos y hasta a los mismos médicos involucrados en diferentes clubes. Siendo así seguiremos viendo a los mismos Jaramillos y Saldarriagas que aunque seguramente han hecho esfuerzos personales para superarse se requiere una política liderada por la Federación para tener una capacitación continuada y revivir las escuelas de ciclismo y trabajar en la base. La UCI algo ayuda, pero tambien hace un buen tiempo que no vemos a nuestros pedalistas invitados por esa entidad para incrementar su formación.. Se requiere mucho trabajo en EQUIPO para acortar la diferencia con otras latitudes ciclísticas.
Acerca de que baste solo con la tercera parte de la columna, me parece importante construir un contexto Víctor, mire que aún con todas las aclaraciones y detalles que enuncio, algunos dicen perderse o no comprender. También hace parte de mi ejercicio profesoral, seguro algunos “toman el tema en el aire”, pero es mi responsabilidad minimizar el riesgo de error.
Por otra parte, me declaro de acuerdo con su llamado a la capacitación sistemática, este es uno de muchos temas que deben interesar a la Federación para no depender solo de los esfuerzos personales a los que alude.
Todo lo que se menciona en esta nota es verdadero, en la vida no todo es blanco o negro, existen matices. En latinoamérica lamentablemente no hemos entendido esto, porque los fanáticos ciegos, afirman que las únicas victorias que valen son las de los colombianos y sino los otros van dopados, nunca se reconoce el mérito del otro. Otra minoría, es extremista y se quiere desmeritar todo, pero sacandole corazón a todo después del tour de este año y las 3 GV realizandas durante la última década, se puede observar que aunque Colombia tiene su generación dorada, mostrando sólo que somos buenos en montaña pero nunca se han preocupado por mejorar la CRI, etapas llanas y explosivas. Se ha demostrado que el ganador debe ser el corredor más completo y no el mejor escalador puro, esto se viene viendo desde la época de Indurain. Las comparaciones son tediosas, pero en la última década Reino Unido ha tenido un enfoque diferente de preparación y se ha llevado 10 GV sin tener grandes cumbres en sus latitudes, en cuanto Colombia sólo 3. Hay que reconocer los méritos cuando son necesarios, etapas ganadas, tops 10 y carreras ganadas por los nuestros, pero no hay que olvidar que el resto del pelotón también se entrena y ciertas naciones han obtenidos mejores resultados.
Su ejemplo sobre Reino Unido es muy diciente de que se pueden instaurar cambios, ahora hay que entender que para el contexto latinoamericano tendrán que atenderse a particularidades. El caso es que dichos cambios no llegarán solos, requieren de adaptación y mucho trabajo.
Y también es ejercicio nuestro cultivar cultura ciclista propia y ajena, evitando esos blancos y negros profundos, me alegra que entienda el sentido de la nota.
Andrés buen enfoque contextualizado y afortunado en tiempos del cólera ciclístico, tratando de sacar un par de conclusiones, una Latinoamérica y más Colombia disminuye sensiblemente la desventaja competitiva con Europa, los últimos 10 años son de lejos la más efectiva y sólida presencia de nuestro ciclismo, y vamos creciendo.
Y dos, a lo que invita es a profundizar toda la ruta crítica del ciclismo, más escuelas, mejor perfil de biotipos para la diversidad de competencias, por ejemplo; escasean los clásicomamos o semaneros, que son candidatos a Olímpicos y campeonato mundial.
Podría ser mejor y cuando no?
Pero esta década es la mejor de lejos para nuestro ciclismo.
PD; Dios no me deje caer estás palabras, SIN DOPAJE.
Estoy de acuerdo con sus apreciaciones, hay mucho por hacer, pero la crítica destructiva también nos inunda y no permite observar los progresos realizados. Esto no quiere decir que todo sea perfecto, ni mucho menos, pero todo debe considerarse en su debida dimensión.
Casi siempre vamos a competir con lo que la tierrita produce. Todo silvestre!!…jaja..
Muy buena nota. Algo similar pasa en Ecuador que a raiz de la irrupción de Carapaz ahora todos se creen sabelotodos, incluso la prensa futbolera que saben de ciclismo mas que el mismo ciclista profesional. Están los hinchas que exigen la medalla del mundial a un pobre ciclista que va al mismo a ultima hora y casi sin equipo, peor estrategia. Y otros que se contentan con algunas actuaciones irrelevantes como un top 20 o se alegran como si aquello fuera un logro extraordinario. Solo existe el blanco y/o negro, grises acá al sur de Colombia tampoco hay. Saludos
En efecto Jose. He podido explorar varios portales, diarios y foros ecuatorianos notando lo que usted menciona y por ello la alusión en mi nota. La objetividad escasea. Las expectativas creadas por Carapaz motivan la polarización a la que refiero y ello impide a muchos, disfrutar de sus progresos. Y la prensa futbolera … sin palabras.
La realidad del deporte particularmente en el ciclismo latinoamericano es que después de haber ganado 5 GV, haber obtenido históricamente en las grandes vueltas( colombianos, ecuatoriano y venezolano) ocho segundos y ocho terceros, el listón es alto, y quedar por fuera del podium, es una gran derrota, los deportistas latinos líderes o colíderes de élite que son de primer nivel en sus escuadras , son contratados para pelear algunos de los tres cajones y ponen a su alrededor toda la tecnología, la biomedicina, inversión y corredores de valía y apoyo para alcanzar los objetivos, el esperanzarnos con un top 10, la victoria en una o dos etapas, no es suficiente, es navegar en el conformismo , pudiendo dar más, para los países en vía de desarrollo, cuando cuenta con iconos emblemáticos en esta disciplina, solo nos depara alegrías y todos, cuando disputan palmo a palmo alguno de los tres cajones.de una gran vuelta, de lo contrario, se toman como derrotas y amarguras.
El ciclismo es un deporte europeo, que se corre en Europa. A pesar de los avances y logros que han tenido en las últimas décadas países como Estados Unidos, Australia, Argentina, Ecuador o Colombia, sus carreras no llegan a tener la importancia de las clásicas, vueltas de una semana y GV del viejo continente.
Este modelo etno y euro centrisra está en franca decadencia, como puede verse en lo aburridas que se han vuelto las GV. Y aunque la presencia de ciclistas de otros continentes, especialmente australianos y colombianos, y del surgimiento de fulgurantes estrellas juveniles como Evenepoel y Pogacar, lo han sacudido de su letargo, el ciclismo parece estar hundiéndose cada vez más en un estancamiento progresivo.
Si quiere evolucionar, el ciclismo se tiene que euro desterritorializar. Así lo han hecho otros deportes como como el tenis, el fútbol, el golf, la fórmula uno, cuyos calendarios y grandes eventos se llevan a cabo simultáneamente y alternativamente en distintos continentes.
Los medios de comunicación sensacionalistas aprovechan cualquier triunfo de un ciclista colombiano para hincharse de nacionalismo.
Pero no existe tal cosa como un ciclismo Latino Americano, cómo si existe, por ejemplo, un ciclismo español, o un ciclismo Belga, etc. Cuando más, lo que existe es un puñado de muchachos con hambre de gloria que gracias a su talento se dan el lujo de ir a los mejores equipos Worl Tour y hasta ganar GV.
Queremos que el ciclismo evolucione y que el modelo euro y etno centrista, de paso a la creación de un ciclismo global
Estoy de acuerdo en que no existe un movimiento de ciclismo latinoamericano de la manera en la que se puede hablar de uno europeo. Creo que usted comparte que mi intención en la columna no es equipararlos. Más allá de esta observación, me causa curiosidad que afirme que lo que hay es un puñado de muchachos con hambre de gloria y que aún así, se les exija podio y/o títulos.
Nos falta mucho, eso es una realidad, pero también hemos avanzado mucho, es otra realidad que debemos reconocer para no hundirnos en fracasomanía.
De acuerdo con la globalización ciclista, es un pedido a gritos.
Camaraju, bastante identificado con tu enfoque sociológico, el etnocentrismo no solo es en el ciclismo, en muchos otros temas, debemos proponer y una gestionar una GV en América, crear un par de clásicas que los europeos vengan a competir aquí también.
Tal vez ciclismo latinoamericano no haya pero ciclismo Colombiano si, y repito esta década esta demostrando que aquí hay mucha calidad, no vamos recortar en 10 años la ventaja que nos tiene en cien, pero el camino y los caminantes van bien.
Correcto don Alex.!
Maravilloso el árticulo; para leerlo y entenderlo positivamente, se necesita un minimo grado de cultura general!
Al deportista en general, como se le celebra el triunfo, tambien se le tiene que criticar, eso si con respeto y logica no basado en sentimentalismo, en colombia se tiene exelente materia prima en ciclistas, el gran problema es que no poseen terreno adecuado para la practica, sin adoquines, no hay pruebas contrarreloj de respeto, pocas etapas de spriters puros y casi siempre entrenan tocando las nubes…no es cuestion de biotipos un tipo pequeño como remco te destroza el crono y un tipo grande como miguelon subia con los mejores…para mi juicio hacen demaciado, lo que no entiendo si su vida deportiva esta en Europa xq siempre vienen a entrenar a colombia, lejos del ojo especializado de sus jefes, aparte de eso aqui son unas estrellas, no me imagino como entrenaran a consciencia con tantas distracciones..me parece que al ciclista colombiano puede igualar al europeo en todas sus modalides y superarlos, pero tienen que entrenar como ellos y donde ellos lo hacen…
El artículo nuevamente es claro y conciliador no hay forma de perderse pues no busca justificar una u otra posición, buen balance y creo que después de leerlo el análisis debe ser individual según las opciones q se le dio a cada uno de nuestro corredores.
Lo nuestro es lo difícil lo épico y es así como conocemos el ciclismo, contentos con la épica trepada de Superman en la etapa reina, pero tristes con su resultado final en la clasificación general, ningún especialista lo vaticino, matices la mejor definición.
Buen Escrito, imposible perderse pues intenta ser balanceado con buenas tesis, contentos con el logro de la etapa reina obtenida por súperman , pero tristes por su ubicación final en la clasificación final, gracias por la definición de matices, ayuda a aclarar el tema.
Pues aunque no parezca, hay quien se pierde.
Debemos buscar opinar más en el sentido de análisis que en el afán por destruir sin consideración o aplaudir sin exigir.
Gracias por la lectura y el comentario.
Para mí la conclusión es fácil, debemos estar contentos con lo logrado hasta shora, 4 GV y 16 podios más, muchas carreras menores y múltiples triunfos de etapas, y hasta hay todo bien, pero pensar que con eso somos los mejores, está muy lejos, nuestros campeones son mérito individual y no federativa, muy buenos escaladores y hasta sprinters, pero hasta hay, falta formación, metodología, no tenemos infraestructura, ojalá el ministro del deporte sea consiente de estás falencias y busque resolverlas, por qué lo que si tenemos es potencial para llegar a ser los mejores.
Omar para los colombianos hemos obtenido 4 GV, Lucho Herrera en 1.987 V.E, Nairo G.I 2014 y V.E 2016, EGAN TDF 2019 ; OCHO segundos así: F. Parra V.E 1989, Nairo TDF 2013 y 2015, G.I 2017, Rigo G.I 2013 y 2014, TDF 2017: Chaves G.I 2016, y SIETE terceros así: Pacho Rodríguez V.E 1.985, F. Parra TDF 1.988, Óscar Vargas V.E 1.989, Chaves V.E 2016, Nairo TDF 2016, Miguel Angel G.I 2018 y V.E 2018.
La historia nos obliga a pelear los tres cajones en una gran vuelta, gesta de nuestros ciclistas a punta de coraje y huevos, con mucho talento y con las limitaciones de biotipos y tecnología biomecánica, sin embargo ahí estamos dando batalla y por ello nos sentimos orgullosos porque es el deporte bandera de nuestro país por encima del fútbol y otras ramas.
Claro que nos falta Omar, eso no quiere decir que no existan los resultados que usted enuncia. Y sí, muy de acuerdo en resaltar que es muy importante que estas mejoras surjan como resultado de una política y estrategia por parte de las entidades que manejan el ciclismo y no solo depender de la generación espontánea en ciclistas y de las intenciones o inquietudes individuales de directores técnicos.
Me agrada que se comprenda el sentido de la nota.
Yo creo que el verdadero aficionado común y corriente como es mi caso, estamos mas al tanto de las cosas y sabemos que por ejemplo en la temporada 2020 muchos ciclistas no estarían bien preparados por el tema de la pandemia, por eso no somos fríos o despectivos con los ciclistas nuestros por los resultados, los que critican y quieren acabar con el deportista no somos los verdaderos aficionados, son generalmente periodistas o foristas que quieren ganar prestigio o ser escuchados así sea escribiendo burradas, pero esa gente es la misma que se sube al bus del triunfo y son generosos en elogios cuando el supuesto fracasado vuelve a triunfar, el ciclista latino tienen muchos problemas para ganar en Europa empezando por su preparación, el problema cultural, del idioma, la alimentación y el económico, pero ahí están, ganando y siendo destacados por su propio esfuerzo, cuando se preparen mejor desde las escuelas de formación serán mejores antes no.
Carlos, lo veo frecuentemente comentando en este portal y es evidente que gusta y conoce de ciclismo. Lastimosamente creo que usted es una buena excepción entre muchos aficionados, muchos no comprenden de matices ni situaciones, por ello las críticas a Carapaz en algunos portales son inclementes y las que han sufrido los colombianos también. Y sí, la prensa que solo quiere sumar audiencia es terrible para poder dimensionar logros y decepciones sin endiosar ni enterrar, pero son los primeros en cambiar de opinión sin sonrojarse a la hora de ser convenientes. Gracias por la lectura y el comentario.
Ingresar dentro del top ten es un logro muy significativo. Francia, por ejemplo, desde hace muchos años no gana el Tour. las criticas negativas vienen de tipos perdonavidas que hablan todo el dia de futbol, y no tienen idea de otros deportes.
Luis, se requieren más sitios de opinión especializada como este. Es lastimero ver a muchos que no saben de fútbol, pretendiendo ahora pontificar sobre ciclismo. No aportan, empobrecen y cambian de opinión al vaivén del rating.
Aca lo que Yo veo y lo veo desde afuera soy Guatemalteco y amante del ciclismo Colombiano, es que para ser puntual Bernal tuvo un buen Tour en 2019 y nadie lo conocia nadie lo ataco, El no volvera a ganar pero ni una etapa en un Tour a menos que lo agarre su equipo y lo entrene y refuerze fue un año de muchos cambios alegrias celebraciones y luego la pandemia y no estamos preparados para eso.
El gran ciclista Que tiene colombia se llama Rigoberto Uran nadie mas,.
Y hay mucho ciclista en potencia en colombia pero hay que dedicarse y dedicarse y vivir en europa y entrenar y entrenar.
Opiniones, opiniones , opiniones
Fracaso, no. 2 etapas, 2 top 10. Más de la mitad del Tour peleando y siendo protagonistas con Lopez, Quintana, Bernal, Urán, no es un fracaso,