Por @pmpalermo
Se aproxima el final de temporada y, en muchos casos, la misma ya terminó para algunos corredores. Y con eso en perspectiva, ya se planifica el 2022 en el seno de los equipos, muchos de los cuales estarán algo preocupados por lo realizado y, más aún, por lo que vendrá.
En este caso puntual, vamos a enfocarnos en dos de las estructuras que más morbo generan en los aficionados por su importancia y la de los pedalistas que albergan. Una es el otrora omnipotente INEOS, la otra el pujante Jumbo-Visma. Bloques que se han encargado de dominar las rondas por etapas, excepto cuando Tadej Pogacar se les atravesó en el camino.
Los británicos, históricamente dueños de la billetera más gorda del pelotón, no han podido sacar el máximo provecho de la misma las últimas temporadas. El descenso en el rendimiento de los de Brailsford ha sido notorio en los tres cursos pasados, algo que el éxito de Egan Bernal en el Tour 2019 maquilló inicialmente. Sí, en esa ocasión el escarabajo quedó casi siempre solo o junto a Thomas, sin escuderos.
El envejecimiento de su plantilla ha sido benévolo, porque nunca dejaron de ganar. Pero se sabe que el Imperio respira por y para el Tour, y allí no sólo se les atravesó el fenómeno de Eslovenia, sino que los neerlandeses de Jumbo se encargaron de ocupar el rol protagónico que fuera exclusividad de la Corona.
Es decir, la plantilla sigue contando con talento de sobra para imponer condiciones en citas de una semana. Así quedó expuesto en las presentaciones estacionales de Richie Porte, Adam Yates, Geraint Thomas o Richard Carapaz. No tanto en las de Bernal, que tuvo un calendario más cuidado y enfocado en Giro y Vuelta, donde finalmente fue el único que estuvo a la altura de las circunstancias.
Todos estos apellidos rutilantes son indiscutidos en el deporte pedal, pero fue evidente que hoy no tienen los vatios eslovenos. Ni siquiera corriendo en equipo, muchas veces la fórmula para batir a las individualidades, pudieron doblegar a los representantes de la nación de moda en el lote.
Y esto no va a mejorar, porque Richie o “G” no se hacen más jóvenes, mientras que Adam ya confirmó que no es un campeón de grandes vueltas. ¿Los dos latinoamericanos? Que les quiten lo bailado, y aún pueden seguir obteniendo sucesos en rondas de tres semanas. Pero, hay que decirlo, a día de hoy sólo donde no estén Roglic y Pogacar. No sólo no han podido estar a su nivel escalando, sino que están a años luz sobre la cabra.
La única opción viable sería que Ineos haga milagros con la chequera y reemplace a gregarios que ya dejaron lo mejor de sí en el pasado por otros que puedan equiparar a los de Jumbo. Y en este punto es bueno hacer un párrafo aparte sobre los tulipanes.
Las avispas neerlandesas tienen la llave para batir a Pogi, hoy rey indiscutido del ciclismo por etapas, debido a que su plantilla contiene cantidad y calidad de obreros. Es decir, mientras Ineos se desarboló en cada arrancada de los capos rivales, los de Rogla encontraron en Vingegaard al único capaz de hacer algo de daño al capo de UAE.
No sólo eso, Van Aert aún no conoce sus límites -con todo lo que eso implica-; Kuss tiene margen de progresión y es un potencial capo si encuentra regularidad; Foss enseñó avances importantes y no se puede obviar que es todo un vencedor del Avenir; Oomen no debe ser subestimado, Kruijswijk aún tiene cierto nivel y Dumoulin puede ser un comodín único si decide seguir y encuentra su norte.
En cambio, en Ineos lucen estancados Tao y Sivakov, De Plus desapareció, Kwiatkowski ya no es el de su época dorada y lo mismo puede decirse de Amador, que por algo no fue convocado a ninguna grande. A Rodríguez y Pidcock aún hay que esperarlos y eso no sirve de cara al Tour 2022. Hoy la mejor carta que pueden jugar los británicos es poner a Martínez, Adam, Porte y hasta Thomas al servicio de Bernal y Carapaz, únicos capos que han plasmado sobre la ruta su jefatura. No, Ganna no va a escalar mucho mejor, y ojalá renueven a Castroviejo que fue de lo más destacado del curso.
Volviendo a Jumbo, van sobrados de efectivos con potencial. Si bien este servidor no cree que Van Aert pueda ser un vueltómano para el Tour, tiene con qué marcar diferencias. Lo de Vingegaard fue más impresionante, no sólo por aguantar y/o hasta cortar a Pogacar, sino por las cronos realizadas con su diminuta humanidad.
Como si todo esto no fuera suficiente, los de amarillo y negro devolvieron la afrenta que significó el fichaje de De Plus por la contra, incorporando a Rohan Dennis, un corredor tan talentoso y versátil como su cabeza le permite. Si lo tienen bien, es capaz de grandes cosas. Y si no que le pregunten a Tao, que debe medio Giro al australiano.
El calendario es más amplio, cierto, pero el Tour es el centro del universo para todo el pelotón -la temporada del Covid lo ratificó como nunca antes, si alguien dudaba- y de cara a la edición 2022 hoy han picado en punta los neerlandeses. Claro está, pueden tener todo el plantel y los recursos, pero si el capo luego no se mantiene sobre la bici, flaquea mentalmente o se topa con un extraterrestre, poco más puede hacerse. Será tarea de Primoz volver a estar en posición de ganar el Tour y, esta vez, rematar la faena.
Así las cosas, habrá que ver cómo rectifica el rumbo Ineos, porque hubo muchas decepciones en estos últimos años y la salida de varios apellidos importantes así lo confirma. ¿Lograrán minimizar los daños con su economía?¿Transitarán un curso de transición más? Sus números globales no fueron malos, con 33 victorias, entre las que se incluyen siete generales. Por caso, Jumbo firmó 38 y cuatro, mientras que UAE lleva 27 y 5. La clave aquí reside en el interés de cada estructura a la hora de hacer los balances, y está clarísimo que las tres priorizan la Grande Boucle, donde los de Brailsford han sido los peor parados recientemente.
Pablo Martín Palermo
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