Opinión: La ironía del caso Roglič: salir de Jumbo no solucionará su problema

Por @amatiz12

La Vuelta a España dejó una señal de incompatibilidad entre Primoz Roglic y Jumbo-Visma, lo cual ha derivado en la idea de que el esloveno debería abandonar la poderosa estructura neerlandesa para poder cumplir con sus objetivos. Esa es una verdad a medias, pues su verdadero inconveniente no se reduce a tener más galones.

Me explico, entre sus múltiples desgracias, ligero inicio de declive y la eclosión de Jonas Vingegaard, que para colmo, la ha plasmado con dos Tours consecutivos, no está en condiciones de exigir total libertad para cumplir su sueño amarillo, porque obviamente, la mejor apuesta del equipo es ese hombre que ahora mismo es el mejor vueltómano de la actualidad y que en dicho apartado se ha hecho invencible hasta para el mismo Pogacar.

Pero si se fijan, Rogla descendió en esa jerarquía ya sea por una curva de rendimiento que dejó de ir en ascenso o simplemente, porque apareció otro mejor que él. Entonces, la base de todo este asunto es su condición física actual.

Estamos hablando de que corre en el cuadro ciclista que más anda en el mundo y ni eso le alcanza para ser el mejor, ¿ustedes creen que fuera de Jumbo, donde el nivel es inferior, va a poder derrotar al rey del Tour?

Sí, Primoz es un corredor extraordinario y nosotros desde este espacio lo hemos reiterado en varias ocasiones, sin embargo, debe de reconocerse que un importante porcentaje de influencia recae en dónde corre, pues sus mejores años coincidieron con la época dorada de las abejas.

Y no sólo es eso, es necesario tener presente el hecho de que cada vez se hace más veterano y que incluso con las mejores herramientas para elevar el rendimiento a disposición, ya no está yendo a más. Por más talentoso que sea, la edad va haciendo lo suyo.

Ojo, con todo y eso, Roglic sigue siendo uno de los hombres top de la práctica, no es intención de este texto argumentar lo contrario. Lo que pasa es que para conquistar la Grande Boucle no basta con ser uno de los mejores, toca ser el mejor, de lo contrario no hay chance, y el ex-esquiador, hoy por hoy, no lo es. Y menos lo será abandonando su hogar deportivo.

Es que si su único obstáculo fuera el de comandar una estructura, sería algo de fácil solución, porque cualquier otro colectivo WorldTour estaría encantado de hacerse con sus servicios y con ello adquirir un flujo alto de victorias por temporada -14 en la presente-.

Pero esto no es liderar por liderar. El techo de David Gaudu fue un 4º lugar en la ronda francesa de 2022 y es absoluto jefe de filas de Groupama; a Bahrain lo guiará hasta 2023 un hombre que gana poco y sólo acredita dos podios en grandes vueltas; Ben O’Connor, un escalador que aún no se consolida, goza de todos los galones en AG2R.

Nótese que en el 95% de los equipos de máxima división, Roglic sienta a cualquiera de sus líderes. Es evidente que el descache no es por ese lado, porque de nada le servirá contar con un bloque entero a disposición si Jonas lo va a avasallar en cada mano a mano.

Concuerdo plenamente con que Jumbo va en contravía de su ambición principal y también con el hecho de que cambiar de aires no hará la diferencia. Por eso, pienso que a Roglic ya se le fue el tren y nunca podrá hacer realidad ese deseo de ganar el Tour.

El ciclismo es cruel y sólo le dio una oportunidad, que entre el errático planteamiento táctico y una actuación histórica de su rival, no fue capaz de aprovechar. Y duele, pero si no pudo capitalizar estando en su techo, no lo va a lograr corriendo contra Vingegaard como su compañero o como su contrincante. Ingresará en la extensa lista de pedalistas de enorme calidad que nunca pudieron con el Tour, tristemente.

Mejor que aproveche su actual contrato hasta 2025, donde tiene las garantías de continuar muy adelante en el tren de vatios y así seguir colmando ese envidiable palmarés que posee.

Y porque allí seguirá contando con pocas probabilidades de vestirse completamente de amarillo, que es mejor a nada si no sigue representando a los aurinegros. Alguna emboscada no avisada o que Vinge por factores externos no pueda defender su corona, uno de esos escenarios fantasiosos y distantes de la realidad.

Él en su mente seguirá creyendo que es capaz y está en todo su derecho, pero en sus zapatos, yo aprovecharía que la vejez ciclística todavía no me agarra firmemente y demandaría jefatura total para la próxima Vuelta donde tendría las piernas para ganarla y acreditarme ese récord de más victorias en la ronda hispana, mientras en el camino procuro ganar el Tour de Suiza y así convertirme en el único atleta de esta nueva era en ser el ganador de las siete grandes de una semana.

Que pueda sacarle el jugo a estos años que le restan y agigantar su leyenda, que sea esa la forma de exprimir el momentum de Jumbo, que puede brindarle mucha más gloria de la que puede conseguir en otro lado.

Alejandro Matiz

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