Ciclismo Internacional

Opinión: Nairo volvió a ser Nairo, justo a tiempo

Por @pmpalermo

No eran tan difícil. Pero tanto Nairo como sus directores necesitaban darse un golpe contra la pared -varios en realidad- para entender que el colombiano tenía que volver a las fuentes en su forma de correr, y cambiar algunas cuestiones en torno a su preparación y calendario.

foto: Bettini | Movistar Team

Básicamente, se trataba de soltar la cuerda al escalador de Cómbita, un hombre tranquilo y hasta sumiso, que se encontró cómodo siguiendo las órdenes del experimentado Eusebio Unzué. Y allí comenzaron los problemas, más precisamente, las derrotas en el Tour, donde ser conservador ayuda a ser podio, no a obtener el título.

No es que deba ser un rebelde por el mero hecho de serlo, pero de vez en cuando, como Contador, Majka o Landa alguna vez, Nairo debió quitarse el auricular y seguir a donde sus piernas le llevaran. El 2015 es el ejemplo más claro de ello. Tampoco decir que Unzué hace todo mal, pero gestionar a este grimpeur como si fuera Indurain fue una equivocación.

La cuestión es que, descansado y con un programa tranquilo en 2018 tras encadenar cuatro grandes vueltas en 13 meses, el escarabajo recuperó el hambre, la frescura y -espoleado por su patrón o no- la valentía para moverse de lejos en las montañas, dejando de lado las estrategias pancarteras.

El resultado fue evidente, con un recital esplendoroso en Arosa, puerto adverso de cara a saltar de lejos como pocos en el World Tour. Ni eso lo detuvo y, junto a una excelente presentación grupal (puntos altos de Landa y De la Parte), coronó una gesta de 27 km. En una ronda preparatoria, es cierto, pero gesta al fin.

Justo a tiempo, en todo sentido. El test no sólo ratificó buenas piernas a un mes del objetivo máximo, sino que sirvió para despejar las dudas propias de un largo periodo sin correr a tope y, más importante aún, para alimentar la moral, algo tocada luego del fiasco/aprendizaje de 2017.

Tranquilos, nadie está diciendo que ahora tenga ganado el Tour. Pero corriendo así, con el equipo íntegro tirando para el mismo lado, las chances serán más, así como también los problemas de los adversarios. ¿Cómo contener a dos de los escaladores más exquisitos del planeta trabajando en sintonía?

Quizás ahora, también entenderán ustedes las críticas de este servidor. Quien nunca perdió de foco el potencial del Cóndor, y le exigió en consecuencia. Porque, para que contextualicen correctamente la situación, sólo un puñado de hombres en todo el lote pueden lanzar y sostener un ataque en la montaña como lo hizo el sudamericano.

Otro punto a su favor fue la determinación, porque se hizo cargo de la responsabilidad y, a diferencia de otras temporadas, nunca esperó ni pidió un relevo en la fuga. Se puso la misma al hombro y la dejó tirada cuando se le antojó, sabiendo que a su estela venía un BMC lanzado. Y el mero hecho de que Porte no lo haya alcanzado en un cierre ideal para sus condiciones -y frescura- deja en evidencia el calibre de la actuación de Quintana.

En definitiva, Nairo volvió a ser Nairo, el mejor escalador puro del pelotón. El que era antes de la apretada agenda, el “Sueño Amarillo” y toda la publicidad que tanto mal le hizo y contribuyó a incrementar la presión y el amarretismo “Unzueniano”.

Ojalá su “recuperación” y aprendizaje sean completos y, gane o pierda en julio, corra del mismo modo. Les garantizo que, de ser así, Sky no tendrá un evento tranquilo y controlado como siempre, y que el boyacense estará más cerca de concretar la cita que hace largo rato tiene con el destino, justo en la edición más glamorosa en años.

Pablo Martín Palermo

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