Por Oscar Trujillo
Tras acabar el Tour de Francia, Remco Evenepoel se instala como único ciclista habitante en el purgatorio. Ese limbo incierto que no le descarta la gloria reservada para una ínfima minoría de vueltómanos, pero tampoco lo confirma aún como aspirante serio a la victoria sublime (Tour) en el deporte de las bielas. Es muy bueno, sí. Tuvo la mala suerte de ser contemporáneo con dos monstruos que ya son leyenda, también.
¿Con 24 años y medio, va a progresar en algunas falencias evidentes con respecto a sus rivales? Seguro. ¿El esloveno y el danés, con 25 y 27 calendarios, tienen margen de mejora, dinero y medios en sus equipos (los más poderosos del pelotón) para rendir todavía más? También.
Remco a día de hoy puede dominar un Tour de Francia -u otra prueba de tres semanas- siempre y cuando no acudan los dos ases generacionales que le antecedieron este año en el podio. Cuando ha corrido con al menos uno de ellos en grandes vueltas -o incluso con Roglic en esfuerzos de una semana- ha salido derrotado y se le ven las costuras que los separan.
Consolación como mejor joven, cuando ya no es ni mucho menos un novato, gracias a su precocidad (Tour 2024) o rey de las fugas (Vuelta a España 2023) esta ronda francesa no ha sido la excepción. También ha claudicado con un menguante gafado Roglic en pruebas menores. El olimpo para especialistas en tres semanas, con opciones y poderío reales de derrotarse entre sí, de momento sigue ocupado solo (y a mucha distancia) por Pogacar y Vingegaard.
El reinado compartido o alternado no parece fácil de romperse a corto o mediano plazo, son muy jóvenes todos. Sin embargo, esloveno y danés, muestran (con resultados, no con especulaciones, suposiciones, ni anhelos) demasiada diferencia con el excelente corredor belga. Con los demás… mejor no hablar.
Un corredor que se deja casi 10 minutos con el triunfador y tres con el segundo, mostrando los mejores números que jamás hizo en alta montaña, nunca tuvo chances objetivas de doblegarlos. Es evidente. Dani Martínez también quedó segundo a casi 10 minutos de Pogacar en el pasado Giro de Italia y a nadie sensato se le ocurriría pensar en paridad o esperanzas del colombiano para derrotar a Pogacar en franca lid. Esos diez minutos, a tope ambos, dicen mucho. El avance y la búsqueda de la excelencia no se reserva para los aspirantes, los campeones también tienen juventud, más recursos y sus equipos millonarios intereses en juego para invertir.
Es muy superior el esloveno en los dos casos. El tiempo que se dejaron en cada ataque de Tadej, y no poder seguirlo, es el único juez válido. Incluso aunque este año Jonas viniera algo menguado por su lesión y preparación trastocada, tampoco le alcanzó a Evenepoel para superarlo. Con lo cual, sin dejarse minutadas en ninguna etapa, sin contratiempos y en un maravilloso estado de forma, no le alcanzó para superar al líder de Visma. Loable lo de Remco, de cara al resto de aspirantes al top 10, pero aún lejos del nivel superior de los últimos 5 tours ganados repartidos por el tándem supremo.
La totalidad de ese tiempo, que no fue poco, el líder de Soudal lo cedió en casi todas las fracciones de alta montaña. Confirmando su principal debilidad desde que empezó su carrera profesional. Incluso en la contrarreloj final, su especialidad, también perdió fuelle ante los cocos. No es lo mismo hacerla en un mundial, que es un solo esfuerzo aislado, que en la última semana del Tour de Francia donde prima más el fondo que el talento puro contra el cronómetro.
Aún así, es digno de admirar: brillante su pundonor, garra y ambición. Remco es, (junto a Pogacar en todos los terrenos y a van der Poel en las clásicas que le son favorables) los ciclistas que más espectáculo brindan, con enorme diferencia, los que menos especulan y que da más gusto ver como espectador imparcial.
Hay que admitir que de las cinco grandes vueltas que ha corrido Evenepoel, esta ha sido la mejor que ha hecho. La colosal calidad de los rivales a los que te mides, muestra la verdadera dimensión de tu nivel. No se desfondó de forma aparatosa ante los favoritos, se dejó solo 9 minutos y fracción, que en términos absolutos no es, ni mucho menos estar cerca.
Es una pena que un corredor tan talentoso y completo se vea opacado en su ilusión de consagrase también como ganador de un Tour o crack histórico de los 21 días, que se difumine su poderío cuando se mide a este par de bestias.
Pero es más triste aún, ver a muy buenos corredores (que ya ni pueden soñar con ganar un Tour) hacer su mejor esfuerzo, los mejores números de su vida para terminar a más de 20 minutos. Si la esperanza española Carlos Rodríguez, el más destacado de Ecuador Carapaz, de USA Jorgenson, de Colombia Buitrago, de gran Bretaña Adam Yates, de Portugal Almeida… no tienen el más mínimo chance de derrotar a gente de este nivel, el prodigio belga puede darse por bien servido que al menos sea el único habitante del purgatorio. Por mérito propio, pero eso sí, solo y de momento sin posibilidades de reinar en el olimpo del Tour ni de ninguna vuelta en que se cruce con estos dos.
Oscar Trujillo
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