Opinión: Remco Evenepoel y un descubrimiento bajo presión
Por @amatiz12
Si hay alguien que inevitablemente será tópico de debate diario durante la Vuelta a España, ese es Remco Evenepoel. Siendo de los pocos corredores a quienes se les evalúa con extremismos, de esos cuyas maravillas a temprana edad no satisfacen a algunos por el enfoque que tienen a sus exigencias con él, tiene la desafiante misión de seguir descubriéndose en un ambiente forzado y algo hostil.
El tipo ni había terminado de aterrizar en el World Tour y ya el debate sobre su proyección como vueltómano había comenzado mucho antes. Sin antes tener una actuación que diera crédito a tal idea, ya tuvo que acondicionarse a vivir no sólo en medio de esos interrogantes, sino con la presión de despejarlos con prontitud, porque aunque esta nueva generación nos haya acostumbrado a ver a sus grandes referentes con el pie a fondo en el acelerador, algunos olvidan que todavía hay gente que puede llegar a ser muy buena sin necesidad de estar ganando a diestra y siniestra a los 20 años.
En esta era, es increíble ver cómo unos escépticos retiran prematuramente a jóvenes promesas por no entregar inmediatamente los resultados que en condiciones normales deberían dar en un largo plazo. Por caso, a Egan Bernal lo enterraron con 23 años por perder el Tour -y eso que el colombiano estaba “consolidado” para entonces- obviando muchos factores que influyeron para tal resultado. Como muestra de esa errática perspectiva, su contundente título 9 meses después en el Giro.
A Evenepoel lo quieren llevar por esa misma senda. Sepultan cualquier chance que tenga de hacer algo como vueltómano si no rinde en una cita similar -Tirreno y Suiza, casos precisos de este 2022- y de paso como ciclista, porque otros tantos idealizan el ciclismo alrededor de las grandes vueltas, desconociendo que es un mundo que trasciende muchísimo más allá de eso y que en esas otras dimensiones, Remco incluso ya es una realidad.
Su jefe, Patrick Lefevere describió perfectamente en una frase lo que acontece con él a percepción de una parte del público (y prensa). “Si muestra ambición, es visto como arrogante. Si falla, lo acribillan”. Muchas veces, lo que hace o deja de hacer se sataniza y eso no sucede con otros ciclistas que harán y no harán igual.
Esa dinámica se repetirá a lo largo de esta edición de la ronda ibérica, punto de la temporada donde tendrá más ojos puestos que en cualquier otra competición. Y todo a raíz de la principal necesidad de varios seguidores de verlo destellar inmediatamente en pruebas de 3 semanas. Claro, es innegable que a todos los seguidores del ciclismo nos genera intriga ver qué es capaz de hacer en un escenario como este, porque motivos ha dado para creer que puede figurar en una general, pero esta Vuelta no puede ser utilizada como el juicio final.
La forma en que batalló por la general de País Vasco, los números que tuvo en Noruega y la preparación que ha llevado, justifican perfectamente que intente hacer la general. Alguien con esas actuaciones hace ver realista esa opción de hacer algo destacado en ese apartado y por eso comparto si su decisión es correr por ese objetivo. Pero si aquí no lo logra e incluso, defrauda, sería injusto afirmar que no está hecho para estos embates. Con 22 años de edad, este “niño” tiene margen de sobra para errar en esta y cercanas oportunidades sin condenar su futuro.
Sí, debe afrontar la carrera condicionado por las expectativas que se tienen sobre él, incluso desde el mismo equipo, pues Quick-Step envió su bloque más escalador para arroparlo y se divorció de la lucha por los sprints, que es uno de los pilares de su filosofía en grandes vueltas, pero eso no puede desviar la calma con que debe asumir el reto, pues la mejor ganancia que sacará de aquí es el aprendizaje, esas lecciones que con mayor razón en la “derrota” puede aplicar para mejorarse a futuro.
Hay que dejarlo aventurar, que se equivoque cuantas veces sea necesario sin necesidad de destrozarlo, pero que vaya despejando dudas. Él afirma que irá por etapas, lo cual también estaría bien, porque hace parte también de ese descubrimiento, de esa exploración de lo que es y puede hacer como ciclista, ojalá sin perder esa esencia de espectáculo que lo distingue. Y si fuera el caso que encuentre que su mejor faceta es cazando etapas, ¿qué tendría de malo?
Alejandro Matiz¿Te gusta lo que hacemos? Seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional
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Hombre es que arrogante lo es. A mi personalmente me gusta que así sea porque es un León al que da gusto verlo atacar, pero arrogante si que es (la imagen quitándose el polvillo del hombro al machacar a todos en el Picón Blanco es difícil de olvidar ^^). Es casi tan arrogante como Patrick Lefevre.. bueno no, tanto, tanto,.. no ^^.
La arrogancia no es un tema a evaluar para los que disfrutan del ciclismo, el tema pendiente con el belga ea si está para 3 semanas, por ahora es corredor de clásicas y de carreras de una semana.
Yo siempre le he visto más como clasicomano todoterreno que corredor de GV, si se decide por las clasicas, puede llegar a ser un corredor de época (va bien en piedras, muros, buena punta de velocidad, baja bien, resistencia). Lo tiene todo para ser de los mejores en clasicas.
La prensa misma es la que le pone presión, tienen en un altar a un chico que no ha ganado absolutamente nada, que tiene destellos de un talento enorme pero solo son eso destellos, igual que matew van ser poel. Que se dedique a clásicas que en eso será el mejor, pero para fondo no sirve