Ciclismo Internacional

Opinión: Una nueva esperanza para el Landismo

Por @amatiz12

Se esfumó una primera semana gris del Giro d’Italia 2022… o quizás no tan soporífera para aquellos que en su interior guardan la ilusión de ver a Mikel Landa lucirse como siempre han deseado en una gran vuelta. ¿Quién es uno para bajarlos de esa nube? El tipo ha estado (casi) intacto de la mala suerte en estos 9 días, además de mostrar ser uno de los más fuertes entre los aspirantes a la general. Si la tendencia sigue así, puede regalarles a los fieles seguidores de su secta del Landismo, ese trago dulce después de tantas amarguras.

Y es que el ascenso al Blockhaus ya iba sí o sí a cerrar el círculo de aquellos con la condición para pelear por el rosa, con una lista que se reduce a 11 corredores, que en el concepto de este servidor, pueden ser menos si se considera que Guillaume Martin, Alejandro Valverde, Domenico Pozzovivo o Thymen Arensman, podrán aspirar máximo a un top-10 por sus limitantes físicos, de edad o supeditación a órdenes de otros -como el neerlandés, que tiene por delante a un Bardet rejuvenecido-. O el mismo Pello Bilbao, que por ahora será segunda espada y no gozará de los mismos galones salvo adversidad del alavés.

Entonces, su batalla se centra más en Richard Carapaz, Romain Bardet, Joao Almeida, Emanuel Buchmann y Jai Hindley. Al ser esos los adversarios a vencer, se refuerza más la idea de que realistamente puede aspirar a una plaza de honor. Porque ahí va otro punto, no es Landa el corredor al que se le exija la victoria final y aunque siempre sea ese el resultado que más se añore, él y sus fans quedarían muy contentos con un podio -el cual ha logrado en una sola ocasión en una cita del género-, lo cual hace que el objetivo sea todavía más afable.

¿No tiene con qué ganar? Desde esta perspectiva personal, no. Cierto es que aguantó la embestida del máximo favorito con solidez y dando la cara con relevos, pero es de recalcar que lo hizo con un Carapaz que claramente no está a su 100%. Aunque en su afán de defender al ecuatoriano, muchos argumenten que él se está guardando para la tercera semana, la puesta en escena ayer suya y del equipo era la de romper la carrera y dar inicio a la hegemonía que debería de tener, cosa que al final no se produjo porque Richie no tuvo con qué.

Créanme, nadie va a poner al equipo a tirar de semejante manera, a seleccionar al máximo el lote de contendientes y luego atacar para “reservarse para jornadas venideras”. Son maniobras ofensivas que se ejecutan con el propósito de marcar una diferencia y si dicha finalidad no se cumple al momento de que el jefe de filas entra en acción, es justamente porque los vatios todavía no están. En condiciones normales, el mejor Carapaz tiene cómo liquidar al vasco y compañía, y pese a que en el primer test no dejó la mejor señal, me mantengo firme en la creencia de que esa versión llegará y por lo tanto, en determinado momento, la Corsa Rosa se declinará en su favor.

Pero lo dicho, a Mikel no lo apedrearán por no ganar el Giro y aunque él corra con esa idea del título, la propia carretera se encargará de ponerlo en su sitio, que es el de serio candidato al 2º o 3º cajón, objetivo que perseguirá con el mayor ahínco posible y que de lograrlo, le generará satisfacción.

En esa porfía tiene ventajas. Los BORA tienen por delante un complejo desafío administrando sus jerarquías por el mero hecho de tener dos bazas tan poco fiables como Buchmann y Hindley -aunque ojo con el ‘aussie’, que obtuvo su primer éxito de nivel desde aquel Giro ‘barato’ de 2020-. Almeida ratificó que es un incansable sufridor cuesta arriba, vulnerable en la alta montaña y, con un punto más (que lo puede llegar a tener), Landa tiene a placer el distanciar a quien es la mayor amenaza de cara a la crono.

Aunque bueno, no se puede olvidar que el capo del UAE es un hueso duro de roer y puede ir a más. Él y Bardet -que anduvo igual o un poco mejor que Landa- son sus escollos directos para tal objetivo. Sin embargo, es cuestión de deshacerse de uno de ellos y la meta estará asegurada. ¿Qué tan difícil puede ser? Suena por ahora a que el más endeble es el portugués y por el apartado del cronómetro, el contrincante más necesario de eliminar. El francés no tiene esa arma letal al reloj, no obstante, recuperó sus piernas de antaño y parece estar en la forma de su vida en un recorrido que le cae como anillo al dedo, por lo que se antoja más complicado ver que se rompa la paridad con él.

Pero la ecuación es la más sencilla de todas, difícil recordar una anterior donde haya tenido que despejar pocas variables. El 2021 no fue su año; 2020 fue 4º del Tour aunque sin opciones reales de acomodarse en el cajón de París; 2019 perdió esa casilla a manos de un Roglic que categorizó la abundancia de crono y su floja primera parte de Giro. En la recapitulación nunca antes ha tenido una chance tan clara, así apenas estemos hablando de la primera semana.

Valiente como él solo, con uno de los mejores bloques a su respaldo y siendo uno de esos pedalistas que ofrece la garantía de que con piernas siempre prueba y no se guarda nada, tiene las herramientas necesarias a disposición para cimentar el camino que lo lleve a atar esa casilla de gloria. Piernas y suerte lo han amparado por el momento.

Ese será el otro dilema con el cual deberá lidiar. No se puede olvidar que estamos hablando de Mikel Landa, y como Mikel Landa es susceptible a que algo le pase en cualquier momento. Pero, vamos, ya van 9 jornadas con apenas una mínima caída -no parece haberle afectado-, cuando la mala fortuna ha aparecido en desgracia de Yates, López o su propio compañero Bilbao. Fuerza hay y su estado de forma indica que puede conservarla o hasta mejorarla algo más. Mientras todo siga así, ¿por qué no soñar?

Alejandro Matiz

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