Opinión: Van der Poel y Van Aert, un desbalance entre estilo y resultados
Por @amatiz12
Mathieu van der Poel y Wout van Aert son de lo mejor que le ha pasado al ciclismo. El espectáculo que proporcionan cada vez que se ponen un dorsal y en especial, su competitividad en todas las carreras a las que asisten, le han devuelto la esencia a este deporte. No obstante, esa combatividad que imponen no ha sido del todo proporcional a sus resultados de esta temporada. Y no me malentiendan, con esto no quiero decir que su campaña sea mala, imposible afirmarlo. Pero a lo mejor esto, podría llevar a una reflexión sobre cosas que deberían ajustar en su forma de correr, porque la realidad es que en sus grandes objetivos, no obtuvieron el resultado que ellos deseaban.
Se pueden definir 5 grandes objetivos para ellos en 2021: Tour de Flandes, Tour de Francia, Juegos Olímpicos (ruta para WVA, MTB para MVDP), Mundial de Flandes y París-Roubaix. En cuanto a triunfos concierne, se cumplió la meta en la ronda francesa. En el resto, no. Vuelvo y repito, no hace decepcionante su curso, pero hasta a ellos mismos les deja un sinsabor comprensible porque esos no dejaban de ser los certámenes claves del año. Entonces, eso conlleva a determinar los factores que privaron a estas estrellas de festejar en dichas citas, los cuales a concepto personal son: situación estratégica, forma de correr y condición (más para el oriundo de Herentals).
Primeramente hay que tener algo claro, y es que es totalmente jodido estar en los zapatos de ellos. Porque una cosa muy distinta es lidiar con una carrera cuando es un aspirante más, a cuando es el máximo favorito. Y eso deriva en dificultades extra porque la responsabilidad es mayor. Si se va algún ciclista o grupo, ellos tienen que cerrar los huecos. Si ataca ‘x’ corredor ellos tienen que responder. Si forman un corte ellos tienen que tirar. Les toca solucionar todo y, a la larga, máquinas no son. En determinado punto, hace que toda esa ventaja física que ostentan de salida sobre sus adversarios, se pierda. Porque mientras los outsiders generan un gasto menor rodando a rueda, neerlandés y belga se ven obligados a emplear esa energía de más en esas labores que se les atribuyen por su propio favoritismo, quedando en varias oportunidades sin esa reserva en el tanque que sí tiene el resto.
Ejemplos sobre ese asunto de lado a lado. Van der Poel en Roubaix, donde tuvo que liderar la persecución a Gianni Moscon y, una vez cazado el italiano, corrió con la carga de seguir jalando del trío con Colbrelli y Veermersch para, a la postre, ser derrotado por ambos en el embalaje del velódromo, en una resolución donde perfectamente se denotó quién gastó más y quién menos. O Van Aert en los Juegos Olímpicos, en un diseño táctico enfocado en sacarlo del juego a como diera lugar, teniendo que sufrir en Mikuni y luego, en un selecto grupo, respondiendo a cada ofensiva de sus opositores y persiguiendo a las que no contestara en primera instancia (Carapaz y McNulty), sin prácticamente colaboración de los demás perseguidores -quienes se veían inferiores en un probable sprint ante WVA-.
Entonces claro, ya en sí cargar de antemano con esos compromisos y ser víctimas del estricto marcaje del resto de los competidores, fue un factor condicionante y probablemente lo siga siendo mientras muestren ese alto protagonismo. Especialmente las clásicas poseen esa dinámica que hace que no siempre gane el más fuerte, eso les juega en contra. Eso sin contar su inferioridad colectiva, que hace que casi siempre no tengan a alguien para cerrarles los huecos y que los expone frente a otras escuadras con más poder como bloque, caso Deceuninck, que con su multiplicidad en bazas, cimenta un camino muy efectivo para hacerles daño.
Ahora bien, si competir bajo ese esquema es ya de por sí engorroso, aún más dificultoso es obtener los resultados con su forma de correr. Puede sonar hipócrita que alguien se ‘queje’ del estilo ofensivo de los pedalistas cuando todo el tiempo se les exige espectáculo, pero en este caso no es inconformidad con eso. Por mí -y por todos los aficionados al ciclismo- que los dos nunca cambien sus formas, que sigan dándose palos desde lejos de meta y que sigan competiendo a la misma intensidad en cada carrera. Al fin y al cabo, como seguidores no somos más que consumidores de un producto que nos encanta por lo épico que es y en nuestro pensamiento egoísta queremos que los ciclistas sacrifiquen sus resultados en pro de entretenernos. No obstante, ese es el punto, ¿sus métodos proporcionan los resultados que ellos desean?
Ellos corren así porque es la manera en que conciben el ciclismo. Así como unos interpretan que es mejor ir a la defensiva y aguantar, otros como estos eximios representantes del CX comprenden que el camino es ir con ataques sin temor alguno y máxima competitividad. En su mente está la convicción de que por ser tan buenos, la forma válida de ganar es a lo heroico, yendo a tope con una cita ya seleccionada y siendo los principales protagonistas, siempre dando la cara al viento y mostrando a sus rivales como víctimas de su agresividad y superioridad. Pero olvidan entonces que también son humanos y que, quiéranlo o no, tienen límites.
Mientras Van der Poel pretende romper las cosas cuando aún restan horas de actividad, Van Aert busca la victoria compitiendo en todo, sea llano, crono, montaña o adoquín. Si en sus metas principales el rutero del Alpecin-Fenix administrara sus balas de otra forma, con más inteligencia, en el puestómetro alcanzaría de sobra esa primera plaza. Puede proponer más cerca de meta, buscar situaciones donde la colaboración de sus oponentes sea mayor o en sí, rodar con más cabeza fría y no guiado por las emociones. Si el pupilo del Jumbo-Visma optara por restar días de competición, para así obtener un pico de forma en los grandes objetivos, no se vería tan rezagado como sucedió en Flandes o Roubaix. De nada sirve acumular un gran desgaste que pese luego en esas metas, haciendo que la condición no sea la óptima para asaltar el triunfo allí.
Lo de Van Aert amerita más detalle, un tipo que en los 49 días competidos en ruta, ha disputado el triunfo en casi todos ellos. Valiente y admirable por demás -sin contar que llevaba desde diciembre a full gas con el CX-, con la contra de que meterse en tanto combate lo sacó de punto para los certámenes ya mencionados. Dio pelea por la general de Tirreno-Adriático, y por el desgaste que ello conllevó, con la añadidura de la dureza por el clima (frío y lluvia), quedó mermado para las clásicas de primavera. O luego cuando se exprimió a tope en el Tour y Olímpicos -claro, porque lo necesitaba y eran objetivos- y Gran Bretaña -derroche energético innecesario, pero sustentado en ese menester de ganarlo todo-, para llegar pasado de forma al Mundial y Roubaix, donde no sobresalió.
Es salvaje lo que realiza Wout y atrae tanta afición al lograr lo que nadie puede en esta época, ser tan polifacético. Sin embargo, si al final quiere pasar a la historia dorada del deporte, requiere de las victorias, que no van a llegar compitiendo tanto. Necesario reconsiderar el plan y ajustarlo de forma más detallada, donde en determinadas carreras pueda tomar ritmo y que con calma llegue al pico para los monumentos y no antes, para luego reventar en ellos.
Ambos son adulados por el público y la gratitud de cada fan de ciclismo hacía ellos es indescriptible, por cómo han venido modificando el libreto y haciendo más agradable el estar horas al frente de una pantalla viendo ciclismo. Si siguen de esa forma por nosotros estará bien. Pero a ellos -más aún con el talento que poseen- les llegará el momento de examinar su sistema y tácticas para cimentar un camino destinado al triunfo, donde seguramente eso implique sacrificar el espectáculo.
Alejandro Matiz ¿Te gusta lo que hacemos? Seguínos en Instagram y TwitterSúmate en Facebook: Ciclismo Internacional
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Excelente nota, yo siempre he pensando que Wout y Van der Poel, siempre dan el 100% en todas las carreras y se quedan sin cartuchos en las citas claves. Incluso maduraron porque en 2020 en dos carreras por ese marcaje mutuo, no disputaron la victoria.
Buena nota, pero como toda en la vida hay que darle un contexto histórico… Se trata de 2 belgas que vienen siendo rivales ciclísticamente desde junior y eso trae una serie de egos que los seres humanos y más el género masculino llevamos al extremo…
No se trata entonces de 2 ciclistas que se cruzan y luchan por la misma meta… se trata de 2 valientes que siempre quieren ganarle el uno al otro… y eso implica que en el fondo, muy adentro y oscuro de sus corazones, tal vez les duela menos perder con otro que con su eterno rival…
Si tienen que gastar más y por eso, cada equipo se refuerza más, aunque no lo suficiente, para tratar de llevarle niñera el mayor tiempo posible….
Ahora en 2022 seguirá así? si y no, porque irrumpen con fuerza otros ciclistas que no quieren ser solo espectadores, sino parte del show…
No son dos Belgas, un Belga y un neerlandés o de países bajos.
Es belga, nació en bégica. Así como Froome es keniata.
Yo agregaría al artículo, que me gustó, que les ha tocado el lastre de unos equipos que no son potentes. Y aclaro, en el caso de van Aert, sus grandes “fracasos” este año, si así se le pudiera llamar fue con la selección belga, equipo que no corrió inteligentemente o al menos no aprovechó todo el potencial que tiene este pais. Peeo también con el Visma, es claro que el bloque nas fuerte se ha enfocado a otras metas, a otros ciclistas. Así que van Aert da algo de ventaja. De igual modo, van der Poel, no es que tenga el superequipo, así este año haya mostrado un gran rendimiento y muchas victorias, pero casí todas (sacando lo de van der Poel) al embalaje. Yo no le veo un gran tren para las clásicas. Asi que también van der Poel tiene que rebuscarse a su modo las carreras.
Sí, es otro punto flaco que tienen ambos. Aparte de que se vio como expertos en el trabajo colectivo como DQT pudieron batirlos a punta de estrategia y superioridad numérica.
Nacer por casualidad, trabajo de los padres o lo que sea en un sitio, no te hace ser de ese país, hay infinidad de casos, famosos que nacieron en otro sitio pero realmente son de otro país, o acaso Freddy mercury tiene que ser de zanzibar por nacer allí, o la actriz Audrey Hepburn belga por nacer en amberes?
Nació y se crió en Bélgica, tanto personal como deportivamente. Decidió competir por Nederland por su padre, pero tiene tanto de holandés como de francés, la ascendencia.
Estos tipos son espectaculares, dan todo en cada carrera, será complicado ver a Van Aert dando el todo por el todo en el Tour ya que tiene que trabajar para Roglic, eso siempre será una ventaja para Van der Poel que siempre tendrá luz verde para brillar e intentar ganar sus etapas, queda verlos en las clásicas que es donde pueden luchar en igualdad de condiciones, sin duda son 2 extraordinarios corredores
Gracias por el Artículo!
A Peter Sagan en sus mejores tiempos le pasó lo mismo, le tocaba coger toda la responsabilidad por ser superior al resto de clasicómanos
Lo hermoso de este deporte, Alejandro, es precisamente, que para el que sabe un poco sabe que esto es estrategia pura. Y lo lindo es que Colbrelli le “Robe la cartera a MVDP” en la PR, y ver la emoción de infante del italiano y el llanto desconsolado del otro. Esto es ciclismo, esto es ajedrez! Un abrazo!