Por @amatiz12
Thomas Pidcock va ganando galones con más fuerza en plena incertidumbre de la jerarquía del INEOS Grenadiers. Desde la interna, algunos como Geraint Thomas, ya consideran que es la ficha principal del equipo y aunque él siente que todavía no es hora, cree que su potencial puede alcanzar el máximo techo posible en el ciclismo: ganar el Tour de France.
Su espectacular victoria en Strade Bianche, fue un paso adelante al ser la primera ocasión en que ganó en un escenario importante -refiriéndonos a clásicas- y por la forma en que lo logró, con un ataque de 50 km y exhibición técnica y estrategia de primer nivel.
A su vez, certifica que va por el camino correcto en su objetivo de mejorar en esa especialidad, donde el 2022 “no pudo ser peor” en términos de clásicas. “Este año quiero darme justicia”, anticipó a Telegraph quien no defendió el arcoíris de ciclocross para maximizar su rendimiento en la primavera.
Sin embargo, no quiere encerrarse como clasicómano, pues ya ha dado chispazos de vueltómano como en el último Tour donde conquistó el parcial de Alpe d’Huez. “Mi rendimiento ese día no fue tan malo, pero no el mejor”, analizó el joven prodigio, pues allí ganó desde la fuga y no batiendo a los mejores de la general mano a mano.
Y por eso no se colocará la presión de inmediato de hacer la general en una cita del género. “Por ahora sólo quiero ganar etapas, aunque por lo del año pasado estaré más vigilado”, mencionó, enfatizando asimismo en que embolsarse parciales con más constancia es el siguiente paso “lógico” en su progresión.
Fuera de eso, con todo y que aún tiene margen de mejora, Geraint Thomas carga sobre él una enorme responsabilidad. “Obviamente Tom es ahora el hombre principal del equipo”, opinó ‘G’ seguramente basándose en el crecimiento de su compañero y la falta de garantía de los demás jefes de filas.
Pidcock de su parte -pese a que no le agrade esa idea- tiene claro lo que quiere lograr en el mediano-largo plazo. “En el futuro puedo ganar el Tour, ¿por qué no?”, apostilló el rutero de 23 años. “Me conozco bien. Sé cuáles son mis límites, ya sea en MTB, los Olímpicos, el ciclocross o las clásicas… Creo que cuando siento que es realista ganar algo, no he estado tan equivocado”, agregó.
Cierto es que para un hombre como él, hay un largo trecho para cumplir con esa aspiración y se dificulta más viendo cómo andan los especialistas hoy día. Pero, a nadie le quitan el derecho a soñar y si él siente que es posible lograrlo -tiene hasta ahora el potencial- no está de más intentarlo y más aún para una estructura tan poderosa que hace rato dejó pasar el tren en la carrera más importante del mundo.
Alejandro Matiz
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