Pinot recibe con alivio el aplazamiento del Tour mientras sus padres se recuperan del Covid-19

Por Oscar Trujillo Marín

Thibaut Pinot es hijo del alcalde de su pequeño pueblo, Mélisey en Haute-Saôney, en el departamento de alto Saona. Su madre es enfermera en el centro de salud.

Pueden estar seguros que no hay familia más reconocida en la Aldea que los Pinot, tanto por ser la más longeva enfermera de las pocas que hay en el pueblo la una, la primera autoridad el otro, y el hijo, el personaje más famoso con diferencia. De hecho, han sido más noticia este último mes por que tanto el alcalde Monsieur Pinot como su esposa han sido contagiados por el coronavirus. Del cual, por suerte se empiezan a recuperar, (aunque no del todo) 20 días después. Incluso el señor Regis Pinot se iba complicando y estuvo hospitalizado casi una semana.

Este estrés añadido a la incertidumbre por el obligado parón del mundo en general -y del ciclismo en particular- hizo que una vez se conocieron las nuevas tentativas fechas para correr el Tour de Francia, Thibaut respirara tranquilo. Ahora tendría más tiempo para preparar la carrera, tras un mes más bien malo por la angustia que supuso amanecer cada día con el temor de recibir noticias malas de sus padres, y porque en el pueblo la cuarta parte de los 2000 habitantes han resultado contagiados también por el coronavirus, cosa que convertía cada salida suya a comprar en una lotería.

El ganador del giro de Lombardía 2018, vive a pocas cuadras de sus padres. Ante este infortunio ha pasado todos los días a llevarles el pan y el periódico que les deja en la puerta. Solo se han visto y saludado de lejos, a través de la ventana. A la espera de que sean dados oficialmente de alta. Así lo ha contado en una larga entrevista dada a L’Equipe donde también habla de otros asuntos de actualidad.

“Es un alivio tener al menos una fecha dado el bloqueo. Cuanto más lejos esté el Tour, mejor será para nosotros. Alivia una cierta presión”, dijo Pinot, quien tiene pensado permanecer en Francia por que ve poco probable que se puedan hacer campamentos de altura este año.

Tampoco está seguro que a él la altitud previa le resulte tan beneficiosa como a otros “La altitud aún no me ha convencido. Creo que voy a seguir una acumulación similar a la Vuelta 2018. Voy a partir en base a ese modelo. Ese año después del Giro, donde terminé en el hospital, pasé más de tres semanas fuera de la bicicleta. Comencé de nuevo y monté en el Tour de Polonia a fines de julio, donde terminé tercero y solo había entrenado en los Vosgos. Luego vino la Vuelta, donde gané dos etapas, así que es un plan que funcionó bastante bien para mí y puede volver a hacerlo”.

Con respecto a las precauciones que habría que tomar el corredor de Groupama-FDJ opinó: “Ciertamente habrá máscaras para todos, aparte de nosotros en la bicicleta, pero para todo el personal y seguidores en el Tour. Quizás todos seremos probados antes de la carrera para saber si tenemos el virus. Habrá reglas establecidas, y eso es normal. Pero garantizar inmunidad al 100 por ciento es complicado. Mire el portaaviones Charles-de-Gaulle, con 1,000 casos positivos de 2,000 tripulantes” dijo Pinot.

“Si un corredor está enfermo, habrá muchos más, porque en un pelotón, respiras fuertemente, terminas con mucha flema en la cara, muchos jinetes están tosiendo… así que, si uno se ve afectado, la propagación de El virus será muy rápido. Eso podría ser preocupante, aunque en el Tour de los EAU, salieron bastante bien y finalmente no resultaron demasiadas personas enfermas”

Por último, el gran escalador francés abanderado del ciclismo limpio mostró su preocupación por que los controles antidopaje se han detenido en seco desde hace un tiempo ya, y peor aún durante la pandemia que han sido nulos, declarando que al él mismo no le han hecho un solo control fuera de competencia desde octubre.

“Eso fue hace mucho tiempo y espero que vuelva a comenzar porque no es una buena noticia para los corredores que intentamos hacer las cosas bien. Espero que pronto haya controles de nuevo para que podamos iniciar con las máximas garantías de juego limpio”. Concluyó Pinot.

En ciclismo Internacional sabemos que hay entusiastas profetas del apocalipsis que casi desearían que no se celebrara ninguna carrera este año, para que eso no arruine sus sombríos vacticinios más fatalistas; somos conscientes que el riesgo de una temporada en blanco existe. Pero mientras que haya esperanza, vamos a seguir pensando que el ciclismo, aunque sea sin público o con restricciones, se podrá reanudar en algún momento del año.

Porque si eso no sucede, no será el ciclismo el que haya perdido, significará que las cosas estarán entonces infinitamente peor que ahora con un virus sin control, una economía general en la ruina y la humanidad sumida en la peor crisis que se recuerde en los tiempos modernos. Si por lo menos en septiembre se pueden hacer carreras… es porque ya hay una pequeña luz para muchas otras actividades, eso puede marcar el camino de la recuperación. Si no es así, apaga y vámonos.

Oscar Trujillo Marín¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional

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