Pogacar abandona furioso una gran fondo. Fue en Gran Canaria, más precisamente en el evento Pico de las Nieves y allí el campeón mundial tuvo su único “abandono” del año, porque la realidad es que completó los 58 días de competición del curso, y ganó 20 de ellos. Aunque en este caso la alusión es irónica, Tadej se marchó furioso según los testigos, pero decidió hacerlo para evitar caídas ante los riesgos que tomaban otros ciclistas para sacarse selfies con él.
Pogacar abandona furioso una gran fondo
La razón oficial de su abandono fue seguridad, según explicó el medio Malpensa24. Luego de unos pocos kilómetros recorridos, Pogacar dio la vuelta, enojado, y cambió de ruta, enojado por el constante pedido de autógrafos y fotos, pero sobre todo por las selfies que se tomaban ciclistas -algunos que aparentemente ni siquiera estaban participando del evento- y las peligrosas maniobras de los que querían estar cerca suyo.
La situación generó polémica y críticas. Por un lado, hacia la organización, que falló en proveer seguridad a la máxima estrella del ciclismo, y a los políticos locales que se congratularon de tenerlo presente. Por otro, a la agencia de representación del corredor, que por unos euros lo lanzó hacia una horda de fanáticos enceguecidos, ávidos de su parte del botín: tocarlo, una foto, un autógrafo o un souvenir. Es como si Messi hubiera sido llevado a jugar un partido de fútbol a una cancha de un club barrial.
Para cerrar la cuestión, el medio que denunció el hecho habló del desastroso estado de las vías en Gran Canaria, con sectores que parecen -en sus palabras- verdaderas favelas. Con rutas cerradas, otras en mal estado y con motocicletas por todos lados para evadir el caos de tránsito. Y allí querían recibir a la Vuelta a España…
Volviendo a Pogacar, el siempre sonriente pedalista cada vez muestra su descontento más a menudo con las situaciones derivadas de su fama y popularidad. Por caso, tras el Tour de France –donde estaba apático-, se mostró públicamente con una remera en la que invitaba a quien se le acercara a no pedirle selfies. Está a la vista su hartazgo creciente, aunque no es una crítica porque siempre que puede se presta a fotos y firmas.
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