Por @amatiz12
Primoz Roglic (Jumbo-Visma) se impuso en la decisiva cronoescalada de 18.6 kilómetros hacia Monte Lussari y se consagró campeón del Giro d’Italia 2023. El esloveno se jactó una espectacular contrarreloj marcada por la agonía, pues una avería en pleno ascenso estuvo a punto de costarle el título que le arrebató a Geraint Thomas.
Los primeros dos tercios del día no contaron con mayor emoción. Corredores relajados, sin exprimirse a fondo pese a la brutalidad de ascenso que les esperaba… todo esto porque la organización decidió aumentar el límite de llegada a 50% en lugar del 30% que indica el reglamento.
Así que las imágenes eran de ciclistas celebrando con la afición, sonriendo y gozándose este final, lejos de la muestra de competitividad, esa que tanto se echó en falta a lo largo de la carrera.
Quien marcó el tiempo de referencia fue Matthew Riccitello (IPT), quien fue el primer en rozar un margen menor al hacer 46’19”, algo significativo para los recurrentes guarismos superiores a 48′.
Sería en la última tanda donde empezarían a salir las chispas ante la presencia de corredores de más talante. Los UAE -como en el primer día- impusieron hegemonía con dos de los suyos. Primero, Jay Vine, quien superó por sólo 3″ al joven estadounidense y luego Brandon McNulty, recuperando el honor de su patria con un mejor registro que llegó a los 45’30”.
No obstante, un brillante Sepp Kuss (TJV) tomaría la antorcha tras ser 2″ más rápido y así comandar a la espera de los gallos que se jugarían el rosa.
El primer momento llamativo ocurrió con Thomas, que en el cambio de bicicleta no se afanó y se tomó su tiempo hasta para colocarse un nuevo casco. Con todo y eso, sólo cedió 2″ a Roglic en el primer intermedio, señal de que iba relativamente mejor que su oponente. Almeida, 4″ por detrás, parecía estar más fuera de contienda aunque con el podio asegurado.
A medida que avanzaba el ascenso, la tabla electrónica indicaba que el de Jumbo rondaba sobre una decena de segundos de ventaja sobre el de INEOS, lo cual indicaba que cuesta arriba Primoz estaba un poco más fino y que de a poco se metía más en la pelea.
Entre tanto, un nuevo corredor se apoderaba del ‘hot seat’ y ese era Thibaut Pinot (GFC), que con 45’22” inesperadamente entraba en la puja por hacerse con la victoria de etapa que tanto había soñado. Pero ese anhelo se esfumaría rápidamente con un Caruso que sería 4″ más veloz.
Fue ahí cuando llegó el momento clave. Roglic, que venía haciéndose una crono fantástica, con los mejores tiempos, se le saltó la cadena inexplicablemente y perdió valiosos segundos que había recuperado sobre ‘G’. La suerte, que lo había acompañado durante toda la carrera, lo abandonó en el peor de los momentos.
Tuvo que afrontar una gestión mental impresionante para no perder la cordura y por lo menos, eso se reflejó en su tiempo en meta. Un fantástico registro de 44’23” que al menos le valía para ganar la etapa, ¿la general?
Resultó ser que Thomas se estancó en el tramo final de la ascensión y pese al infortunio de Roglic, no logró defender el margen de 26″ que tenía, perdiendo en meta 40″ que entregaron el título al ex esquiador. Apasionante remate y qué bien por Primoz, que se resarció tras el trauma de la última cronoescalada que vivió.
Mañana, el paseo a Roma que de paso será el último sprint de la ronda italiana. Pronto podrás acceder a más detalles y predicciones en la SECCIÓN PREVIAS.
Clasificaciones:
Alejandro Matiz
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