Por Oscar Trujillo Marín
Terminada la segunda semana con la esperada etapa de alta montaña para los escaladores que aspiran a desbancar a Primoz Roglic (Team Jumbo-Visma) del liderato del Tour de France 2020, el balance no ha sido el mejor para sus rivales.
Una vez más, -salvo su paisano Pogacar que luce como la más peligrosa amenaza-, lo único que ha ocurrido es que el esloveno se fortalece en el terreno de sus principales adversarios y sus rivales siguen abonados a una inevitable sangría de tiempo, o como en el caso hoy de Quintana y Bernal, simplemente se han borrado de la contienda incapaces de aguantar (por diversas razones) el asfixiante ritmo de su escuadra.
El líder de Jumbo-Visma salió fortalecido primero gracias a un nivel superlativo que no muestra fisuras hasta ahora y al impecable trabajo y poderío de su equipo que controló toda la carrera e hizo de nuevo lo que ya es una constante en definiciones de alta montaña: que solo 6 o 7 sufridos valientes llegaran junto a ellos para pelearse el sprint con su intratable líder.
En linea de meta, el exultante Primoz se afianza en el primer lugar y declaró para la TV oficial del Tour: “Sí, quería ganar hoy, es evidente. Pero ha sido un buen día para nosotros”. Por supuesto, bonificar y quitarse de encima a dos peligrosos escaladores como el campeón vigente Bernal y Quintana da más tranquilidad.
“El equipo hizo un trabajo increíble. El ciclismo no es un deporte individual. Hubiera sido mejor ganar y no ceder esos cuatro segundos con Tadej, pero él está muy rápido en el remate. Estoy contento conmigo mismo”, dijo el hombre fuerte de la formación neerlandesa y no es para menos. Su primer Tour se vislumbra como una posibilidad que crece cada día.
“No creo que la lucha por la general haya terminado todavía, ¡ojalá! Estamos en muy buena situación para ganar, pero aún queda mucho”, completó ‘Rogla’, quien lidera con 40″ de ventaja sobre Pogacar y 1’34” sobre Rigoberto Urán (EF1).
El par de eslovenos confirman en la montaña larga, corta con más o menos inclinación, con encadenados previos y sin ellos, que ahora mismo son los más fuertes en la escalada, no tienen rival, salvo ellos mismos. Muchas cosas tendrían que pasar para imaginar que algunos de los demás aspirantes con opciones les puedan bajar del podio. El lugar en que los dos más fuertes de la carrera queden al final por ahora es incierto, pero parece una fiesta privada eslovena que se llevará el que no falle.
Oscar Trujillo Marín
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