Por Oscar Trujillo Marín
El ciclismo moderno está en tela de juicio en cuanto a espectáculo, al menos para los vueltómanos, y más aún en la máxima carrera del calendario mundial, el Tour de Francia.
La ronda gala -especialmente los últimos años- ha sido tildada de tediosa, predecible y aburrida, precisamente por la falta de espectáculo en forma de ataques entre sus máximos protagonistas. Las esperadas fracciones de montaña, salvo pocas excepciones, se suelen desarrollar como una foto fija, como un decepcionante y obstinado deja vu. Con el equipo del líder (generalmente un Sky-INEOS que mantiene un ritmo machacón, con muchos efectivos gregarios de lujo; y la “agresividad” se reserva casi para los últimos 5km o la zona de vallas, (con honrosas excepciones lejenas de Froome y Bernal) en persona de los mismos líderes de ese equipo, que suelen ganar desde hace 8 años, casi siempre. Aún así, algunos valientes suelen romper la resignada monotonía y de ellos nos vamos a ocupar.
La llegada de los potenciómetros, la dictadura de un equipo (SKY- INEOS) mucho más fuerte que todos, con diferencia, hombre por hombre, gregarios y líderes incluidos, ha reducido a la mínima expresión las antiguas batallas campales que se daban en montaña hasta hace solo unos años. Algunos dirán que la barra libre de dopaje ayudaba un poco, pero sería subestimar el avance de la tecnología y el cambio de paradigmas. En los ochentas, noventas y la primera década de este siglo, para no remontarnos a la prehistoria del ciclismo, cada etapa de montaña era una escabechina donde los 10 favoritos se daban leña sin tregua desde lejos y las diferencias en linea de meta podían llegar fácilmente al par de minutos (o mucho más). Los capos llegaban desperdigados, a veces con márgenes a favor de unos y al otro día, de los otros. Ciclismo ofensivo en estado puro en Vuelta, Giro, e incluso el codiciado Tour.
Propondremos los nombres de los -a nuestro juicio- vueltómanos más agresivos, inquietos, ofensivos a la menor oportunidad, que estando en forma (o al menos medio bien) van siempre al ataque. Esos que no les importa intentarlo y correr el riesgo de desfondarse, que aunque no ganen dan espectáculo. Que gracias a ese carácter inconformista y ofensivo han logrado al menos lograr bonitos parciales o han obtenido logros importantes -contra todo pronóstico- ante rivales con equipos mucho más fuertes.
Pueden ustedes votar por su favorito. Ojo, no estamos buscando el más laureado, ni el más simpático, ni destacar a nuestro paisano si no lo merece; solo reconocer la actitud agresiva de esos corredores en activo que casi nunca se conforman con ir a rueda, que lo intentan siempre con fuerzas y hasta sin ellas.
En cuanto al orden, sólo tenemos claros los dos primeros, a los que consideramos los más ofensivos del pelotón. El resto, pueden listarlos a su gusto en la sección de comentarios.
1- Simon Yates: Junto al colombiano Miguel Ángel López son quizás los corredores que, a poco que estén bien, más intentos de romper la carrera suelen mostrar en grandes vueltas una vez la carretera se empina. El británico es un incordio para la armonía de un grupo. Lo deja todo, da espectáculo aunque corra el riesgo de quedarse sin nada. No cesa con sus múltiples ataques, que le han valido para lograr un envidiable palmarés de etapas importantes y su Vuelta a España 2018, muy merecida que la ganó a punta de atacar todos los días de montaña. Cuando no está muy fino al menos se mete en cuanta fuga puede y se lleva parciales de mucho prestigio. Incluso ese carácter ofensivo le hizo perder el Giro de Italia 2018, donde en las primeras dos semanas largas arrasó y se exhibió de tal manera que se quedó sin gas al final. Un error para muchos, pero la realidad es que aún hoy se lo recuerda y elogia por su ciclismo.
2- Miguel Ángel López: El colombiano no sabe lo que es especular cuando se encuentra en su terreno. Podrán tener más o menos frutos sus incansables ataques, podrá criticársele si los hace a tiempo o no, si mide las distancias bien o se precipita, pero lo que nadie le puede reprochar es que suele ser siempre el primero que rompe la carrera. Que da siempre espectáculo, aunque gente más calculadora sea la que se suele beneficiar de su valentía. Corriendo así, dejándolo todo, siempre ha conseguido una buena cantidad de fracciones de prestigio y sus máximos logros en vueltas de una semana, además ha logrado posicionarse a los 26 años como un vueltómano contrastado, ofensivo con gran futuro, capaz de ganar una gran vuelta montañosa si la suerte lo acompaña un poco más. Solo quien ataca sin cesar encuentra algún día la oportunidad precisa para colarse en la gloria. Miguel es uno de esos corredores con mucha osadía y mucha sangre caliente en las venas de los que no abundan hoy en día. De los que van a todo o nada.
*Chris froome: No se gana 7 grandes vueltas yendo a rueda. Cierto es que siempre ha estado en el equipo más poderoso, y lo suelen dejar en inmejorables condiciones tras desgastar rivales para que remate con su gran clase y fiabilidad. Pero se le recuerdan al menos 10 ataques de super clase en el Tour que le han dado los réditos suficientes para cimentar su fantástico palmarés. En subida, bajada o llano se ha mostrado ofensivo. Incluso estando débil y casi descartado, como en el Giro 2018, fue capaz de intentar una audacia épica que finalmente le dio el título. En las pocas veces que ha perdido mano a mano, igual lo intenta, como en Vuelta a España 2016, cuando no se cansó de atacar a Quintana en la montaña, pero en esa ocasión el colombiano sí tuvo piernas para controlarlo e incluso superarlo. Chris ha sido un líder agresivo, de nada hubiera servido tener el mejor equipo si a la hora de la verdad él no hubiera tenido con qué abrir hueco y marcar diferencia.
*Thibaut Pinot: Pocos corredores tan alegres e inquietos para empezar hostilidades, reintentarlo una dos y hasta tres veces. Aunque no lo consiga, aunque no sea su día. Teniendo algo de piernas el francés es incapaz de quedarse resignado en un grupo. Su estilo es de derroche y entrega. Puede que incluso lo pierda esa temeridad y a veces gasta más de lo necesario para dejarse algo para la tercera semana. Como sea, puede gustar más o menos, pero nadie le podrá reclamar que no lo intente jamás.
*Nairo Quintana: Si fuera por su actitud en la mayoría de carreras que corrió entre 2013 y 2016 sería quizás de los más ofensivos. Su bajón de rendimiento entre el Tour de 2017 y el año pasado que le sacó de su lugar acostumbrado en la baraja de favoritos, lo penaliza. Sería injusto como pretenden sus odiadores profesionales decir que es un ruedero compulsivo y contumaz agitador del codo. Puede que estando mal de nivel lo haya sido algunas veces, como otros en esas mismas circunstancias. Pero nadie gana tantas carreras de una semana sin atacar, y siempre de la misma manera: estocada seca en el grupo de favoritos en la etapa reina y llegada en solitario. Y habría que ser necio y malintencionado para no aceptar que en sus dos grandes vueltas ganadas fue el más fuerte en la montaña y atacó siempre. Dicho esto, no quita que en sus dos temporadas y media muy debajo de su forma acostumbrada, perdió esa capacidad ofensiva y su enorme calidad de base le alcanzó apenas para lograr algunas bonitas etapas, pero ya no siendo un peligro para la general. Quizás este año haya vuelto a mostrar esa versión agresiva superior que lo ha hecho grande, de continuar así en las carreras más importantes, volverá a estar entre los más agresivos sin discusión.
*Richard Carapaz: Las pocas veces que le han dejado correr con libertad, ha ganado etapas, carreras menores o dado espectáculo sin tregua. Y la única vez que iba con algo de responsabilidad de líder a una grande… la ganó atacando, de manera fiera y agresiva, de lejos, valiente, como en los viejos tiempos. Tiene las condiciones, clase y audacia necesaria para estar entre esta categoría de corredores ofensivos ¡y lo que le falta todavía!. Este año como líder único y rodeado de jóvenes escaladores en su nuevo equipo INEOS, tiene la oportunidad de defender su corona en el Giro, y seguro mientras tenga salud y algo de piernas intentará marcar distancias en la montaña con sus rivales. Este es otro que no sabe ni le gusta especular.
*Primoz Roglic: Que el esloveno sea agresivo en montaña (que lo es como el que más) tiene mucho mérito por que no es un escalador puro, natural, su nivel lo ha alcanzado en los últimos años a punta de arduo entrenamiento y tecnología aplicada al deporte en forma de medición exhaustiva y administración de esfuerzos. Pocas dudas hay que su gran palmarés en vueltas de una semana lo ha ganado a punta de ir siempre a la ofensiva en la etapas claves de montaña y no conformarse o fiarse solo de su excelente rendimiento en la cabra. En la pasada vuelta a España -junto con su joven compatriota Pogacar- fueron los más agresivos. Y salvo que no tenga piernas como en el pasado Giro, (al que llegó pasado por tanta exhibición previa desde febrero) el esloveno lo intenta, no es ni mucho menos un corredor reservón y resignado.
*Vincenzo Nibali: El italiano es el auténtico especialista en audacias; en resucitar cuando ha sido dado por descartado. El rey de las emboscadas en el lugar menos esperado y en cualquier terreno. Ha sacado petróleo de esos ataques suicidas y le debe a esa osadía y agresividad buena parte de su glorioso palmarés. Aunque ya en su natural ocaso por edad, todavía lo intenta aunque ya no con la misma contundencia que antes. Pero como alguien se duerma y le deje una rendija… le puede arrebatar una carrera casi ganada a cualquiera. El siciliano es espectáculo puro, despliegue y derroche desde sus primeras temporadas y no ha perdido su espíritu rebelde en el pelotón, combativo y siempre al ataque.
*Romain Bardet: El voluntarioso francés puede tener una situación parecida a la de Quintana, si es por sus dos últimas temporadas donde dejó de parecerse a ese poderoso corredor que su nivel que no lo sacaba del top tres del Tour, no estaría aquí. Pero sería injusto, a poco que tenga piernas siempre ataca, va a la ofensiva de lejos, bajando, o en cuesta aunque no siempre le alcancen las fuerzas. Él se sabe un corredor muy limitado en la cabra ante los monstruos completos y junto a su guerrillera escuadra intenta dinamitar la carrera, no se conforma. Puede que le haya faltado un puntito en la escalada en sus mejores temporadas y algo de suerte, pero su carácter beligerante y ofensivo, en procura de buscar la épica, está fuera de dudas.
*Egan Bernal: Poco que decir que no haya sido demasiado elocuente en su precoz, corta, pero brillante carrera hasta ahora, con tan sólo 23 años. El Tour de L’Avenir que ganó lo hizo arrasando y siempre a la ofensiva. Las carreras de una semana que ha ganado, lo ha hecho con ataque fulminante marca de la casa: llegando en solitario y con sus perseguidores muy lejos. Y en el Tour de Francia -junto a Pinot- fueron los dos corredores que dinamitaron la carrera, el francés en los Pirineos y el colombiano en los Alpes. No sólo el día de Iserán, sino el anterior, que ya mostró valentía y superioridad atacando de lejos y dejando los favoritos a medio minuto. Fue ahí donde empezó su asalto al Tour. Para resaltar que, el de Iserán, ha sido de los pocos ataques en los últimos años donde un corredor favorito le saca a los cinco elegidos de la carrera mano a mano un minuto en menos de 4 kilómetros. Para eso hay que tener primero que todo mucha condiciones y calidad, pero también audacia, valentía y ser muy agresivo, conformándose a rueda no lo hubiera logrado jamás. Eso sí, la altura jugó a su favor.
*Tadej Pogacar: El esloveno trae una trayectoria de superioridad desde bebé muy parecida a la de Bernal. Arrasó atacando en su Tour de L’Avenir ganado en 2018, las carreras de una semana que ya atesora las ha definido con ataques lejanos, secos en montaña, y cuando no le alcanza para la general, al menos da espectáculo, llega con los mejores y se lleva etapas. Su deslumbrante performance de debut en la Vuelta a España pasada está al alcance de pocos. Se llevó con intentos desde de lejos las tres etapas de montaña más duras y esa osadía le valió para hacer podio. A los 21 años no está nada mal. Si hay algo que corre por las venas de este joven ciclista es coraje, ambición y mucha agresiva audacia.
*Fabio Aru: El italiano, al igual que lo sucedido con Quintana y Bardet en los últimos dos años, salió de la élite de favoritos abonados siempre a los lugares destacados en grandes vueltas. Por múltiples inconvenientes no ha podido volver a su mejor forma. Pero cuando la ha tenido, garantizó espectáculo y agresividad. Desde su irrupción en 2014 todo lo que ha ganado, Vuelta a España de 2015 incluida, ha sido a punta de valientes ataques lejanos en montaña. Aru tampoco sabe especular ni reservarse cuando las fuerzas lo acompañan, y su aparatoso y dramático estilo para pedalear le concede un halo de épico heroísmo de otras épocas que ayuda mucho a capturar la audiencia. Esperamos que este año regrese su mejor versión para que permanezca en esta categoría que es la que por actitud merece.
*Mikel Landa: De Landa se puede decir que es irregular, que tiene mala suerte, que no hace buenas cronos y eso lo lastra siempre. Sí, puede ser, pero nadie sensato se atrevería a decir que no va siempre al ataque, que no es muy osado y valiente. Puede ser que al partir siempre a contra corriente con tanta desventaja regalada por malas cronos e infortunios no tenga más remedio que jugarse el todo o nada, como varios de este listado. Pero sería subestimar su enorme clase para la escalada y un carácter inquieto, ofensivo y una valentía que le ha llevado a intentar infinitos ataques lejanos, ofensivas casi kamikazes pero que el vasco ha podido mantener no pocas veces con éxito. Mikel estando bien lo deja todo sobre la carretera en el esfuerzo. Quizás cuando mejores piernas ha tenido (y no se ha caído) lo han llevado de gregario. Eso le ha evitado luchar por una grande gozando de su mejor nivel sin contratiempos. Y en otras, su pobre punta de velocidad siempre que llega acompañado lo ha dejado sin fracciones importantes, carreras de una semana y quizás un palmarés más grande. Pero que siempre corre a la ofensiva no se puede dudar.
Por supuesto que hay más corredores con cierto carácter temerario y ofensivo, pero estos quizás son los más importantes en activo en el apartado de vueltómanos. Otros han ganado carreras super prestigiosas como Dumoulin o Thomas, pero sus victorias siendo maravillosas, se basan en su poderío en la crono, en subir siempre con los mejores a ritmo ambos, (salvo raras excepciones de algún ataque lejano aislado) y rematar muy cerca de la meta aprovechando su punta de velocidad en el caso de Thomas. Son otros métodos valiosos pero menos épicos y espectaculares para el espectador y los aficionados. Hagan sus análisis y voten por el que más les convenza.
[poll id=”89″]
Oscar Trujillo Marín
¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y Twitter
Sumate en facebook: Ciclismo Internacional
Copyright © 2012-2020 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved