Rein Taaramäe, un ciclista sobredimensionado
Por @pmpalermo
Rein Taaramäe ganó la Vuelta a Murcia y en buena ley, con un ataque lejano que luego sostuvo con lo justo y gracias a la enorme ayuda de su compañero Luis León Sánchez. Es cierto, el estonio llama la atención, por su espigada humanidad, agradables maneras y extraño apellido, pero la gente pareciera estar fascinada con él, fabricando historias sobre su supuesta y nunca comprobada capacidad para las grandes vueltas.
El año pasado apenas regaló algunos destellos de talento en el mediocre Tour de Turquía y por doquier se escuchaba – “está de regreso”, casi como si de una gran estrella se tratara, cuando en realidad el mayor logro del pedalista en cuestión fue acabar 12° (hoy aparece 11° por la descalificación de Contador) en un Tour de Francia o ganar una etapa de la Vuelta en la que le regalaron el final, ya que De la Fuente se dejó ir para tirar de Cobo, a la postre campeón. Su reciente diana reavivó dichas afirmaciones.
No tenemos nada contra el estonio, al contrario, su “retorno” (si finalmente es tal) es bienvenido, pero hay ciertas cuestiones que aclarar respecto a él, porque quizás nunca se fue y ya conocemos su techo.
Múltiple campeón nacional en las dos vertientes (crono y línea) de un país sin tradición, Taaramäe hizo carrera en el Cofidis, cosechando numerosos top10 en pruebas de una semana como Volta ao Algarve, Tour de Romandía, Tour de Suiza, Volta a Catalunya, París–Niza o Vuelta a Andalucía. Excelentes lauros que muchos quisieran conseguir, pero nada del otro mundo.
Sin embargo, todo cambió para él luego de su 12° plaza en la Grande Boucle de 2011. Como todo lo que sucede con la ronda gala, el puesto de nuestro protagonista lo catapultó en la consideración general, que terminó de comprar la aparición del nuevo vueltómano cuando levantó los brazos en la citada jornada de la Vuelta con arribo a Lagos de Somiedo.
Pero, ¿acaso alguno recuerda cómo se dieron dichas gestas?; repasemos.
El Tour 2011 fue el de Evans, una de las ediciones más humanas y creíbles de los últimos tiempos, y asi y todo, Taaramäe no sobresalió, cimentando su “casi top 10” y 2° Mejor Joven en la resistencia, llegando descolgado de los líderes en las montañas y sacando provecho respecto a varios de ellos sobre la cabra en la cronometrada conclusiva.
Veamos sus diferencias de tiempo con el campeón a lo largo de las tres semanas. Comenzó con la obvia entrega de 1:16 en la crono por equipos y luego perdió 25″ en el Mur de Bretagne, 14″ en Super-besse Sancy, 2:55 en Luz Ardiden, 1:35 en Plateau De Beille, 21″ en Gap, 1:07 en Galibier (el día de la exhibición de Andy Schleck), 1:09″ en Alpe d´Huez y 56″ en la crono, donde fue 9°. La pérdida final fue de 11:29.
Apenas llegó con los gallos en Saint Flour y Pinerolo (además de las jornadas llanas,claro). Pero por si a alguno no le bastaran los números hay que decir que nunca se vio al estonio descolgando rivales mano a mano en los puertos y las pocas veces que lo logró fue en fugas numerosas frente a rodadores. Es decir que poco hay de real en sus aspiraciones (o las del público) como hombre para carreras de tres semanas si no logra sacar ventaja sobre los que se baten por la gloria máxima.
Su última actuación destacable sucedió durante la subida de la Planche de Belles Filles en el Tour de 2012, cuando fue 5° tras soportar los embates de los intratables Froome y Wiggins, encaminados al título del ex pistard. Luego de eso, desapareció.
Para completar el apartado estadístico vale la pena decir que tomó la salida en siete grandes vueltas: 74° en la Vuelta 2009, abandono en el Tour 2010 y 12° en el de 2011, seguido por otro abandono en la ronda española. Las tres campañas siguientes sólo participó en el Tour y acabó 36°, 102° y 88°.
Respecto de la victoria parcial en la ronda española, hay que contar que el de Cofidis fue parte de una escapada de 17 pedalistas, llegando al puerto decisivo junto a David de la Fuente. El de GEOX debió descolgarse a 2000 metros de coronar para ayudar a Cobo, dejando servida en bandeja la fracción a su contrincante.
Evidentemente, el de Tartu no pudo soportar la presión generada en sus dos campanadas de 2011 y se fue diluyendo al punto de apenas dar la cara en 2012, 2013 y 2014, periodo en el que sumó dos títulos nacionales, el Tour du Doubs y algunos top 10 en Vuelta a Andalucía, Étoile de Bessèges, Tour du Poitou Charentes, Tour de Turquía y Tour du Limousin. Pobre para un atleta catalogado de aspirante para las grandes.
Que quede claro, es un muy buen ciclista que consiguió buenas actuaciones en citas importantes, pero de ahí a ser un vueltómano hay un gran trecho que el estonio nunca terminó de transitar y que no puede ser obviado tan sólo porque en su primera jornada vestido de Astana se haya alzado con la Vuelta a Murcia.
Con todo esto sobre la mesa, no es ilógico afirmar que el atleta en cuestión es un corredor sobredimensionado, uno de esos espejismos necesarios en épocas de vacas flacas, el nuevo ídolo que llegaba para tomar el relevo de la “manchada” generación anterior.
Por otra parte, Taaramäe tiene algo de crédito porque cuenta con 27 años y está ingresando en su mejor etapa como deportista, algo que sumado al cambio de aires, puede forjar las bases de una temporada interesante en la que quizás recupere las viejas sensaciones que lo llevaron a ser sólido en citas de una semana, paso previo al (para él) todavía esquivo siguiente escalón que representan Giro, Tour y Vuelta.
Pablo Martín Palermo
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No cabe a la situación este artículo, es sólo una carrera. Así como para decir que ya es corredor de grandes vueltas como para decir que no es nadie y está sobrevalorado. Es su primer día de competencia y la de muchos de los que estaban en ellas y es fácil hacer este tipo de “proezas”.
El artículo trata justamente sobre años previos en los que se dijo que era tal o cual cosa y, si lee bien, que ahora los medios ya titualron que estaba de regreso, justamente en su primer día de competición. Es decir que no somos nosotros los que valoramos por un día de carrera
Pero también lo estas echando abajo, aún no sabemos si sea un buen año o no, por eso digo que es muy temprano para decir que es bueno o malo.
Pero no se trata de echarlo abajo. Sí somos duros, pero el artículo es más una crítica a la prensa que al corredor. Taaramäe ya estuvo en todos los titulares y artículos de análisis como “el regreso de un gran ciclista” y, como tu dices, apenas va un día. Nosotros nos apoyamos en años previos y casi ni hablamos de este solitario día de carrera. Está claro que no puede valorarse a un ciclista por un día. Y no dijimos si es bueno o malo..pusismos que es un gran corredor, que no cualquiera logra top10 en pruebas de una semana, pero que no es un aspirante para grandes vueltas. Echale una nueva ojeada a la nota con esto que te digo en mente y verás