Por Oscar Trujillo Marín
INEOS vive por y para el Tour de Francia. Desde el 2012 que se llevó -de manera sorprendente- el primero con Bradley Wiggins, la ronda francesa ha sido su obsesión, su carrera fetiche y la máxima fuente de su celebridad, gloria y elevada cotización hasta convertirse en el equipo más poderoso del mundo.
No en vano la mayor parte de su prestigio lo sustenta en los siete Tours que ha conseguido desde entonces, siendo claro y autoritario dominador. No han dudado en sacrificar a nadie para conseguir su objetivo y viendo los resultados saben lo que hacen. Este año no ha sido la excepción.
Richard Carapaz ha visto alterado su gran objetivo, la defensa de su título en el Giro de Italia donde partía como uno de los dos principales favoritos junto a Nibali, para acudir a luchar junto a Bernal, y tratar de salvar el barco del codiciado Tour que naufragaba tras el bajo nivel mostrado por sus otras dos grandes figuras Chris Froome y Geraint Thomas. No es culpa del ecuatoriano, y al igual que el laureado galés -y la leyenda en activo Froome-, Richard es un empleado más y tiene que hacer lo que sus directores y patrón Brailsford mande.
En principio, puede parecer como la pérdida de una gran oportunidad con liderazgo único en Italia por venir a ponerse a las órdenes de Bernal en Francia y, tal vez, ser una segunda opción. Sin embargo, ir el año pasado con Movistar al Giro después de haber mostrado un gran nivel en el Giro de 2018 (siendo cuarto, mereciendo los galones de jefe de filas) y tener que acudir como primer gregario -o segunda espada- ante el recién llegado Mikel Landa, también se pudo interpretar igual en su momento, y sin embargo, resultó siendo el preludio de su más grande triunfo hasta ahora.
A lo mejor Richard este año también se puede haber “caído para arriba” y esté a punto de abrir las puertas para mostrar su enorme calidad escaladora en la prueba más importante del mundo, la que todos los vueltómanos quieren correr y en la que todos sueñan con mostrarse y destacar. A continuación miraremos los pros y contras que esta súbita e irreversible decisión de los jefes de INEOS puede tener en la temporada del campeón ecuatoriano:
Pros:
- Ser el primer ecuatoriano en disputar el Tour de Francia, pero hacerlo por la puerta grande: como gregario top (segunda espada) y hasta colíder del mejor equipo del mundo en grandes vueltas. Con una pléyade de escuderos de talla mundial a su servicio y poder mostrar su calidad en la vitrina más importante del ciclismo mundial, en el año donde más seguimiento tendrá la prueba por las ganas reprimidas de carreras (el Critérium Dauphiné acaba de batir récords históricos de audiencia, y en lo poco que se ha corrido -incluso las pruebas “menores” el seguimiento integral mediático ha sido sin precedentes)
- Conocerá el Tour sin presión; los focos la gran responsabilidad de brillar y el más marcado para los rivales será su compañero y defensor del título Egan Bernal. A poco que Richard pase bien la primera semana tiene margen para la sorpresa. Y, en un equipo tan poderoso con un objetivo tan claro, llevar un eventual colíder con garantías ahora mismo es vital, ante percance, desfallecimiento o enfermedad de Bernal, Carapaz tendría la posibilidad de echarse el equipo al hombro y ganar los galones que le faltan para ponerse por encima de Thomas y los jóvenes compañeros emergentes como Sivakov.
- Este año incierto y calamitoso es mejor asegurar lo que se pone a mano. Con los rebrotes cobrando protagonismo en buena parte de Europa, nadie puede garantizar que el Giro o la Vuelta se puedan correr. Es mejor pájaro en mano que cien volando.
- La buena relación de Carapaz con Bernal, Colombia y su ciclismo, donde el ecuatoriano hizo sus primeros pinos en el profesionalismo y le sirvió de vitrina para ser llamado por Movistar. Siempre es mejor compartir liderato con alguien tan afín no solo en el aspecto del idioma o la cultura sino en cercanía y amistad. Eso le ha funcionado bien a Thomas y Froome, por que no habrá de ocurrir en este caso también.
Contras:
- Quizás llegue un poco corto de forma, su progresión iba encaminada a octubre, en el Giro de Italia. Pero tras su extraordinaria preparación en altura durante el confinamiento, su gran fondo y calidad natural de base, y tras la muy discreta imagen que dieron en estas pocas carreras muchos de los favoritos para el Tour, lo que Richard mostró, faltándole un punto, aún estuvo por encima de la mayoría. Con lo que ruede estos diez días y lo que gane en la primera semana cuidándose de pasar el cuarto día bien, se encontrará en condiciones de ser un peligro en la definitiva montaña.
- No poder defender el título en el Giro. Quizás, pero seamos sinceros, si a un vueltómano de élite a principio de temporada le dan a escoger si quiere acudir como jefe de filas en primer esfuerzo al Giro, el Tour o la Vuelta a España, no hay que decir lo que elegiría. El Tour es la carrera más importante y prestigiosa con diferencia. A las otras dos rondas de tres semanas asisten algunos campeones ya consagrados en busca de una grande más para su vitrina, jóvenes valores en promoción o en los equipos muy grandes, como Ineos, los jefes de filas que ellos consideran que están por debajo de los del Tour. Carapaz con un nivel muy bueno de Froome y Thomas este año, lo tenía complicado para debutar en el Tour, pero es que en el próximo año estando muy bien Thomas le pasaría igual, porque el galés y Bernal son la primera opción.
No sé ustedes, pero sinceramente no le vemos muchas contras a este cambio. Richard es un corredor con mucha clase un escalador maravilloso en un Tour especialmente montañoso. Este año ha sido enrevesado y atípico en todo. Antes que una desgracia, vemos una bonita oportunidad para que Carapaz demuestre en INEOS que tiene jerarquía para reclamar un lugar más arriba en el escalafón de figuras.
Oscar Trujillo Marín
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